Varias generaciones se alimentaron (y deleitaron) gracias a las manos de esas abuelas que vinieron de diferentes países de Europa, donde los postres se hacían "con lo que había", dando lugar a preparaciones icónicas, que todavía hoy no podemos resistir: las natillas españolas, la creme brulée, el flan... sólo por mencionar algunas de ellas.
Un poco emparentado con estas exquisiteces tan tradicionales (pero con menos ingredientes y un procedimiento súper sencillo), tenemos el famoso postrecito de vainilla y caramelo, también conocido como "postrecito de maicena" que disfrutaban los más chicos mucho antes de que aparecieran los que se venden en el supermercado.
Ingredientes
- 500 cc leche (podés reemplazarla por alguna leche vegetal que no sea saborizada)
- 5 cucharadas soperas de fécula de maíz
- 100 gr de azúcar
- 150 gr azúcar para el caramelo
Preparación
Paso 1: Si lo vas a emplatar en budinera, comenzamos haciendo el caramelo: en una olla colocá el azúcar y dejala derretir sin revolverla, hasta que se ponga del color del caramelo.
Paso 2: Con mucho cuidado, vertela sobre un recipiente apto para ir a la heladera. Reservá.
Paso 3: Ahora, hacemos el postrre. Poné a calentar la leche a fuego mínimo. Incorporar el azúcar una vez que haya comenzado a calentar y revolver todo el tiempo.
Paso 4: Poner la maizena en un recipiente, agregarle un chorrito de leche y mezclar bien, hasta que no queden grumos.
Paso 5: Añadí esta mezcla a la leche, batiendo con batidor de alambre para que se incorpore bien y no se formen grumos. Sumá la esencia de vainilla incorporando bien.
Paso 6: Cuando notes que se va espesando, continuá revolviendo con cuchara de madera hasta que rompa hervor y retirá del fuego.
Paso 7: Colocá la mezcla en la budinera y cubrila con un separador que toque la parte de arriba (no importa que esté caliente) o ponele papel film. Es para que no se le forme una película cuando va al frío.
Paso 8: Cuando haya enfriado, ya la podés servir y disfrutar.