Gabriela Hoch se especializó, en los últimos años, en lo que define como "liderazgo consciente". Es difícil definirla porque de eso, justamente, ella reniega desde el principio de la charla. De las definiciones, de las etiquetas, de las determinaciones.
Le pasó desde el momento en el que decidió dedicarse a ser. A "ser" (enfatiza), explicado desde el hecho de conectarse con lo más humano de sí misma para, desde ahí, poner en juego y brindar todos los saberes que adquirió una vez que tomó la decisión de vivir de otra manera.
En 2012, ya casada, y con cuatro hijos, en un momento laboral que "el afuera" podía llegar a considerar "la cúspide" de su carrera, dejó todo eso de lado. Escaparse de ese sopor que para ella se había tornado carente de significados y que sostenía más por mandato que por convicción. Entonces le planteó a su marido la idea de emigrar a los Estados Unidos para refundar la vida familiar.
Una vez allí, por dos años, fue completamente feliz de ser "la mamá de" Bautista, Conrado, Benicio y Esmeralda. Se conectó con ser madre y con ocuparse de la cotidianeidad de su prole. Algo que en su vida anterior no se podía permitir. Lo más interesante es que su búsqueda interior, lejos de terminar en eso, estaba más activa que nunca. Entonces se formó más aún: escribió no uno, sino dos libros. Y hoy se encarga de brindar las herramientas necesarias para que otras personas también se aventuren a emprender ese despertar. Pero todo esto lo explicará ella misma a lo largo de la charla con Para Ti que hoy la tiene como una de Las Elegidas.
'Este es el momento'
"Emigramos a Estados Unidos hace 11 años, una decisión difícil para mí, porque en realidad mi marido tenía ya su empresa montada allá y como que me vino y dije 'este es el momento'. En enero de 2012 dije 'vamos a emigrar a Estados Unidos' y diciembre 21 de ese año, ya estábamos ahí", rememora Gabriela Hoch.
Su facilidad de palabra se centra, ahora, en describir su familia numerosa, algo que en sus momentos de trabajo más álgidos no podía compartir con su entorno laboral: "Tengo a los mellizos, Bautista y Conrado de 23, Benicio de 17 (cumple 18 de enero) y Esmeralda que tiene 14 cumple 15 en abril, todos con el mismo matrimonio, ¡Lo aclaro! Porque entre los mellizos y Esmeralda se llevan 9 años", cuenta con un orgullo evidente.
Ante la consulta de cómo se definiría, responde: "Ya no uso etiquetas... tener que decir soy mentor en empoderamiento, conciencia y sanación, ¡definirme me resulta un horror! Porque ¿quién soy? ¡Soy! ¿Quiénes somos? Yo sé que es medio disruptivo porque cuando estás en el 'straight to the business', obvio. Pero, lo que lo que vengo a traer, es ¡integremos! Somos personas, somos humanos, ¿cómo hacemos para integrar todas esas partes nuestras?", afirma con vehemencia.
Esta visión que ahora pregona fue un gran aprendizaje, fruto de la decisión de volver a empezar: "Me fui en un momento que, esto es muy fuerte, para mí, o para otros, (y lo cuento en el libro) era 'en mi mejor momento profesional'... ¡y yo no sentía eso! Sentía que lo mejor para mí era cuidar mi salud. Y había llegado un momento de una voracidad tan intensa de trabajo, que pensé que me iba a morir. Gracias a Dios nunca me pasó nada verdaderamente. No estaba enferma, no me pasó nada, pero yo sentía que el nivel y la manera que tenía de trabajar, no me iba a llevar un buen puerto y que no estaba dando lo mejor, justamente, para lo más significativo: para mi familia, para mis hijos, para mí", reconoce.
'Noté que comenzaba a hablar catastróficamente'
Sobre ese momento, cuenta que "estaba en una vorágina de trabajo enorme ¡y no paraba! Soñaba Cristina Kirchner, soñaba con Macri, soñaba con Bachelette. Y menciono eso porque justo fue una Cumbre en el 2008 que hicimos, donde vinieron los presidentes y líderes mundiales, y una intensidad que no podía parar".
