Hasta hace poco tiempo Valentina Castro no se imaginaba que iba a desfilar en las pasarelas de París para una de las marcas top del mundo de la moda, Louis Vuitton. La joven, de apenas 18 años, vivía una vida apacible en su viudad natal de Tumaco, en Colombia, donde además de cursar el último año del secundario se ganaba la vida trenzando el pelo afro, actividad que desarrollaba en su casa o a domicilio.
Sin embargo, con su 1,75 m de estatura y su bello rostro, la adolescente ya había llamado la atención en su ciudad. Según cita la BBC en una nota, Valentina ya había protagonizado algunos desfiles y reinados de belleza en su escuela y en su barrio.
Su vida antes del modelaje
Valentina describió su vida como "pacífica" antes de ser descubierta por Sebastián Bedoya, cazatalentos de la agencia Nefer Models. Bedoya descubrió a la joven en redes sociales en noviembre y le mandó un mensaje preguntándole si le gustaría ser modelo.
“No tenía muchos seguidores, pero a ellos les gustaron mucho las fotos y las poses que subía. Imitaba muchas fotos de como posaban otras modelos. Me tomaba fotos yo misma con la cámara delantera”, contó Valentina a BBC, quien con mucha desconfianza respondió afirmativamente al mensaje.
Sin embargo, para su mamá fue demasiado confiada. “Nadie pensaba que eso fuera verdad”, recordó Valentina. Durante un par de semanas la mamá de la joven no quiso saber nada con el tema, pero la insistencia de adolescente pudo más. De tal manera que la señora aceptó hablar con Bedoya y luego con Nileny Dippton, una reconocida exreina de belleza y empresaria dominicana que dirige Nefer Models.
Arreglaron que Valentina viajara con su mamá a Santo Domingo para tener una entrevista personal, sin saber que ese paso sería el que daría inicio a su carrera de modelo internacional. “Hasta que llegamos a allá fue que estuvimos un poco más tranquilas”, afirmó Valentina
Valentina Castro en la nueva campaña de Louis Vuitton junto a Emma Stone
Su vida dio un giro rotundo de 180 grados
A partir de ese momento, la vida de Valentina cambió drásticamente: tuvo que aprender a ser modelo en pocas semanas.
“Fue un cambio muy drástico. La comida era muy diferente. Tenía que comer saludable. Se me hizo muy difícil, la verdad. Comencé a hacer ejercicio, a correr, a entrenar, a tomar mucha agua. Desde el primer día que llegué, yo no tuve descanso”, recordó a la misma fuente.
Valentina nunca había salido de su país ni usado zapatos de taco. Y la dieta que tuvo que llevar la afectó. “Tenía una dieta muy estricta que me afectó mucho. Me estaba haciendo daño. Me desmayé en el avión y me tocó ir al hospital”, contó. “Nunca me había enfermado así. Me estaba desnutriendo”.
El médico que la trató le recomendó que volviera su dieta habitual. “Yo estoy acostumbrada a comer mucho. Desde ese entonces estoy comiendo mi comida normal”, completó la joven con mucha actitud.