Muchas industrias redefinen sus parámetros atentos al cuidado del mediombiente y la cosmética no es la excepción. Atentos a los nuevos requerimientos, sobre todo, de sus consumidores, se abre -cada vez más- el juego hacia nuevas maneras de crear sus productos.
Es así como nace lo que se conoce como "perfumería de nicho", también llamada "de autor", un modelo originario de Francia e Italia, que son países con gran tradición en el mundo de la perfumería.
La perfumería de nicho se propone recuperar los valores del trabajo artesanal de esta industria (en francés savoir faire) que se fue dejando de lado gracias al proceso de expansión de la perfumería de lujo tradicional, asociada a grandes marcas.
Los perfumes creados bajo esta tradicional manera de producirlos representan atributos que los diferencian de aquellos que son resultado de la producción a gran escala: exclusividad, autenticidad, artesanía, originalidad, calidad e independencia.
El foco está puesto en que, quien compra un perfume nicho, se queda con la satisfacción de tener un perfume singular, único y ajeno a las tendencias de moda.
Algunas de las firmas dedicadas a este segmento, además, tienen un plus ambiental, relacionado con su presentación: invitan a sus clientes a reutilizar sus envases, ofreciendo la posibilidad de rellenarlos en estaciones dedicadas a tal fin.
De esta manera, bajan la huella de carbono que provoca la producción de un nuevo envase. "Nuestro objetivo es reducir los envases y residuos innecesarios, y permitir que los consumidores leales reutilicen sus envases una y otra vez", informa el equipo de Blind Fragances, la marca argentina que realiza perfumes de autor.
Asimismo, indican: "La sustentabilidad es un impulsor clave de esta casa de perfumes que es vegana y libre de crueldad animal, certificada por la organización internacional PETA, con empaques que son todos reciclables, reutilizables o compostables, respaldando así con acciones directas, su espíritu de Embalaje con Principios".
Este servicio se encuentra disponible BLIND LAB, Fraga 316, de CABA.
