Ellas acompañaron a Silvina Luna cada día de los últimos tres meses que estuvo internada. Fueron sus mejores amigas y estuvieron con ella en el hospital Italiano compartiendo su dolor. Este viernes, en el programa de Georgina Barbarossa, Analía y Eugenia hablaron de los últimos días de vida de su amiga:
"Es triste porque sabemos de las ganas que tenía Sil de vivir. Dio todo. Puso todas sus fuerzas para salir adelante. No podés hacer nada para ayudarla", comenzó a contar Eugenia. "Hace tiempo que estaba mal. Aunque nos decía que estaba bien. Le costaba abrirse a contar lo que le pasaba. Fue soltando de a poco", aseguró.
Además dio detalles de cómo era su vida en el Italiano donde estuvo tres meses internada: "En este último tiempo no podía moverse prácticamente. Sólo podíamos ponerle películas, le gustaba mucho que le pusiéramos a Luis Miguel de fondo. Eso la hacía sentir bien. Le poníamos meditaciones. Con Eze miraban mucho películas. Tenían muchos momentos de hermanos a solas. Era todo muy difícil para Eze".
La agonía de Silvina Luna: "Gritaba del dolor"
Eugenia se quebró al hablar de los dolores que sentía Silvina: "Era un gran dolor. Era muy fuerte verla así. Gritaba. El último tiempo no aguantaba más. De a poco se empezó a rendir, a entregarse. Lo dio todo, pero el último tiempo decía que no aguantaba más, que era horrible. Se preguntaba para qué estaba pasando esto".
"Su libro es el gran mensaje para todos. todo lo que escribió en el libro... Ella estaba más allá de todo", expresó.
Luego, habló Analía, quien también se refirió a los últimos días de su vida: "Fueron terribles, sinceramente fueron terribles. Fue agonía, su sufrimiento, su dolor. Los momentos que tenía lucidez, ver que su cuerpo no avanzaba. Fue tremendo. No se lo deseo a nadie. Fue una luchadora hasta el último momento. Nos miraba y nos decía "La tengo difícil", pero seguía, nos decía por favor que la ayudemos a hacer ejercicios a poder lograr levantarse. Su objetivo era poder salir de ahí. Quería vivir. Hasta los últimos días que se daba cuenta que no podía más y lloraba, pensaba y todo y decía que quería trascender, que no aguantaba más en ese cuerpo enfermo. Y fue terrible. Acompañarla en eso fue un dolor tremendo".
"Lo del covid fue insignifacante al lado de todas las dolencias que ella tenía. Fue como un resfrío más. No fue lo peor de todo lo que tenía... Estaba tan mal pobrecita que lo del covid fue insignificante al lado de todo lo que estaba pasando... Le dolía todo. Los músculos, tenía dolores de panza por los antibióticos que estaba tomando, muy mal la pasó", comentaron sus amigas.
Así partió Silvina Luna, así la despidieron
"Fue duro tomar la decisión de desconectarla", señaló Analía. "Una decisión que la tomó su hermano que fue su ángel. Porque de verdad el amor conque la trató Ezequiel, con el cariño que la manejaba, que la cuidaba, que la acomodaba, que le daba de comer, las palabras de aliento. La fuerza que le ponía es admirable. Ella lo amaba profundamente y todo el tiempo pedía por él. Nosotras estabamos ahí para reemplazarlo un poco, poque últimamente Ezequiel no tenía vida. Su vida era su hermana dentro de ese hospital".
Analía también contó que ella le habló de la muerte: "Le dije que si pasaba eso, que estaba todo bien. Que su mente se iba a expandir, que tenía muchas herramientas para sobrellevar ese momento. Me decía "tenés razón". Era mejor cualquier otra cosa antes de estar psotrada en esa cama".
Y además reveló cómo fue su partida: "Ella nos fue preparando a todos. Fue hermoso su despedida dentro del dolor que sentíamos, porque estaba rodeada de todos su amigos, su hermano, tocándola, poniéndole mantras, diciéndole que estaba todo bien. De a poco se fue apagando y se fue rodeada de amor. Se fue yendo con nostros ahi".
"A ella no le hubiera gustado velatorio, así que respetamos esa decisión. Ayer no sé qué paso porque estabamos entumecidos con todo lo que habíamos vivido y a último momento se llevaron el cuerpo para hacer la autopsia. Pensamos que no puede descansar en paz, pero es algo que necesitamos hacer porque queremos que se haga Justicia. No solo se lo merece Silvina, sino todas las víctimas de este tipo. Hay mucha gente intoxicada por este tipo", enfatizó Analía.
Y Eugenia agregó que pusieron en la causa contra Lotocki "lesiones graves porque no había pasado lo peor. Siempre se espera lo peor para accionar, no?", planteó.
Los últimos días de vida de Silvina: "Le poníamos programas antiguos si pedía ver la tele"
Analía aseguró que "No llegamos a contarle de Mariano Caprarola. Sabemos que era una persona querida para Silvina. Y no le dabamos ese tipo de información. Si pedía ver tele, le poníamos programas antiguos. No le dábamos esa información. Para nosotros fue una piña lo de Caprarola, porque si bien murió de un paro estamos seguras que fue consecuencia de lo de Lotocki. A Silvina le daban todos los días una inyección de heparina para licuar la sangre. A este chico le dio un paro cardíaco porque a lo mejor tenía un coagulo por ahí girando, tengo médicos amigos y me dicen que seguramente fue consecuencia de eso".
