Las suculentas son la opción perfecta para decorar tu casa. Además, se consagran como una de las mejores plantas para principiantes, ya que son súper resistentes y casi no necesitan cuidados.
Aunque todas son muy llamativas con sus formas y colores, una de las variedades que destaca por su belleza es la rosa de mármol. En esta nota te compartimos todo sobre ella para que la conozcas mejor y corras al vivero más cercano para sumarla a tu colección. ¡No te vas a arrepentir!
Echeveria Pollux (su nombre científico) es una planta suculenta que forma parte de la familia Crassulaceae. El género Echeveria contiene más de 350 especies descritas hasta el momento y es muy famoso en los jardines porque cada una tiene diferentes formas y colores.
Nativa de México, aunque también habita en zonas con climas desérticos, tiene hojas súper carnosas y, como su nombre lo indica, tiene una forma similar a una rosa. Sin embargo, y diferencia de otras variedades, sus hojas son un poco más alargadas con el ápice formando una pequeña espina central (no es una verdadera espina, es una extensión de la misma hoja).
Las flores en esta suculenta surgen del centro de la roseta de hojas, disponiéndose cada una, a los laterales de un tallo central con una flor terminal muy llamativa. Este tallo que porta las flores puede alcanzar hasta 15 cm o más de largo y contiene entre 10 a 25 florcitas similares al resto de las plantas de este género.
Cómo cuidar una rosa de mármol
- Luz y ubicación: agradece un espacio con mucha luz natural y agradece algunas pocas horas de sol directo. En verano, se recomienda evitar los rayos directos ya que podrían quemar sus hojas e incluso deformarlas.
- Temperatura: al ser nativa de climas áridos, le sientan bien las altas temperaturas que oscilen entre los 25 °C y los 28 °C durante todo el año. En lo que respecta al frío, puede resistir temperaturas bajas pero a partir de 4 °C, su crecimiento se puede ver afectado.
- Riego: al tratarse de una especie que está preparada para vivir situaciones de sequía, su riego debe ser moderado y controlado, ya que un exceso podría causar la pudrición de sus raíces. En verano con un riego semanal es suficiente, mientras que en invierno se recomienda uno cada tres semanas. Eso sí: es importante comprobar que el sustrato esté completamente seco entre riego y riego.
- Sustrato: agradece uno arenoso o perlita para que ayude a drenar y mantener frescas las raíces.
- Fertilizante: si bien es una planta que no necesita de fertilizante para crecer sin problemas, se puede aplicar uno específico para cactus y crasas durante los meses de primavera y verano.