Y añade: "Tenía equipo pero no podía parar y en un momento noté que comenzaba a hablar catastróficamente, en el sentido de 'si me pasa algo, ustedes tienen que saber que esto tiene que ser así', en el trabajo.
Estabas sintiendo el fin de un ciclo...
-¡Claro! De hecho, cuando en el 2012 tomé la decisión y dije 'vamos' y fue todo un año, fue todo un proceso. Yo tenía mi agencia de comunicación, tenía Voces Vitales (N. de R: una organización que promueve el liderazgo de las mujeres como motor para el progreso económico, político y social de las comunidades). Cuando les comento esto a toda una mesa larga con las mujeres que me acompañaron desde el principio, me decían '¡se muere Voces Vitales!'. Mi forma de liderar también un liderazgo muy presente, muy intenso, muy personalizado. Y yo dije 'chicas, si nosotras consideramos que Voces Vitales Argentina se muere porque una persona se va, algo estamos haciendo mal, algo estoy haciendo mal. Fue -se me pone la piel de gallina- un proceso también de conciencia, de entender que no lideramos para ocupar un espacio, lideramos para trascender, lideramos para co-crear, para facilitar el camino a otros.
"Cuando uno se corre, todos se empiezan a acomodar distinto. Y obviamente que es un proceso que no es fácil. Para todos es movilizante delegar, dejar, hacer espacio, comunicarse. Y todas estas habilidades, de alguna manera, empezaron a emerger o -por lo menos para mí- empecé a vibrar todo eso".
"Uno va a tomar conciencia de cómo es su manera de liderar, también una conciencia de cómo el otro te va percibiendo. No es que tu percepción me define, porque es tuya. Son tus lentes, tu historia, lo que vos traés. Pero yo elijo estar en relación con vos, y hay algo de mí que te puede herir, que te puede inhibir, que te puede no dejar florecer o ser. Está en el líder que quiere sacar o que quiere apoyar a que salga lo mejor de cada uno el ver cómo puede contribuir a que eso suceda. Y no es un camino fácil de transitar".
Una nueva manera de liderar
Gabriela Hoch sienta las bases, el punto de partida, para replantear cómo se ejerce el liderazgo para ahondar en los cambios necesarios que lo harán evolucionar. "Primero te tenés que conocer, aceptarte. Vos, quince años atrás, me venías a dar feedback de algo ¡y no había espacio para eso!. Entonces, si no hay espacio, ¿cómo puede ser posible que eso acontezca?"
"Yo creo que hay mucho para aprender de las nuevas generaciones, estamos en un transición donde podemos aprender los uno de nosotros pero, sin lugar a dudas, el liderazgo que aprendimos está viejo, obsoleto, ya no va más. Entonces, ¿cómo le hacemos lugar a lo nuevo? Yo creo que con este libro, Líderes de hoy, propongo un lenguaje nuevo que, como tal, va a tener resistencia, va a traer profundidad, va a traer un repensar".
"Porque no es 'estemos de acuerdo', sino 'empecemos a conversar sin las metodologías y las formas de liderar hasta el momento han servido o no y cómo podríamos repensarlas para que empiecen a contribuir a ser una influencia positiva a todos. A sanar ciertos aspectos'".
"Habla sobre revisar, hacer una indagación personal, revisar temas. No digo que no tenemos que usar máscaras (yo no puedo venir en malla a hacer esta entrevista) pero no creerme que soy mi máscara".
Y luego, cuestiona: "¿Qué pasa con la gente que ha estado tantos años en determinados roles un día no lo tiene más y entra en la profunda crisis existencial, porque no sabe quién es sin su trabajo? ¿Por qué tenemos que esperar espacios donde el mundo, en nuestra cara, nos despierte colectivamente o individualmente de formas absolutamente incómodas y dolorosas? ¿No va a pasar? Sí, puede pasar. Pero si uno se trabaja está más preparado para danzar y transitar estos vaivenes que van a existir porque la vida viene con eso".
