La cita para la entrevista de esta semana es en el pintoresco Palacio Balcarce, un edificio de valor patrimonial ubicado en el barrio de Retiro que fue construido entre 1913 y 1916 por el arquitecto inglés Walter Basset Smith por encargo de José González Balcarce.
Con pasillos y pisos revestidos de madera, la luz a la entrada proviene de la enorme abertura al fondo que invita a sus jardines habitados por monsteras, helechos y varias especies de árboles.
Un marco inmejorable para a nuestra elegida, Mercedes Omeñuka, empresaria, representante de la industria maderera que se predispone con mucha calidez (y un poquito de nervios por la falta de costumbre de tomarse fotos) a contarnos su trayectoria, su experiencia y cómo vive su desarrollo profesional en su ámbito.
"Empresaria y dirigente de la AMAC (Asociación de Madereros, Aserraderos y Afines de Corrientes) desde hace casi dos décadas. En el corto plazo, y gracias a su gestión en la cámara empresaria, tomará protagonismo el Instituto Correntino de la Industria de la Madera (ICIM). Trabajó muchos años en empresas privadas, líderes en la zona, pero el punto de inflexión está marcado en el año 2005, cuando crea su propia empresa familiar en donde hoy se desempeña como Socia Gerente" dice su presentación oficial.
Un impresionante currículum que tiene por detrás una mujer que se evidencia sensible y se emociona al hablar de su marido, el Chino, con quien trabajó gran parte de su vida "codo a codo". "No podría hacer todo lo que hago sin su apoyo. Tu pareja es la que la que te sostiene, la que te dice, que podés", cuenta con los ojos húmedos.
Y que también se enorgullece al compartir que hace algunos años delegó en su hijo Katriel una parte importante de la operación de su empresa, y que hoy "le va muy bien" con eso.
La charla se inicia cuando Mercedes, rememorando cómo empezó a trabajar, habla de un sueño. "Soñaba con ser contadora", comparte. Para lograrlo estudió mitad de la carrera en la Universidad. Luego, la vida la fue llevando por otro camino y descubrió la actividad que hoy encara con pasión y profesionalismo.
"Los primeros años de mi vida laboral fueron como empleada en empresas privadas, en las que trabajé hasta que tuve a mi hijo. Antes de eso hice una carrera terciaria, me recibí de profesora de Ciencias Económicas y, cuando me casé, seguí estudiando porque mi sueño era ser contadora. Iba por la mitad y tuve dejar, ya trabajaba en otra empresa privada dentro del rubro maderero. Se dedicaba la foresto industria y la verdad que me encantó".
No sin tener que superar grandes obstáculos, que aparecen "cuando uno menos lo espera". "Estando en un muy buen momento laboral, la empresa me despidió, eso fue muy duro. Encima, en ese momento, mi marido tenía una empresa que le brindaba servicio. Así que los dos nos quedamos sin trabajo".
"Tenía que definir qué hacía con mi vida y me costó unos días... decía 'qué hago acá llorando por los rincones'. Podía echar manos al título que tenía, pero ya no era lo que me gustaba, me había quedado enganchada con el tema de la madera".
"Entonces comenzamos a armar una aserradero de la nada. Primero había que conseguir un espacio. Debo reconocer que tuve unos días difíciles", reconoció.
Pero decidió volver a empezar. "Hicimos un rejunte de lo que para otros podía ser un desperdicio de máquinas, las fuimos reacondicionando y nos llevó un buen tiempo, sobre todo, porque no teníamos recursos. Fuimos creando una oportunidad para poder trabajar".
En ese momento de necesidad, valoró su experiencia previa y, sobre todo, las buenas relaciones que había construido con diferentes componentes del sector.
Por eso, dice con énfasis: "Hay algo que quiero destacar: cuando vos estás en un lugar ocupando un cargo, ya sea en el sector privado o en el sector público, tenés que saber que no vas a estar eternamente en ese lugar... Entonces, no te la creas... ¿Qué te quiero decir con esto? Que cuando fui despedida de la empresa, me tocó estar del otro lado del mostrador".
