Con el sello del Estudio Gonzalo del Val + Toni Gelabert Arquitectes, este proyecto de renovación responde a un contexto social y urbano que se puso de manifiesto en Madrid después del encierro y la pandemia.
Por un lado, varios inversores pusieron a la venta deptos turísticos en la ciudad por no haberlos podido amortizar durante meses y, por el otro, la vuelta a casa de muchos emigrantes que trabajaban en el extranjero, gracias a la implantación de un mercado laboral más abierto al trabajo online. Estas dos situaciones fueron el disparador de este proyecto: la compra de dos antiguos pisos de alquiler turístico por parte de un propietario que regresa a Madrid tras pasar once años trabajando entre Nueva York y Puerto Rico.
La casa se encuentra en el madrileño barrio de Lavapiés. Anteriormente estaba dividida en dos pequeños departamentos independientes, con la distribución convencional de los alquileres turísticos: un living, una cocina americana y una pequeña habitación.
El propietario propone recuperar la unidad de la vivienda para trasladarse allí. Gracias a los nuevos modelos de trabajo a distancia, podrá seguir trabajando en Nueva York desde su nueva base en la ciudad de Madrid.
Pero para lograrlo, surgen unos requisitos contrapuestos: se busca una casa agradable y cómoda pero a la vez dinámica para poder trabajar en ella, una casa pensada también para una sola persona pero capaz de trabajar con varios invitados y amigos de todo el mundo.
Así, se propone un juego de tres piezas capaz de organizar programáticamente el entorno doméstico. Tres enormes objetos incrustados en este minúsculo depto de 70m2. Cada una de las piezas cualifica el espacio, lo domestica y construye ambientes diferenciados.
Una caja de madera de abedul contiene la cocina y la biblioteca que cubre la zona de sofás, una estructura de azulejos salmón contiene el comedor y la entrada bajo un techo iluminado en rojo vivo, esta pieza separa la zona del dormitorio del salón. Y, por último, un tótem tecnificado, con forma de doble T y revestido de azulejos amarillos, organiza la estancia principal distribuyendo por sus caras cuatro programas domésticos: dormitorio, vestidor, lavabo y ducha.
Las tres puertas corredizas, al abrirse, dejan la habitación en posición de suite con el cuarto de baño asociado. Cuando las puertas que rodean la ducha y el lavabo están cerradas, el cuarto de baño funciona de forma independiente junto al aseo en una habitación contigua, permitiendo el acceso a la habitación principal.
La posición estratégica de estas puertas corredizas permite optimizar los diferentes usos y aprovechar al máximo los programas de la vivienda.
Las tres piezas funcionan en continuidad, una especie de narrativa espacial, extrañamente doméstica, para constituir un hogar agradable, abierto y cambiante.
Ficha técnica
Ubicación: Madrid, España
Arquitectos: Estudio Gonzalo del Val + Toni Gelabert Arquitectes
Superficie: 75 m2
Año: 2021
Fotos: José Hevia