En qué momento, a través de qué cosa vos empezaste a percibir que este cambio de paradigma te afectaba y te hacía ver lo que te pasaba que no era lo que a vos te hacía bien en tu trabajo
-Me costó un montón pero fue un proceso y lo abracé con todas mis ganas. Los primeros dos años en Miami, fue muy gracioso, porque empecé a ocuparme cosas de las que no me ocupaba nunca: llevar y traer a mis chicos al colegio. Lo más fuerte para mí fue cuando me preguntaba '¿qué haces?'. 'Yo soy la mamá de Bautista, Conrado, Benicio y Esmeralda'. ¡No había que nada que me diera más placer! Cuando me conocían acá, trabajando, no sabían ni que estuviera casada, ni que tuviese hijos... Porque yo tenía manera de "straight to the point" (N. de R. en inglés, ir al punto). Cuando se enteraban de que estaba casada y tenía hijos, era una sorpresa enorme que se llevaban.
"En Diario de una mujer vital, mi primer libro, fue -de alguna manera- una culminación de una etapa. De todo lo que fue la co-fundación de Voces Vitales en la Argentina y todos los programas de networking, redes de mujeres, etcétera. Yo conté este proceso, de empezar a abrazar, a integrar".
Retomando, una vez más, el redescubrimiento que experimentó con su cambio de vida, Gabriela Hoch sostiene la idea de que conectarse con ese mundo de su maternidad no debería ser excluyente con su faceta profesional. Y cuenta: "Para mí no había nada mejor que entender qué era lo que le gustaba a mis chicos que le comprara en el supermercado".
"Irlos a buscar al colegio y escuchar lo primero que decían cuando salían, cómo lo habían pasado... Yo, todas esas cosas, no las había vivido acá (cuando vivía en Argentina). Porque delegaba todo: a mis chicos los llevaban al colegio, los buscaban, me iba temprano, llegaba tarde. A ver ¡los amaba y los amo desde el primer segundo que nacieron! Pero no estaba en su día a día, como lo que empecé a notar, lo maravilloso. Gracias a Dios no era tan tarde. Esmeralda tenía tres, Benicio, seis y los mellizos tenían doce. Pero, digo, ¿por qué esa rigidez de tener que optar entre 'o trabajo o soy madre?'".
Y, en este sentido, habla de la compasión y de la importancia vital que tiene aprender y proponer otra forma de comunicación, desde el autoconocimiento porque nos permitirá despojarnos de nuestras antiguas creencias para, así, poder percibir al otro en su plenitud.
"La comunicación compasiva tiene que ver con, justamente, construir nuevas nuevas soluciones, ahí vos elegís. Yo no estaba dispuesta a seguir esperando que las cosas cambiaran de cierta manera y para mí fue un llamado. Yo no creía en aquella definición del éxito y ya venía de estar viéndolo así durante cuarenta años. Y pude hacer un trabajo de sanación tan fuerte... Ojo que, a veces, no te tenés que ir a otro país para hacer tu propio trabajo de sanación. Pero sí te hacer una pausa, tomar un distanciamiento de ciertas situaciones y rependar todo. A mí, irme, me a mí me ayudó muchísimo en ese sentido".
Una nueva carrera, un master y un libro
"Yo soy bicho de estudiar, amo leer, investigar y ahí pude hacer todo lo que siempre dije que haría si tuviese tiempo. Leer, escribir, hacer cosas de arte, atender a mis hijos, hacer yoga, meditación. Así que esos dos años, además, hice todo: estudié religiones comparadas, ¡todo! Leía, no tenía horarios. Estaba full sí, pero desde otro espacio".
Luego de averiguar para estudiar una carrera de Coaching en la Universidad de Miami, Gabriela se percató de que ya contaba con los saberes de la especialidad, su búsqueda iba por otro camino. "Necesitaba algo disruptivo para ayudarme a transitar todo esto entonces me metí a estudiar en Bárbara Brendan School of Healing, en una carrera de siete años. Lo terminé y arranqué a escribir el libro, que es el resultado de todo este proceso desde mi emigración, que arrancó con esa crisis. De decir: ¡¿ esto es el éxito, okay, gracias, no lo quiero!'"