"Y toda esa gente a la que yo traté bien, con la que tuve una relación cordial, de empatía pese a las arduas negociaciones propias de la actividad ... Todo eso me sirvió cuando estuve del otro lado. Yo necesitaba recursos, que ellos confiaran en mí, entonces me decían: 'llevá lo que necesites, sé que me vas a pagar cuando te organices'. Esa confianza que generé anteriormente, eso es algo que tenemos que tener en cuenta en la vida".
Pero aquel proyecto con el que Mercedes y su marido se habían vuelto a poner en marcha quedó trunco: un tornado arrasó con lo que habían construido y volvieron a quedan en cero.
Una vez más la vida la puso a prueba pero la fuerza no la abandonó, todo lo contrario. "Era empezar de nuevo, reinventarnos y reinventarme yo particularmente porque, por ahí, las mujeres somos siempre las que tenemos más fuerza siempre. Y volvimos a empezar en otro lugar, en el pueblo de donde soy. Ahí también comencé a incursionar en la gremial empresaria".
El rol de la mujer en la industria
Mercedes Omeñuka representa a mucha otras mujeres del sector maderero y de la industria en general. Ocupan cargos de liderazgo, toman decisiones, planifican y delegan. Ponen en marcha proyectos y personas.
Una de sus actividades actuales es la de dirigir la empresa familiar que logró fundar con su marido, también cuenta con una nómina de empleados y quisimos saber cómo es el papel de la mujer dentro de su organización.
"Tenemos mujeres de ocupando distintos cargos, desde la administración a la parte técnica. En algunos puestos ponemos duplas hombre-mujer para aprovechar esa doble mirada, la mujer está más en el detalle por eso les pedimos que observen y nos sugieran qué cosas podemos mejorar.", explica.
"Creo que las mujeres podemos trabajar en cualquier puesto y desarrollar cualquier actividad, primero tenemos que animarnos. El segundo paso es que te den el lugar, que puedas demostrar que sos capaz. Esta es una actividad que, de por sí, siempre fue de hombres. Yo tuve mucha suerte y me encontré con mucha gente que me acompañó y apoyó, que creyó siempre en mí".
"Una tiene que aprender, superarse y estar a la altura, en cualquier ámbito. Cuando vos logras eso, yo creo que no hay nada imposible. Y acá me viene la idea del famoso techo de cristal, que sin duda de existe en la medida en que nosotras mismas nos lo ponemos".
Cómo ejercer hoy el liderazgo en una organización familiar
Mercedes se ocupa de diferentes actividades, por eso no pasa su tiempo de trabajo exclusivamente en su empresa. Para poder hacerlo, tuvo que formar equipos de trabajo y delegar responsabilidades y tareas, algo fundamental para su desempeño: "Si no, no podría hoy hacer todo lo que hago. Yo formo a la persona y después delego. Es complejo tomar decisiones, hay que tener un equilibrio y también mucha empatía, trabajar desde ahí con la gente de tu entorno".
Siempre con el apoyo de su familia: "Mi marido está en la parte de mantenimiento, observando dónde falta algo o dónde hay que corregir" y recuerda, de paso, cómo comenzaron en este camino dos décadas atrás. "Al principio teníamos muy pocos operarios. Los domingos trabajábamos juntos, nos subíamos a la máquina cargadora (yo con el mate) y pasábamos dos o tres horas moviendo rollos, paquetes de madera. Vivimos todo el proceso juntos".
"Mi hijo (Gabriel) se incorporó a la empresa justo cuando comenzó la pandemia, dejó su trabajo Corrientes (capita) y se mudó con su familia. Era el candidato ideal para delegar aunque, en un principio, no tenía el conocimiento. Lo que hice para motivarlo fue asignarle un cargo importante, el área de Comercio Exterior (es licenciado en Administración), una preparación que yo consideré que ideal para el puesto... y lo está haciendo muy bien. De hecho, tengo muy poca injerencia en eso", admite.
Dentro de los productos que ofrece su empresa, está la materia prima para muebles, también la que se emplea para la construcción de viviendas.
La madera, cuenta Mercedes, es todo para ella y es por eso que cree en la necesidad de ponerla en valor. "Nos cuesta en nuestra provincia y en el país darle el valor que tiene realmente".