"Ella decía a mí nadie me va a devolver la vida, nadie me va a devolver la salud. No le interesaba hacer un jucio por la plata a este tipo pero sí concientizar porque se daba cuenta que por una mala decisión estaba intoxicada. Cuando se dio cuenta que estaba en riesgo su vida, ahí empezó a hablar. Decía yo tengo que concientizar, tengo un millón de seguidoras en Instagram, a lo mejor alguna chica ve esto...", comentó acerca de su situación.
"Ella ya estaba entregada, se enteró que lo habían inhabilitado. Pero nos miraba y nos decía estoy postrada aca, qué me importa, ya está. Ella no pidió nada. Yo le prometí a ella, le dije voy a hacer justicia por vos. No te mereces todo esto que viviste en estos 11 años. Y estos tres meses fueron la verdad para el olvido", dijo Analía.
"Ezequiel perdió a lo más grande que tenía. Él vivió por Silvina. Mutuamente, se tenían uno al otro.
Silvina Luna nombraba mucho a sus padres en el último tiempo
"La voy a recordar con las enseñanzas que me ha dejado, el alma que tenía, su bondad, su caridad, era muy buena persona. Muy buena amiga, muy compañera. Pasábamos navidades, años nuevos juntos, en familia, con su hermano", destacó Analía.
Y Eugenia agregó:"En estos años de amistad me enseñó mucho, prefiero recordar con ese amor que nos daba".
"Ella el último tiempo los nombró mucho a sus papás. Los llamaba, nos decía que la estaban esperando. Escuchar eso es muy fuerte para su hermano", contó Analía. Y sumó: "Ya no queríamos verla sufrir más. Ella no quería sufrir más. Quería trascender. Lo fue procesando y creo que lo intentó hasta donde pudo y soltó".
"Charlábamos de todo. Ella se preocupaba por todos. Por mi viejos, por mis hermanos. Ella te preguntaba por todo. Llevamos a una sanadora, y estaba su prima que está transitando un cáncer de mama y ella la señalaba a su prima, que la curara a la prima. Y ella estaba con el tubo puesto en la boca. Hasta esa bondad tenía. Siempre pensando en los demás, en todo", enfatizó.
Con ella, Silvina fue a ver al padre Ignacio: "Sabemos que visitó al Padre ignacio, que lo vio. Creía mucho. Con su prima, con Cinthia acompañándola en este proceso de la enfermedad", contaron.
Le llevaban todo lo que pudiera estar a su alcance para estar mejor
"A ella le encantaba, todo lo que estuvo a nuestro alcance para que esté mejor. Le poníamos tarjetitas cuánticas, sanadoras, rezábamos, le llevamos estampitas del padre Ignacio, le llevaban cadenitas, les llevamos todo para intentar que se recupere", contaron sus amigas.
"Le preocupaba su hermano. Me llegó a decir que si le pasaba algo que no lo deje solo a Ezequiel y acá estoy cumpliendo mi promesa. Va a seguir siendo mi familia hasta el día que me toque partir a mí", afirmó Analía.
"Su hermano le daba paz. Lo veía un ratito lejos y pedía por él. Quería estar todo el tiempo con él. Era todo lo que quería".
Conocer un gran amor y ser mamá: los pendientes de Silvina Luna
"Ella tenía pendiente conocer a su gran amor. Ella sufrió mucho por amor, tuvo un montón de amores. Era muy sentimental, lloraba, después se le pasaba", aseguraron sus amigas.
"Su gran sueño era ser mamá. Lo hablamos mucho tiempo. Cuando sus riñones ya estaba necrosados, pensaba subrogar un vientre para usar esos óvulos que congeló cuando estaba mejor de salud", comentó Analía.
"No podemos creer que esté muerta nuestra amiga. Tantas cosas que le quedaron por vivir, tantas ganas de vivir que tenía, y muchas cosas que le quedaron por hacer. No lo podemos creer", se lamentaron las amigas.
"Apenas salió de la intubación nos dijo que todavía tenía mucho por hacer acá. Ella tenía muchas gamas de seguir acá. Nos enseñó a vivir en el presente, en el día a día. Ella sabía toda su situación y eso también es un gran mensaje para todos", expresó Analía."Ella se prometió ser mamá. Quería ser mamá y devolver todo el amor que recibe de todos".
Quería morir en su casa
"Seguramente este mediodía nos juntemos acá en mi casa, a estar juntos, acompañándonos", deslizó Analía. "Estamos todos destrozados. Mi casa era el lugar que a la gorda le gustaba venir. Ella me pedía 'llevame a tu casa, me quiero tirar en el sillón de tu casa'. Y yo le decía pero cómo hacemos con la diálisis".
"Ella quería ir a su casa, quería dejar el hospital", dijo Analía. Eugenia agregó: "Todo el tiempo nos decía quiero ir a mi casa, llevenme a mi casa, quería estar con sus cosas. Pedía el mat de yoga cuando no podía sentarse sola. Llegó al punto de no poder mover las piernas sola".