Usar fundas no implica tapar un mueble. Al contrario, es protegerlo para lucirlo impecable cada vez que quieras. Y en el caso de los sillones, se consagran como el comodín perfecto para disfrutarlo libremente, sin estar sufriendo por posibles manchas, roturas o desgastes.
Ventajas de "vestir" tu sillón con fundas
- Protección extra
El sillón es uno de los muebles que más se somete al desgaste, a las manchas y a las roturas, por lo tanto necesita de esa protección extra que le da una funda.
Lo mejor de todo, es que suelen ser fáciles de sacar y volver a poner. Así que podés lucir tu sillón solo en ocasiones especiales, y disfrutar de él sin precauciones exageradas durante el resto del año gracias a esta protección.
- Versatilidad
Si querés darle un nuevo look a tu living, nada mejor que ir cambiando la funda del sofá.
Por lo general, los colores elegidos para las fundas suelen variar dependiendo la estación del año: en verano abundan los tonos vivos y luminosos que ayudan a dar frescura al ambiente mientras que en invierno se prefieren los tonos más cálidos.
- Estilo
Las fundas no son simples protectores, también son un accesorio atractivo y con gancho.
En el mercado actual podés encontrar una gran variedad de fundas, más clásicas y más modernas, coloridas o en tonos neutros, en telas con distintas texturas.... Un menú de opciones que se adaptan a gustos, necesidades y presupuestos.
- Funcionalidad
Las fundas te permiten elegir qué uso querés darle a tu sillón. Puede ser un lugar para sentarse de manera formal a ver la televisión, leer o charlar o puede ser uno de los espacios más polivalentes de la casa. La mayoría de las familias apuestan por esta última opción y el sillón es el lugar en donde dormir una siesta rápida, hacer los deberes, merendar, etc.
Fotos: Pinterest.