Si te gustan las plantas o estás en plan de iniciarte en el mundo de la jardinería, nada mejor que arrancar con esta variedad de suculenta: la Kalanchoe blossfediana. Y es que además de ser súper decorativa, es resistente, fácil de cuidar y se adapta prácticamente a cualquier espacio.
Acá te compartimos todas sus curiosidades y cuidados para que la conozcas mejor, y te decidas a sumarla al interiorismo de tu casa. ¡Vas a ver que no te vas a arrepentir!.
Así es la Kalanchoe blossfediana: la suculenta que es tendencia deco
La famosa Kalanchoe blossfediana es nativa de Madagascar y forma parte del género Kalanchoe, siendo una de las variedades más buscadas y elegidas para decorar la casa.
Esta suculenta de moda puede alcanzar los 30 o 40 cm de altura y unos 20 cm de ancho, por lo que es ideal para darle un toque sutil, natural y alegre a cualquier espacio.
Sus hojas carnosas son de color verde oscuro y se destacan por su forma ovalada y márgenes ondulados.
Por su parte, la inflorescencia es un corto tallo con tres pares de hojas que nacen en las axilas y al final surgen en forma de racimos numerosas y pequeñas flores, las cuales pueden ser de diversos colores como amarillo, blanco, naranja, rosado y púrpura.
Su floración comienza a finales del invierno y se extiende hasta mediados del verano, por lo que es una variedad que alegra los diferentes espacios durante un tiempo prolongado.
Cómo cuidarla
- Luz: agradece un espacio bien luminoso pero sin sol directo, ya que podría quemar sus hojas.
- Ubicación: en interiores se recomienda colocarla cerca de una ventana con cortina, mientras que en exteriores en un espacio con sombra o semisombra.
- Riegos: al tratarse de una suculenta, no es muy exigente en cuanto a riegos, por lo que tienen que ser espaciados y moderados evitando siempre los excesos. Lo ideal es hacerlo una o dos veces al mes en invierno, y una vez a la semana durante la temporada de verano.
- Sustrato: debe ser suelto, rico en nutrientes y con un buen drenaje que airee sus raíces y evite los encharcamientos.
- Fertilizante: líquido y diluido en el agua de riego. Se recomienda aplicarlo cada 15 o 20 días durante su época de floración (primavera/verano).
- Poda: es clave ir podando o retirando las partes secas y muertas para promover su desarrollo. Se puede hacer dos veces al año.