La kombucha es una bebida ancestral que se ha consumido durante siglos en diferentes culturas de todo el mundo, especialmente en Asia y Europa del Este. Se cree que la primera vez que se elaboró kombucha fue en la región de Manchuria, en China, hace más de 2000 años, aunque su popularidad se extendió rápidamente a otros países.
Hoy en día, la kombucha se ha convertido en una bebida muy popular en todo el mundo debido a sus beneficios para la salud y su delicioso sabor. Se elabora a partir de té endulzado y una colonia de bacterias y levaduras conocida como SCOBY, que se deja fermentar durante varios días o semanas. Durante este proceso de fermentación, el SCOBY consume parte del azúcar del té, produciendo ácidos, gases y otras sustancias que le dan un característico sabor agridulce y ligeramente efervescente.
Es una fuente natural de probióticos, antioxidantes y otros nutrientes que mejoran la digestión y el sistema inmune; también ayuda a absorber los nutrientes y así ser menos propenso a enfermedades. Además, se puede personalizar con una amplia variedad de sabores y aromas, agregando frutas, especias y hierbas de olor para hacerla más rica. Es fácil de hacer en casa con ingredientes sencillos y económicos.
La kombucha se ha popularizado en los últimos años como una alternativa saludable a los refrescos y otras bebidas azucaradas, por este motivo forma parte del menú de gaseosas naturales de Raíz Plant Mood siendo el acompañante perfecto para una comida a base de plantas.
Receta para preparar una deliciosa kombucha en casa
Ingredientes:
Para hacer Kombucha necesitás sólo cuatro ingredientes: agua, té, azúcar y SCOBY. Los primeros tres son muy fáciles de conseguir. Sin embargo, el cultivo de bacterias y levaduras lleva su propio procedimiento.
Preparación:
Paso 1: Es importante entender cómo se hace para que sepas cómo se obtienen los beneficios de esta bebida y se mantienen los antioxidantes y vitaminas del té. Para obtener SCOBY hecho desde cero deben pasar aproximadamente dos semanas.
Primero que nada debes comprar kombucha comercial y guardar el último chorrito, sí, ese que tiene impurezas. Ese sedimento es el resto de las levaduras que servirán para construir el SCOBY nuevo.
Infusioná 4 cucharadas de té verde o negro en un litro de agua y agregá una cucharada de azúcar. Una vez que esté frío, sumá el chorrito de kombucha.
Colocalo en una botella y tapala con una servilleta o filtro de forma que el oxígeno pueda entrar y el dióxido de carbono, salir. Dajala en un lugar seco y esperá dos semanas hasta que veas que una capa gruesa y blanca se formó en la parte superior. ¡¡Ese es el SCOBY!!
Paso 2: Una vez que tenés el cultivo de bacterias y levaduras listo, tenés el trabajo duro hecho. El paso que sigue es preparar una infusión de 4 cucharadas de té en un litro de agua y 2 cucharadas de azúcar.
Es muy importante dejarlo enfriar porque las levaduras del SCOBY no sobreviven en altas temperaturas. Colá la infusión y agregá el cultivo. Tapalo con una servilleta de tela o cofia descartable y déjalo reposar de 7 a 10 días a temperatura ambiente. A partir del sexto día comenzá a probarlo, así podrás medir qué tan ácido te gusta.
IMPORTANTE, si estamos expuestos a altas temperaturas el proceso se acelera. Por el contrario, si las temperaturas son bajas, el proceso es más lento.
Cuando esté en el punto donde te gusta más -una pista es que debe ser ácida al principio y evolucionar a sabores dulces en el retrogusto- está lista la primera parte.
Paso 3: Una kombucha que pasó por doble fermentación la podés reconocer porque tiene gas. Esto se logra dejándola reposar durante dos o tres días más en una botella hermética.
Debes quitar el SCOBY (seguro se hizo más grande y sirve para todas las kombuchas que quieras hacer en tu vida siempre y cuando lo cuides).
Guardalo en un recipiente con kombucha y tapado. En este punto podés hacer volar tu imaginación como quieras: juega con especias, hierbas aromáticas y fruta para darle sabor a tu kombucha. Podés poner por ejemplo, una rama de romero y frutillas fileteadas. Es muy importante que cierres bien la botella pues con cualquier fuga puede explotar y todo tu esfuerzo habrá sido en vano.
Deja reposar la kombucha dos días más en heladera. Cuando el tiempo se haya cumplido, tendrás una bebida refrescante, saludable y muy rica.