"Nací en Misiones y me vine a Corrientes, viví en una casa que era totalmente de madera, muy cálida en invierno y fresca en verano. Hay un dato que muchos no conocen y es que una vivienda, sus aberturas y muebles, todo lo que sea de madera, ayuda a mitigar los gases de efecto invernadero. Porque captura dióxido de carbono, lo almacen, no sólo cuando es árbol", explica.
"Desde el lugar que me ocupar hoy lo que tengo que hacer, más allá de que sea mi negocio, que se conozca más. Sobre todo, teniendo en cuenta el medio ambiente".
¿Cómo es el tema de la tala y la reforestación en la industria maderera?
-Si nosotros talamos árboles, hay que entender es que ese árbol se tala se reemplaza por otro. Nosotros estamos en la segunda etapa, que es la parte de industrialización de la madera. La actividad primaria es la que se encarga de cuidar la parte climática, del control de plagas, para que la planta vaya prosperando. Esta actividad primaria con la secundaria se manejan en equilibrio entre la demanda y la reforestación.
Luego aclara que actualmente, "tenemos todavía una oferta mayor en cuanto a materia prima (disponibilidad versus utilización en las industrias) pero eso se va a revertir -entendemos que de corto a mediano plazo- porque en Mirasoro (la zona de donde soy) se está instalando un proyecto industrial muy grande que va a consumir lo que demandamos hoy alrededor de las 30 industrias que ya estamos instaladas.
Por eso, enfatiza en que "hay una gran preocupación de las pymes, que nos preguntamos en qué momento vamos a comenzar a sentir ese posible faltante, por eso estamos en alerta y viendo si se va a seguir reforestando en la misma proporción que se está consumiendo".
"Los países vecinos (Brasil, Uruguay) tenían un costo de materia prima que era superior al nuestro y eso, hoy se está revirtiendo. Creemos que, al mejorar el precio, va a volver el incentivo de seguir reforestando", aclara Mercedes.
"Esta actividad tiene sus tiempos y eso es un factor muy importante: dependiendo de la genética, del tercer al quinto año es posible comenzar a cosechar. En el caso de eucaliptos, por ejemplo, a partir del sexto año podés tener obtener, por ejemplo, los postes que se usan para la energía. Si se trata de pino, tenés que pensar que a partir de los 12 años podés comenzar a sacar rollos", explica.
Paralelamente a la fundación de su empresa, Mercedes comenzó a incursionar en la gremial empresaria, "primero, como secretaria de una asociación que se había creado en aquel momento, en 2007 y, después de un tiempo, fui propuesta como presidente, cargo que estoy ocupando actualmente. Eso me llevó a representar al sector frente a distintos organismos a nivel provincial, a nivel nacional, y actualmente estoy ocupando también un cargo dentro de la Federación de la Industria de la Madera, una federación a nivel nacional que nuclea 28 cámaras y que es muy federal porque tenemos desde Salta, Tucumán, Ríos Negro, Córdoba, Santa Fe, Misiones, Corrientes, Entre Ríos e incluye cámaras que nuclean el grueso a pymes".
En cuanto a su desempeño, explica que su tarea "es trabajar buscando cómo fortalecer esas pymes: gestionar líneas de crédito, ayudar ante la falta de insumos, negociando las paritarias con el gobierno, entre otras cosas. Asistimos a reuniones con funcionarios en representación de estas cámaras. Conformamos el Consejo Foresto Industrial Argentino, donde gestionamos propuestas y también pedimos soluciones, teniendo a favor que conocemos los temas desde adentro".
Por el desarrollo de todas estas actividades, Mercedes fue premiada en varias oportunidades. CAME le otorgó en 2019 y en 2023 la distinción Mujer Empresaria, que recibió en el Senado de la Nación. Además, fue nominada como finalista por FEC y este año, Mujer Destacada por la Provincia de Corrientes.
Fotos: Rocío Bustos @rrociobustos
Video y edición de video: Candela Petech @ph.candela
Make up y pelo: Agustina richezza @agusrichezza_ para Belen Fiorito @belenfiorito
Producción: Lucila Subiza @lucilasubiza
Esta producción se realizo en Palacio Balcarce @elpalaciobalcarce
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