Me metí porque quería el máster que es de Técnicas de Facilitación de Procesos Psicoenergéticos y Profundos Emocionales, que solamente lo podías hacer si seas 4 años anteriores de Ciencias de la Sanación Energética. En el proceso de este estudio, que es una formación sumamente intensa y profunda: son cinco retiros anuales de 5 días cada uno, fuera de tu casa. Así cuatro años, me recibí y arranqué el máster que fue lo mejor de toda la formación".
"Bárbara Brenan era una era una científica de la NASA, falleció hace dos o tres años, y ella dejó todo el estudio de la NASA para dedicar a las Ciencias Energéticas del Cuerpo Humano. Cómo integrar cuerpo mente, y cómo somos energía, conciencia de energía. Trabajamos los chakras, empezás a ver dónde los sentís. Por eso, la pregunta es: ¿alguna te pasó de estar en una reunión, alguien te habla y sentís como una piña en el estómago? Eso está absolutamente relacionado porque somos energía, somos conciencia, entonces si seguimos en la cabeza, solamente enfocándonos en la razón, ¿qué pasa? Nos anestesiamos y nos sentimos más".
"No sentir también es sentir, es justamente, estar anestesiado, estás dormido. Este libro tiene que ver con cómo despertamos a nuestro líder consciente. Cómo nos integramos, cuáles son esas cualidades. Entonces hablamos de la curiosidad, de la pregunta, de cómo empezar a sentir, dónde dónde lo siento, qué me pasa, qué quiero, qué necesito".
'Todos los problemas vinculares se replican en el trabajo'
Gabriela Hoch especifica de qué manera las creencias que nos limitan y que vamos incorporando a lo largo de la vida pueden afectar nuestros vínculos laborales y de qué manera trabajamos.
"Todos, de alguna manera, hemos sentido abandono, traición, injusticia, humillación, rigidez, frialdad. Y si no nos frenamos a revisarnos, eso lo seguimos replicando en nuestros espacios vinculares. Entonces, sigo viendo abandono, por ejemplo. Si yo no trabajé mi propio abandono y vos no querés estar en un proyecto conmigo, en vez de entender que vos tenés tus intereses. Yo digo, 'me está abandonando'. Todos los problemas vinculares pasan, en mi teoría y en mi trabajo, porque no hemos revisado y no hemos entendido y sanado este aspecto que propio de cada uno".
"Si vos no tenés ganas de trabajar conmigo porque no me soportás, no soy yo, es tu mirada con respecto a mí. Entonces, empezar a trabajar esto y entender los límites, que son físicos, emocionales mentales y espirituales. Yo trato de leer, de entender eso, para ver desde dónde puedo conectar con vos".
"Las rivalidades dentro de las organizaciones son por heridas no sanadas de cada uno y porque seguimos replicando. Correrse del ego es un trabajo de toda la vida porque eso eso es vivir desde el ego. Porque la vida es gozo, por supuesto que tiene dolores, situaciones incómodas y difíciles pero la vida es gozo vinimos acá a sanar del espacio de poder conectar con el placer".
"Muchas veces no llegamos a esos espacios, de comenzar a hacernos las preguntas, porque no tenemos las herramientas. Para mí el libro es una invitación a recorrer las herramientas que nos permiten transitar todas estas incomodidades o situaciones que no estamos acostumbrados, es un nuevo idioma, es un nuevo lenguaje, es una nueva manera".
Todos podemos ser agentes de cambio si ejercemos el poder de elegir
"Que cada uno pueda ser agente de cambio donde esté, aunque sea hiper recontra tóxico. Por supuesto que hay momentos, donde es más difícil. Pero vos sabés que tenés tu derecho a elegir, a dónde querés dedicar lo mejor de tu vida, tu tiempo y tu energía. No sentirte prisionera y rehén de las circunstancias es parte de activar tu líder consciente, no sos una víctima. Siempre está el poder de elegir".
