Historias de Cemento: Estancia La Rica, los secretos de la icónica casa rural de Chivilcoy - Revista Para Ti
 

Historias de Cemento: Estancia La Rica, los secretos de la icónica casa rural de Chivilcoy

En esta nueva edición los invito a conocer un casco de estancia declarado Monumento Histórico Nacional. Diseñado como límite de frontera, fue testigo de importantes acontecimientos de la vida social y cultural que marcaron hitos en nuestra historia. Con ustedes, Estancia La Rica de Chivilcoy.
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“Porque mi sangre, sin brida, anda en tu mies, libre y fuerte, tiene en tu suelo mi vida honda raíz tras la muerte."

Ernesto Domingo Marrone. Escritor de Chivilcoy (1911-1986)

Chivilcoy, palabra mapuche que refiere a todas las aguas, reunión de aguas. Fue el por entonces gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas quien, en 1845 y por decreto, creara Chivilcoy como partido para la provincia y años después, el 22 de octubre de 1854, la ciudad que lleva el mismo nombre.

La Estancia Vieja o Estancia de López fue uno de los primeros grandes establecimientos ganaderos de la zona, más tarde conocido como estancia “La Rica”, en referencia a la cañada cercana.

El terreno de la estancia fue otorgado por la ley de enfiteusis contaba con 500 hectáreas. Este sistema de alquiler de tierras fiscales fue cuestionado posteriormente por no lograr alcanzar los objetivos para los que había sido implementado, una ocupación que concentró la distribución del territorio, pero su análisis debe enmarcarse definitivamente dentro del contexto socioeconómico de aquellos tiempos.

En 1828, la Ley de Bernardino Rivadavia, primer presidente argentino, proponía una distribución racional de la tierra, diversificando la producción rural para fomentar la agricultura y la creación de una nueva clase media de colonos que trabajarían en la producción agraria. Hay registro de hacienda lanar, caballar, vacuna y producción lechera que hicieron próspera la zona de la cañada “La Rica”.

Fundada en el año 1851 como estancia y fortín, fue asiento de posta y correo. Allí aparece el casco de “La Rica” tras una tranquera que abre un camino de paraísos y acacias.

Fue otorgada por derecho real a Don Manuel López y García (1804-1877), quien fue jefe de la Guardia de Luján, para entonces con asentamiento en Mercedes. Don Manuel López colaboró y trabajó por el progreso de su comunidad, razón por la cual su nombre aparece entre los miembros de la comisión votada por los vecinos de Chivilcoy para cooperar económicamente y dirigir la construcción de la Escuela Modelo, que comenzó a construirse en octubre de 1860.

La casona italianizante es el casco de la estancia de típica línea criolla que dispone de hospitalidad y la historia de toda una tradición de familia. Luce una amplia galería con patio central con dos aljibes, uno para almacenar agua de lluvia, conducida por un sistema de tuberías desde el techado y el otro sirve para extraer agua de la napa freática. Las pérgolas vivas con glicinas y jazmines otorgan la encantadora sombra al verano y la frescura perfumada en primavera. Ha de ser crudo el invierno en La Rica.

La construcción fue levantada con paredes de barro, pisos entablonados y altos techos con vigas de madera y ladrillo visto artesanal, una forma de arquitectura que se ve repetida a lo largo de la llanura de la Provincia de Buenos Aires.

Para entonces, el mobiliario de época incluía un juego de lavatorio con placard y mesa de luz estilo inglés de 1800, un escritorio Adams de 1900 y lámparas de aceite recicladas. Las farolas colgantes, viejas lámparas de manufactura artística iluminan tímidamente el recuerdo de aquellos años, los fundacionales, los que afincaron a una familia que hoy conserva su historia. Se trata de la familia López, conocidos como “los Loperos”.

Aquí se inicia una línea imaginaria que como cuentas de un rosario han acuñado sucesos históricos. En 1828 el portugués Manuel López fue favorecido con la adjudicación de una legua cuadrada de campo ubicada en la zona denominada “Cañada La Rica” del partido de la Guardia de Luján. Por entonces, la pampa era azotada por malones mientras que la llanura verde y fértil arroparía a los primeros trigales dorando el horizonte. A la luz del presente, triste fue la suerte del desvalido nativo, expatriados sin preámbulo, sin tierra ni abrigo.

