Úrsula Corberó se encuentra en nuestro país: hace menos de una semana celebró sus 34 años junto a su novio, el Chino Darín y al resto de su familia: Ricardo, Clara y Florencia Bas.
Sopló las velitas en una chocotorta cubierta de confites de colores rellenos de chocolate: sabemos que la protagonista de La Casa de Papel conoce de cerca los platos y postres típicos argentinos, muchos de los cuales ama con locura.
Pero también fue noticia, en estos días, la entrevista que dio a Vogue España, en donde repasó varios aspectos de su carrera y también de su vida personal.
Muy afable y abierta, la popular actriz no dudó cuando le preguntaron cómo estaba en su relación con el Chino Darín, con quien está hace siete años y conforman una de las parejas de actores más sólidas y admiradas.
Ellos hablan en público de su relación y se muestran activos en sus respectivas redes. Sobre este punto, dijo Úrsula: “Ya viví en otras relaciones lo de llevar las cosas clandestinamente y ser muy reservada, y me di cuenta de que no, al final no funciona. Habrá gente a la que sí, pero a mí, por mi forma de ser, no me fue bien”, con lo cual hace tiempo que encara las cosas de otra manera.
No es menor un detalle que los unió aún más y es que, por razones de fuerza, tuvieron que pasar en nuestro país el confinamiento obligatorio que se dictaminó hace más de tres años, con motivo de la pandemia.
A 13 mil kilómetros de su familia y en un contexto angustiante, aquellos meses no fueron fáciles para Corberó: “Estaba como la mierda. Después me di cuenta de que no tendría que haber sido tan dura conmigo misma, porque era consciente de la situación que estaba viviendo un montón de gente que no tenían ni los mismos recursos ni el mismo privilegio que yo, y no me di el permiso a mí en ese momento de estar mal", reveló durante la entrevista, haciendo referencia de que en ese momento trató de pensar que todo estaba bien, aunque por dentro las cosas no fueran así.
"Fui consciente de que yo tenía también derecho a estar fatal, como cualquier otra persona, me encontraba a 13.000 kilómetros de distancia de mi familia”, confiesa.
Y luego se refiere a que estaban todos juntos en la casa de los Darín: “Todo ello sumado a que estás en casa de tus suegros y no quieres que te vean en determinadas situaciones. Estaba completamente desequilibrada. Me despertaba un día feliz, a los cinco minutos lloraba. Un cuadro de persona”, explica de nuevo entre risas a pesar de lo dramático de la situación.