Juan Sebastián Verón y la abogada Valentina Martín se casaron este sábado 11 de Noviembre, dos meses después de haber pasado por el civil. La pareja realizó la ceremonia religiosa y una gran fiesta con 200 invitados en Villa María, la estancia de Cañuelas donde también se casaron Abel Pintos y Alejandro Fantino entre otros.
Valentina Martín, la flamante esposa de Juan Sebastián Verón, adoptó tres cambios de look durante toda la fiesta: el primero, para la ceremonia religiosa, el segundo para el momento de la torta y el tercero para el momento del baile. Todos, muy sensuales y en color off white.
El primer look de la novia: romántico y súper chic
La novia sorprendió a todos los presentes al caminar hacia el altar con un bellísimo y romántico vestido con corte sirena. Un diseño strapless, con corset armado y falda con cola íntegramente realizado en encaje y tul. Lo acompañó con un delicado ramo de rosas blancas.
Por su lado, el futbolista adoptó un traje claro con corbata azul y camisa blanca.
El segundo look nupcial: sensuales transaprencias
Para el momento de cortar la torta, los novios realizaron un cambio de look. Valentina, llevó un segundo vestido largo realizado en un delicado tul bordado con flores al tono.
La prenda, muy femenina, presentaba con breteles anchos, corsette armado y falda transparente que dejaba ver un culotte en color blanco.
El tercer look de la novia: brillos para bailar
Entrada la noche, la abogada realizó su tercer y último cambio de look. A diferencia de los outfits anteriores, para este momento de la noche, eligió un diseño corto con detalles en plateado.
Se trató de un vestido con cote en la cintura que presentaba una minifalda de plumas. Para completar su estilismo, sumó un chaleco con flecos metalizados, botas cortas de glitter y un tocado con plumas blancas y un adorno de strass.
Para bailar al ritmo de La Konga, grupo invitado, la mujer del futbolista se sacó el chaleco y bailó sin parar.
La estancia Villa María, el lugar soñado que eligió Juan Sebastián Verón y Valentina Martín para su casamiento
Ubicada a poco más de una hora del Obelisco, la estancia diseñada por el arquitecto Alejandro Bustillo y que supo ser casa de verano de la familia Pereda, atesora más de 95 años de historia.
La historia de la familia Pereda, una familia de la élite terrateniente, se inicia en la Argentina antes de la independencia de nuestro país en tiempos en que era corriente que se repitieran nombres y apellidos en el linaje familiar.
Con la prosperidad de los negocios comienza luego un segundo período en la familia con la adquisición de tierras y ganado. A las estancias “La Asunción” y “La Encarnación”, compradas en 1884, se sumó “Villa María”, comprada en 1895 por Vicente Pereda Pereda (1826-1914) a fines del siglo XIX.
La zona de Cañuelas para entonces era pionera en el negocio ganadero. Cañuelas remite su nombre a una planta silvestre de hojas anchas y puntiagudas común en los campos de España, también llamada "festuca" o "escañuela". Cuando los expedicionarios españoles llegaron a esta zona observaron algunos pastizales que le hicieron recordar a las "cañuelas" de su tierra natal y entonces designaron con ese nombre al distrito.
En 1919, su hijo, Celedonio Pereda, encomendó al reconocido Arquitecto Alejandro Bustillo la construcción del casco para ser utilizado como villa de veraneo de la familia en los campos de la estancia.
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