López se establece en 1829 en la estancia “La Rica” junto a su esposa Doña Barbara Figueroa (1813-1886). Aquí inicia su tarea como agricultor y participa en una intensa actividad social y cooperativa. Nacerá aquí su primogénito, Manuel Eustaquio López (1833-1910) se dedicaría a tareas propias del campo y su hija, María Mercedes López (1838-1865).

En un censo realizado en 1836 bajo el régimen Rosista, el núcleo poblacional de la Estancia estaba compuesto por 19 habitantes y el establecimiento oficiaba de pueblo. Contaba con herrería, horno de ladrillos, banco donde se acuñaban las monedas para el pago de la esquila, pulpería, matera, curtiembre, molino de harina, posteriormente tambo y cremería. Una amplia caballeriza y galpones de esquilas para la tarea rural eran el epicentro de largas horas de trabajo, aunque también tenían espacio para un tiempo evangelizador.

En la finca había una talabartería, cremería y fundición. Aquí mismo el herrero Ángel Rossi dicen, fabricó las rejas de puertas y ventanas de la casa. El zaguán de la residencia está constituido por una puerta de dos hojas de madera que conduce al patio interior. Una reja cancel de hierro forjado lleva el año de su realización, 1878. La misma fue diseñada por el Ingeniero Manuel José Ponciano López Saubidet (1859-1904), hijo de Manuel Eustaquio López (1831-1910) y de Ana Saubidet. También el mobiliario de la estancia habría sido diseñado por Saubidet, según afirman sus descendientes.

Los lanares fueron el gran desarrollo productivo de “La Rica”, adquiriendo los primeros ejemplares a Don Eduardo Olivera, uno de los fundadores de la Sociedad Rural Argentina. Llegó a contar con 100.000 lanares y alrededor de 30.000 equinos, disponiendo de dos famosas máquinas segadoras que llamaban “La Colorada” atendida por veintisiete personas y “La Baya” por treinta y seis.

En abril de 1864 Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) aceptó el ofrecimiento de Mitre para viajar a los Estados Unidos en representación del país como embajador. Cuando en 1867 se realizó en Washington un concurso de tierras, Manuel Eustaquio López envío al embajador argentino un kilo de tierra de su estancia. Luego de su estudio y análisis, el jurado determinó que las tierras de Chivilcoy ocupaban el tercer puesto en el mundo por su fertilidad.

El protagonismo de la estancia trascendió fronteras y personalidades ilustres han pasado por sus pagos. Es el caso del presidente de Brasil, Manuel de Campos Salles, quien visitó nuestro país en el año 1900. Con la llegada del ferrocarril se funda el pueblo que lleva su nombre a 7 km del casco. La estación formaba parte del Ferrocarril Midland de Buenos Aires que unía con la ciudad de Carhué.

Ema Teresa Aguirre, su propietaria vive actualmente en el mismo lugar donde fuera en sus primeros años la herrería de la estancia, siendo bisnieta de Manuel Eustaquio López.

El establecimiento se divide en tres casas continuadas que llaman Casa Chica, Casa Media y Casa Grande.

Las galerías y pérgolas nutren de verde la casa que luce un gran jardín diseñado por arquitecto y paisajista francés Carlos Thays (1849-1934). Las camelias son protagonistas indiscutidas, los arboles ya añejos testigos del paso de los años. Los senderos interiores del jardín se entrelazan y culminan en una gran piscina sobre un claro de vegetación.

Desde su creación como límite de frontera, fue defensa en línea de fortines de la provincia de Buenos Aires y motor productor agrícola ganadero en una época de cañones y milicias. Dan cuenta de ello un ejemplar de cañón de entonces y las tronadoras en la parte de la carga de los techos. Debajo de la casa duermen húmedos túneles que conducían al palomar que, por defensa o escape nos recuerdan pensar el establecimiento en tiempo pasado. Con una mirada analítica y criteriosa, un tiempo que legó valor patrimonial y su suelo, honda raíz nacional.

Fotos: gentileza @estancialarica.

Más información en parati.com.ar

 

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