Santos Dumont, esquina Charlone, Colegiales, Ciudad de Buenos Aires. Mediodía al sol. Finalmente, hay clima de primavera, y Natalia Dincau lo sabe, y la lleva en una bicicleta roja, que lleva su nombre y un gran recipiente delantero de todos los colores de las flores que lleva y estaciona frente al restaurante El Obrador.
Imposible no verla y detenerse a conocerla y contar su historia. “Soy Natalia Dincau, vivo en Colegiales, con mi hija Luisa, estudié Administración y Cocina”. Pero sobre todo, elige presentarse como una “amante de la naturaleza en una ciudad” y florista de toda la vida.
“Jugaba y soñaba en los jardines de ciruelos de mi abuela Doña Rosa cuando todos se llenaban de flores blancas y rosadas -recuerda Natalia a Para Ti DECO- Juntaba ramos con miles de violetas protegidas por espinillos, en Roque Pérez, y siempre le pedía a mis padres que detuvieran el auto para juntar margaritas en el campo. Nací y crecí en una familia que me llenó de enseñanzas y amor por las flores y plantas”.
Natalia Dincau con la florería rodante a todas partes
La florista de Colegiales rememora sus paseos por el vivero junto a su mamá Elisa y su papá Juancho como uno de sus planes preferidos de su infancia, y los señala como la primera inspiración para su puesto de flores rodante que acaba de poner en marcha hace apenas algunas semanas.
Su inversión: reciclar una bicicleta roja abandonada. Su primer viaje: una florería pop-up junto con la diseñadora de moda Nadine Zlotogora y otras artistas. Y después: del Mercado de flores de Barracas hasta acá, su lugar -los miércoles y jueves al mediodía- y su propósito: comunicar y difundir el poder de las flores, misión que replica decorando locales y eventos, haciendo ramos por encargo, compartiendo su conocimiento y pasión en talleres de armados de ramos “¡y yendo con mi bici adonde me llamen!”, cuenta entusiasmada.
“Las flores nos regalan belleza, perfume y alegría. Cada una tiene sus colores y formas increíbles, y nos conectan con la naturaleza y con la vida”, cuenta mientras ordena, entrelaza y mima ramos de Astromelias, Fresias, Aciano, Crisantemos, Strelitzia, Heliconia, Repollo, Eucaliptus, Nabiza, Viznaga y Piña ananás.
Y desde la ventana de El Obrador, llama la atención un tan simple como imponente arreglo hecho por Natalia con Strelitzia Ave del Paraíso, Heliconia Ave del Paraíso, Piña Ananás y Aciano
Natalia Dincau no anuncia ni ofrece su carga de flores a viva voz, como una vendedora ambulante tradicional. Sin embargo, apenas se instala con su bicicleta roja, los paseantes se detienen y la rodean, para mirar y admirar su propia “florilandia” sobre ruedas, con ramos armados minuciosamente por ella. “Les pongo mi impronta, son ramos personalizados, y mi intención no es vender flores sino brindar un servicio, entender que busca y qué necesita cada cliente, y darle algo con sentido estético y amor por la naturaleza”.