La historia de amor colonial de Mariquita Sánchez y Martín Thompson: eran primos y vivieron una pasión prohibida – Revista Para Ti
 

La historia de amor colonial de Mariquita Sánchez y Martín Thompson: eran primos y vivieron una pasión prohibida

Mujer referente del 25 de mayo de 1810 -dice la historia que entonó las estrofas del Himno Nacional Argentino por primera vez en la sala de su casa-, Mariquita Sánchez fue, además, una luchadora ferviente por su amor, que la llevó a enfrentarse con sus padres en defensa de su relación con su primo Martín Thmpson. Una historia apasionante que tuvo final feliz.
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Mariquita Sánchez de Thompson pasó a la historia como la mujer criolla que en aquella semana de mayo del año 1813 cantó el Himno Nacional Argentino por primera vez. La fecha, según los historiadores, no es precisa: algunos citan el 13 de mayo y otros el 25, fecha patria.

Tampoco, según cita Felipe Pigna en su libro "Mujeres tenían que ser. Historia de nuestras desobedientes, incorrectas, rebeldes y luchadoras. Desde los orígenes hasta 1930", nunca se pudo comprobar que Mariquita fuera realmente quien entonó las estrofas del himno por primera vez, en aquellas reuniones que se daban en la sala de su casa, cuando los patriotas planificaban los pasos siguientes de la liberación del otrora Virreinato del Río de la Plata.

Mariquita Sánchez de Thompson
Mariquita Sánchez de Thompson entonando las estrogas del Himno Nacional Argentino, en mayo de 1813.

Sin embargo, lo que sí relatan Pigna y otros historiadores es que Mariquita fue una mujer fuerte, perseverante, dueña de una personalidad arrolladora que no se dejó doblegar por sus padres y que luchó por su amor prohibido hasta que logró casarse con su amado, su primo Martín Thompson.

La historia de amor prohibido de Mariquita Sánchez y Martín Thompson

Según cita el portal El Historiador, Mariquita Sánchez tenía una personalidad fuerte y determinada que ya se manifestó claramente cuando solo tenía 14 años y sus padres -como era usual en la época- la prometieron en matrimonio con don Diego del Arco, un viudo de más de 50 años.

Pero Mariquita, proveniente de una familia acomodada formada por un español y una porteña, no se dejaría avasallar por los deseos de sus padres ya que estaba enamorada de su primo segundo, Martín Jacobo Thompson. Y con solo 15 años, en 1801 se comprometió en secreto con él, que por ese entonces tenía 24.

Mariquita Sánchez de Thompson
Mariquita Sánchez de Thompson.

Los primos se habían conocido hacía poco tiempo, cuando Martín había retornado de estudiar en España en la Real Armada de ese país. Y lo que pareció un amor adolescente, se fortaleció en la dificultad por hacer realidad su pasión.

Según relata Juan Thames -autor de diversos libros de historia-, en Infobae, "Martín era rubio, de altura media, ojos azules, con una tímida sonrisa, romántico, y de notable sensibilidad, nervioso y ansioso al expresarse. Tenía una mirada triste y meditabunda. Lucía su uniforme de marino de la Real Armada Española. Su ternura, juventud, lozanía, sensibilidad, melancolía y romanticismo lo volvían irresistible para Mariquita".

Mariquita Sánchez de Thompson
Mariquita Sánchez de Thompson con algunos de sus hijos.

Sin embargo, por esos años, los jóvenes no eran libres de casarse con quienes quisieran, sino que había un decreto que establecía que los menores de 25 años solo podían casarse contando con el consentimiento de sus padres. Y los de Mariquita desaprobaron su relación con el primo y siguieron adelanto con el compromiso con el cincuentón.

Continúa Thames: "Con la complicidad de la servidumbre de Mariquita, Martín conseguía ver a su amada y llegó hasta a comprometerse en secreto con ella. Enterado el padre de la joven, confinó a su hija. Primero en una quinta familiar de San Isidro, a donde Martín igual la visita, disfrazado de horticultor, mendigo, paisano, gaucho o pescador. El padre de Mariquita hasta logró que el virrey Joaquín del Pino lo trasladase a la estación naval de Montevideo".

Un amor a escondidas y una confesión: "Seré suya o de nadie"

Don Cecilio, padre de la joven, apuró el trámite del casamiento con Diego del Arco y así se puso fecha. Mariquita, al enterarse, le escribió a Martín una carta donde le decía "Seré suya o de nadie". En su desesperación, Thompson le escribió al virrey explicando que "Mariquita iba a ser obligada a cometer perjurio, pues ya se encontraba comprometida con él, y le pidió al virrey que evitara el delito", tal como continía el historiador en Infobae.

El virrey accedió y envió a sus emisarios a evitar la boda. Al escucharlos llegar, Mariquita se presentó en el salón -había estado escondida llorando- y dijo: "Yo no puedo casarme; pues estoy prometida a otro hombre".

Mariquita Sánchez de Thompson
Mariquita Sánchez de Thompson, en otro cuadro de la época.

En castigo, la chica fue enviada a la Casa de Ejercicios Espirituales, lugar donde se internaba a las hijas descarriadas y a las esposas infieles. Y Thompson fue enviado a Cádiz.

Tres años después, cuando cumplió los 18 años, Mariquita le escribió al nuevo virrey, Rafael de Sobremonte, una autorización para casarse con Martín, amparándose en el juicio de disenso que todos los jóvenes podían iniciar para evitar un casamiento contra su voluntad. Fue el 20 de julio de 1804 cuando el virrey Sobremonte dio su permiso para la boda de Mariquita contra la voluntad de sus padres.

Mariquita Sánchez de Thompson se convirtió en una referente inevitable de las mujeres de la elite criolla, y en su casa se realizaron muchas de las reuniones de los patriotas que llevaron adelante la revolución de mayo.

De su casamiento con Thompson, Mariquita tuvo cinco hijos y enviudó en 1819. Un año después se volvió a casar con el representante consular francés en Buenos Aires, Jean Baptiste Washington de Mendeville, con quien tuvo tres hijos y volvió a enviudar en 1863. Falleció a los 81 años, el 23 de octubre de 1868.

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