El cuero cabelludo es en la actualidad el centro de atención de los especialistas en pelo: tricólogos, gurús de belleza y expertos dermatólogos aseguran en que su cuidado es fundamental para tener una mejor salud capilar.
Por este motivo, muchos de ellos mencionan el prelavado como un paso fundamental para solucionar diferentes problemas, como el exceso de grasitud y la picazón típica del pelo graso, o bien devolverle el confort a quienes lo tienen más seco y deshidratado.
Es que el cuero cabelludo es una extensión de nuestra piel y sufre de forma similar porque está expuesto a los mismos factores ambientales: contaminación, grasa, acumulación de producto y sequedad. Por ello, mantenerlo sano es fundamental para el cuidado del pelo en general.
Tal y como el resto de nuestra piel, el cuero cabelludo está recubierto por el manto hidrolipídico que lo protege de las agresiones y las bacterias. Lo que puede suceder muchos factores lo pueden alterar: estrés, cansancio, carencia de vitaminas, una dieta desequilibrada, contaminación, exposición inadecuada al sol, calor, la tintura y los tratamientos agresivos.
Ahí comienzan los síntomas, que pueden ser picazón, irritación, caspa, grasitud, pelo apagado, crecimiento lento o un cabello cada vez más afinado. Muchas veces creemos que estos problemas se solucionan lavando el pelo más seguido.
Pero esta no es la solución: los expertos hablan ahora del prelavado. La cosmetóloga Raquel González, explica que “el prelavado es fundamental para que el pelo dure más tiempo limpio porque ayuda a eliminar el exceso de sebo y la sensación de picazón que provoca el calor”.
Este sería el paso a paso ideal recomendado por expertos:
Exfoliación: el paso imprescindible para espaciar los lavados en cabellos grasos
La acumulación de toxinas, impurezas y otros residuos asfixian el cuero cabelludo. Para favorecer su renovación celular debemos tratarlo exactamente como nuestro rostro con exfoliación incluida.
Es fundamental acompañar con buenos hábitos a nivel interno: alimentación saludable, beber suficiente agua, dormir, descansar y mantener la circulación activa.
A nivel externo, exfoliar estimula la microcirculación y elimina las células muertas e impurezas que se depositan sobre la piel con productos que incorporen sustancias granuladas, enzimas o ácidos. Además, afirman que es un paso necesario para facilitar la absorción de los activos y nutrientes que apliquemos, según la experta en cuidado capilar Miriam Quevedo.
Cuando vemos descamación, picazón, sensación grasa, irritación, enrojecimiento o sensibilidad es que debemos realizar esta exfoliación porque ayuda a eliminar la suciedad que puede obstruir los folículos pilosos.
Tendrá como efecto beneficioso una buena circulación sanguínea, hidratación y nutrición de los folículos. El resultado es un pelo preparado para crecer sano lejos de la molesta caspa o la sequedad.
Cuándo y cómo debemos exfoliar el cuero cabelludo
Los expertos recomiendan hacerla una vez a la semana o cada quince días, teniendo siempre en cuenta las necesidades particulares. Por ejemplo, quienes tienen el pelo ondulado tienen cuero cabelludo más seco, con lo cual lo necesitarán menos.
Para exfoliar, aplicá el producto elegido sobre el pelo húmedo y realizá un masaje suave durante, al menos, tres minutos. Prestá atención a las zonas clave, como la coronilla, la nuca y detrás de las orejas, explica la doctora María Rogel, dermatóloga experta en tricología que colabora con la firma Sephora. Enjuagá con abundante agua y lavá como de costumbre.
Las recomendaciones para cuero cabelludo seco
Si notás el cuero cabelludo seco podés aplicar aceite antes de lavar una o dos veces a la semana para nutrir, calmar y estimular el crecimiento. A través de un suave masaje, además de producir una sensación de bienestar inmediata, vas a relajar el cuero cabelludo y activar la microcirculación, lo que permite que la sangre transporte mejor los nutrientes necesarios para la vitalidad del cabello. Un cepillo masajeador puede ayudarte en la tarea y, además de tener una acción relajante, mejora la circulación y ayuda a desprender la piel muerta.
Después, hay que lavar con un shampoo libre de surfactantes o detergentes llamados SLS (como sodium laureth sulfate) que, aunque hacen una maravillosa espuma, lo resecan en exceso e, iIncluso pueden causar enrojecimiento e irritación.
Después de lavar el cabello y acondicionarlo o aplicar mascarilla, enjuagarlo a conciencia hasta que desaparezcan por completo los restos de producto y finalizá con agua fría.
Para pelo dañado: aceite en medios y puntas
Aplicar aceite en medios y puntas antes del lavado ayuda a evitar la fatiga higral que se le genera al pelo, sobre todo en verano, por la entrada excesiva de agua que hincha el interior de la fibra. Esto levanta la cutícula y hace que el pelo se corte, dañe y encrespe con facilidad.
Una forma de evitarlo es nutrir con aceite medios y puntas antes del lavado, lo cual une las proteínas del cabello y permite que menos moléculas de agua atraviesen el tallo y originen el exceso de hinchazón.
Hay que tener cuidado de no pasarse con la cantidad: es mejor aplicar de menos que de más. Siempre se aplica en función del largo del pelo, de su estado y del entorno.
Para aplicarlo, poné el producto en la palma de la mano y calentarlo antes de extenderlo. Cepillar con un cepillo de cerdas de jabalí para que penetre correctamente y evitar que se quede en la superficie. Dejalo unos 20 minutos y lavalo como siempre.
Potenciar el efecto de la mascarilla aplicándola antes de lavar
Si no tenés productos de prelavado a mano, podés aplicar la técnica del lavado inverso para lograr un efecto similar y dejar el pelo mucho más limpio.
Aplicá la mascarilla únicamente en los largos. Si se aplica en seco antes del shampoo, esto evita que el agua haga de “barrera” y dificulte la penetración del tratamiento.
Es una muy buena alternativa para cabellos finos o sin volumen que siempre tienen miedo de que la mascarilla, al final del lavado, haga el pelo más pesado.
Luego de aplicarla, dejarla actuar 20 minutos y luego se puede aprovechar para desenredar el pelo añadiendo una pequeña cantidad de mascarilla y peinando el pelo con un peine de dientes anchos. Luego, lavá el pelo como siempre y enjuagá bien.
Esta técnica no es para todos los tipos de pelo: es eficaz en los que resulta beneficiosos aplicar primero la hidratación y después el shampoo. Pelo muy fino que pierde volumen con productos de hidratación y los que necesitan un efecto peeling.