PH: Podemos Hablar tuvo su estreno este sábado con una nueva temporada conducida por Andy Kusnetzoff. En este primer programa, los invitados al punto de encuentro fueron: el cantante Abel Pintos, la modelo y actriz Paula Chaves, el chef Damián Betular, y los ex Gran Hermano, Julieta Poggio y Marcos Ginocchio.
En uno de los momentos más emotivos de esta primera emisión, Ginocchio dio detalles de una etapa de su vida muy difícil, que lo marcaría para siempre. "Cuando era más chico, sentía que no tenía dónde refugiarme y no daba más. Tenía varios problemas de salud, que me traían ansiedad y depresión. Me costaba mucho salir, pasaba el tiempo y decía que iba a cambiar. No le veía mucho sentido. Estaba tan triste", confesó el salteño.
Durante ese punto de encuentro, Marcos detalló de qué se trataba esta situación que le hacía insostenible. "La depresión, la ansiedad, el estrés, causaba en mí mucha tensión. Me decían que no podía seguir así, me dieron unos resultados donde decía que las células de mi cuerpo se estaban atacando a sí mismas. Era algo emocional y físico", añadió.
"Había bajado mucho de peso, no tenía energía, no aguantaba más. No salía de mi casa, lloraba y lloraba. Le pedí a Dios que no podía estar más así. Esa noche sentí la presencia de Dios y todo empezó a mejorar. Yo estudié metabolismo en la Universidad y justo una persona en el colectivo estaba viendo eso, lo investigo en la compu, empiezo a formarme y eso me hizo seguir. No creo que haya sido casualidad. Dios me escuchó", relató.
En este sentido, Ginocchio reveló que no era feliz en su infancia y que sentía que no valoraba las cosas que tenía en su vida, hasta que las perdía. "Todo lo que pasó y todo lo que me tropecé, me ayudó. Considero que estar bien es tener la bendición de estar vivo, de tener salud y de tener a mi familia", aseguró.
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