"Está bueno tener estas herramientas para poder discernir: me voy porque elijo irme, me voy porque estoy harta, asfixiada, porque todo se pierden la oportunidad. Cuando uno se corre del lugar, los otros también pueden empezar a acomodarse de otra manera".
"Yo hablo en el libro de que el Curso de Milagros dice que un milagro es un cambio de perspectiva. Y sobre esto tuve una epifanía: cuando me di cuenta que la palabra (voy a hablar en inglés) "scare" que quiere decir miedo, con un cambio de letras, es "sacred" (sagrado). Con un cambio de perspectiva yo puedo pasar del miedo a lo sagrado. En la vorágine no estamos en presencia, no estamos en contacto, no nos escuchamos. Estamos en nuestra cabeza, y así sucesivamente.
"El Liderazgo Consciente va más allá del género. Sin embargo, estoy convencida que las mujeres tenemos esa capacidad de poder liderar este movimiento, y también creo 100% que las palabras tienen un poder enorme".
"Está bueno empezar a transitar ciertas palabras para pasar de creencias limitantes a creencias que nos empoderen. Cómo nos hablamos a nosotros mismos es cómo hablamos con los demás. Por eso, empezar a tomar conciencia de lo que hablamos con nuestros hijos, de lo que hablamos con nuestro marido, de lo que hablamos con nuestros compañeros, es fundamental".
"We Evolution es una organización que promueve el Liderazgo Consciente, trabajamos con organizaciones como, por ejemplo Microsoft, Google, Oracle, MasterCard, American Tower, FedEx capacitado a mujeres en Liderazgo Consciente".
Sobre cómo concibió su libro, cuenta: "Esto es un movimiento, al mismo tiempo, este libro nació siendo un workshop para mujeres ejecutivas a partir de la pandemia. Y empecé a trabajar y sin darme cuenta, empecé a hacer comunidad en Miami y con la pandemia, que me trajo un montón de cosas muy fuertes, difíciles de procesar y dolorosas, como a todo el mundo. Yo pensé que no iba a poder hablar de esto pero, en definitiva, me ayudó a decir 'este es el camino'".
Con respecto a cómo encara su trabajo actual, comenta: "Empezamos a trabajar con bienestar, con salud mental. Mi master 100% focalizado en salud mental: todo lo que es estrés, burnout, hay un montón de enfermedades mentales que no están diagnosticadas y se van potenciando con esta locura de no parar, que la pandemia intensificó".
Y dice con respecto a los momentos en los que las personas comienzan a detectar incomodidades en sus trabajos: "Cómo trabajamos todo esto que nos pasa como mensajes que el universo (como vos quieras, los ángeles, tu espíritu, Dios, tu religión, tu no religión) te están avisando. Este obstáculo, de alguna manera, es una invitación a que cambies el rumbo".
Luego comenta cómo la organización que encabeza es un engranaje fundamental de sus propuesta: "Fundé We Evolution hace siete años y nos fuimos reconvirtiendo y el libro habló e introduzco y, si se quiere profundizar, hacemos un programa 'Scare to sacred journey', del miedo a lo sagrado".
Y finaliza hablando de la práctica, de cómo poner en juego estos procesos para generar cambios significativos: "Yo hablo de que tenemos que tener nuestro propio gimnasio espiritual... en comunidad sanamos, sanamos en relación y qué mejor que estar en un espacio seguro para poder procesarlo. Cómo poder resolver desde este enojo, que no es nada más que energía disponible, para poder resolver un problema, una injusticia que estoy viendo ahora".
Fotos: Rocío Bustos @rrociobustos
Video y edición de video: Candela Petech @ph.candela
Makeup y pelo: Gracia Estevez @estevezgra
Producción: Lucila Subiza @lucilasubiza
PR: Mapa Estudio
Agradecemos al hotel HILTOn Buenos Aires para la realización de esta nota
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