Seguro te las encontraste alguna vez, ya sea en su estado natural al costado de algunas rutas argentinas, desfilando por las diferentes plataformas de inspiración, o luciéndose en espacios interiores.
Las plumas de pampa siguen marcando tendencia y se consagran como la opción perfecta para llevar calidez al hogar en otoño-invierno.
También conocidas como pampas secas, cola de zorro o 'pampa grass', no necesitan sol, ni agua, ni (casi) cuidados. Esto las convierte en las favoritas de olvidadizos o tímidos principiantes en el mundo de la jardinería.
Para que tengas una idea, su nombre botánico es Cortaderia selloana y se trata de una especie endémica de pastos rizomatosos muy altos, nativos de Argentina, Brasil y Uruguay.
Al ser naturales, su forma y altura varía pero no superan los 3 metros. De todos modos, su tallo se puede cortar sin problemas, permitiendo encontrar la altura adecuada para ambientar el espacio.
Su apariencia es suave y muy delicada, y por lo general tienen un aspecto entre beige y dorado aunque hay excepciones, ya que se pueden teñir las plumas con tinturas naturales o de tela. Beige, gris, rosado, marrón y naranja, suelen ser los más elegidos.
Las plumas de pampa empezaron a estar en la mira de la decoración desde la década de 1970, y hoy en día es habitual encontrarlas en florerías y emprendimientos que se dedican a flores secas. Y, por supuesto, en su estado natural al costado de algunas rutas argentinas.
Si bien estas flores decorativas en interiores duran meses, un truco para evitar que se desplumen es pulverizarlas con spray laca fijadora en aerosol. ¡No falla!
Cualquier ambiente del hogar es un buen candidato para alojar a esta planta tendencia. En distintos tipos de recipientes y sea cual sea su tamaño y color, las plumas de Pampa enriquecen cualquier rincón transmitiendo una dosis de calidez y sutileza única.