¿La moda no incomoda? Cuántas veces nos hicimos esa pregunta sin entender si la respuesta existe o no. Lo cierto es que cada temporada las tendencias forman parte de un abanico de posibilidades más grande. Y es esa generosidad de ofertas que hacen que el estilo personal prevalezca y se nutra de las ellas. Es el estilo personal lo que define a cada persona y es, a través de lo que viste, la imagen que ofrece.
Siempre que se habla de prendas básicas hay que tener en cuenta si esas prendas, además de ocupar un lugar en el guardarropas, tienen ocasión de uso. Una prenda sin ocasión de uso deja de ser básica. Y aquí es donde entra la subjetividad para mediar entre la oferta, la demanda y la necesidad.
Entre los ítems de esta primavera encontramos extremos que lejos de estar en puntos antagónicos se acercan por obra y gracia del estilismo. La idea es poder vestir a gusto, sentirse cómodas. Una imagen forzada de moda se nota y a la larga o a la corta, florece y no de la mejor manera.
Así podemos combinar sin temor un diurno blazer de lino oversize en un tono pastel con una minifalda de glitter de inspiración disco que a primera vista está destinada para la noche.
Otro dato a tener en cuenta es usar una prenda con otro propósito desconocido. Así un trench de tafeta puede convertirse en un vestido elegante y un blazer largo en un vestido corto si el espíritu y la confianza lo toleran.
Las amantes de las estampas encuentran en este recurso una manera de destacar lo que visten. Mas allá de los tradicionales prints florales o tropicales típicos del verano existen otros abstractos o más pop que sirven para levantar una prenda ya conocida. Un equipo monocolor tiene su upgrade con una tercera capa estampada que engame o corte la monotonía. Los colores también tienen su momento y se dejan seducir por la ausencia de reglas pre establecidas dando lugar a nuevas combinaciones cromáticas. A veces un detalle de color fuerte es suficiente para que un look se destaque. En ese caso apostar a zapatos de un color contrastante puede ser el responsable de una causa con un efecto óptico más que interesante.
Apostar a una identidad de moda es un ejercicio que requiere, sobre todo, honestidad y seguridad con una misma.
Nuestra modelo
Por consejo de su madre, la modelo Nora Portela, Chloé Bello comenzó a modelar cuando terminó el colegio. Ese fue el puntapié inicial de su carrera como modelo con casi una decena de tapas para Para Ti. Una profesión que también la llevó a trabajar en diferentes partes del mundo. Para Chloé viajar no es una opción, es una forma de vida. Por eso luego de la muerte de su pareja Gustavo Ceratti, se refugió en viajes que la llevaron a vivir en diferentes ciudades del mundo. En esos tiempos comenzó a gestarse la actuación y estudió y perfeccionó la nueva carrera en Los Angeles y Nueva York. Hoy está instalada en Argentina y interpreta a Javiera, su personaje en Buenos Chicos, la serie de Polka. Amante de los animales viaja por el mundo con su perra Petunia y confesó que en un futuro le gustaría vivir en una casa roeada de animales rescatados.
MODELO @bellochloe para @chekkabuenosaires
FOTOS @chrisbeliera
VÍDEO @rrociobustos
ESTILISMO @alegarcia360
MAQUILLAJE @rociosomoza para @sebastiancorreaestudio con productos @givenchybeauty
PEINADOS @rociosomoza para @sebastiancorreaestudio