Este miércoles Rolando Graña se casó por civil con su pareja, Giselle Krüger. El periodista y su esposa celebraron el evento de manera privada, con muy pocos invitados famosos, quienes los acompañaron a compartir un brindis en Goldcenter Eventos.
Uno de ellos, el periodista Daniel Ambrosino, compartió en su cuenta de Instagram algunas imágenes del momento, donde se ve a los novios felices en el salón donde realizaron una recepción.
Tal como reveló ella misma, la novia ingresó al salón con la canción "Eres" de Café Tacuba que fue elegida por el propio Graña. La pareja ya adelantó que antes de fin de año realizará la ceremonia religiosa y una fiesta más grande.
El look de novia de Giselle Krüger
Mientras que Graña llevó un traje de color gris y camisa rosada, su esposa prefirió un look a todo color. Giselle llevó un tailleur de pantalón y blazer en color fucsia -un tono barbiecore de alta tendencia-, que combinó con un top lencero y stilettos clásicos en negro. Completó su outfit de novia llevando el pelo suelto y hebillas de strass, además de un ramo de flores rojas.
Quién es Giselle Krüger, la mujer que se casó con Rolando Graña
A los 37 años, Giselle Krüger dio el "sí" junto al periodista y conductor Rolando Graña, con quien tiene una diferencia de edad de más de dos décadas. Lejos de los estereotipos, la pareja disfruta de su amor que ya lleva nueve años: ambos son padres de Alina (4), que es la menor de los hijos de Graña.
Con un perfil reservado en las redes sociales, la productora ejecutiva en televisión también prepara el lanzamiento de su primera obra "Malasangre". Según relató en su cuenta personal, la escritura logró sanar gran parte de sus emociones de la infancia y logró reconciliarse con todas aquellas vivencias que la habían marcado, como el destrato de su abuelo.
"Descubrí que amaba escribir cuando tenía 7: habían internado a mi hermano, mamá se atrincheró con él y yo la extrañaba horrores, tenía mil cosas para decirle. Como me sentía sin derecho a reclamar, se lo escribía en un papel y la liberación llegaba de inmediato, pero cuando la culpa se apoderaba de mí, lo tachaba: rayaba la hoja con furia hasta que la rompía", explicó, por medio de su cuenta de Instagram.
Por otro lado, vive la maternidad de Alina con muchísimo amor, con quien tiene una relación muy especial. "Esos ojitos mágicos que hasta cerrados transmiten paz. Es un espectáculo verla dormir. El goce de un sueño placenterísimo. La compañía en soledad. La vela porque nada perturbe ese descanso. Un silencio que al mismo tiempo (por estos minutos) es mi botín de guerra", había comentado sobre su hija.
La increíble historia de cómo descubrió que su abuelo era un nazi
Previo al lanzamiento de su libro, Giselle explicó cuál fue el origen de "Malasangre", que lleva este nombre por herencia de su abuelo, quien había sido nazi. El insomnio de su hija Alina la llevó a contactarse con una consteladora, quien la llevó a descubrir que había algo muy oscuro y siniestro en sus antepasados.
Así fue cómo empezó a investigar y llegó a la conclusión de que su abuelo era la persona que sospechaba. "Viví 12 años en su casa, le tenía pánico a mi abuelo, (papá de mi papá), él era un tipo descendiente de alemanes, militar, frío, áspero, severo, no nos hablaba, no nos cantaba feliz cumpleaños, no nos dejaba salir de la pieza, entre otras cosas", recordó, en diálogo con Semanario Argentino.
"Mi abuelo había sido Corredor de Bolsa y trabajaba en el banco Germánico de America del Sur que era donde los nazis triangulaban el dinero que le robaban a los judíos que mataban. Hasta me dijo que mi abuelo se había jubilado en el año 1985. Y ahí me di cuenta porque le tenía tanto miedo a mi abuelo, él tenía una vida super nazi, sin amigos, nadie lo saludaba para su cumpleaños, muy solitario, no festejaba año nuevo, se acostaba y levantaba a la misma hora", resaltó.
Finalmente, el hombre falleció a los 87 años tras sufrir una trombosis, después de haberse aplicado una vacuna antigripal. En aquel momento, la productora tenía 18 años pero aún seguía temiéndole a su familiar. "Cuando volví a mi casa todavía sentía su presencia, no me animaba a salir de la pieza, ni sentarme en la silla del living, después me fui acostumbrando a su ausencia", indicó, en diálogo con Semanario Argentino.