Liliana Paniagua es una de las figuras más destacadas de vinculación entre el territorio y la estructura institucional local, nacional y global del Gran Chaco Americano. De origen argentino-boliviano, emerge como una figura sobresaliente en la promoción de políticas públicas e integración, desafiando las barreras en un entorno mayoritariamente masculino desde muy joven.
Actualmente, ocupa el rol de Secretaria Ejecutiva de la plataforma "Redes Chaco", una red de redes que convoca a organizaciones de la sociedad civil en Argentina, Bolivia y Paraguay. Su labor incansable se centra hoy en la Coordinación de Articulación Institucional e Incidencia en el Proyecto Impacto Verde, financiado por la Unión Europea, resaltando su compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo regional.
Liliana ha dejado una huella imborrable en la construcción de procesos clave en la región. Desde su participación en la concepción de la Ley del Diálogo y el Diálogo 2000, hasta la promulgación de la Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, y la Ley de Distribución de los Recursos HIPC II, su trayectoria refleja un compromiso inquebrantable con el fortalecimiento de las instituciones y la participación ciudadana.
Como consultora, ha colaborado con una variedad de organismos de cooperación internacional, incluyendo GTZ, USAID, SNV, PNUD, Cooperación Holandesa, ONU, FONPLATA, BID, Banco Mundial y Unión Europea. Su experiencia diversificada y perspicacia estratégica la han convertido en una figura indispensable para la implementación de políticas inclusivas y sostenibles desde la mirada holística.
Madre de Lu y Martina con quienes comparte un activismo en la equidad de género y el Cambio Climático, nos sumerge en su apasionante viaje desde sus primeros pasos como pasante de Unicef hasta hoy en la construcción de lazos del Gran Chaco Americano.
Desde su adolescencia desafiaba las convenciones; su pensamiento progresista que muchas veces chocaba con la tradicional Tarija, la llevo a salir al mundo y se enamoró de él llevándola a compartir muchas culturas. Liliana comparte con nosotros su experiencia única, marcada por la lucha por la igualdad de género, la adaptación a espacios de poder y la creación de plataformas multiactorales.
"Soy Argentina y tarijeña, me crié en Tarija, en Bolivia. Una sociedad muy tradicional y conservadora. Desde chica tenía pensamientos e intereses muy distintos al de una sociedad tan tradicional como la tarijeña, intenté con los mandatos, pero mis alas fueron más fuertes", cuenta.
"Comencé a los 17 tenía con una beca para para ir a Francia a estudiar pintura, que no fui. Tenía un grupo de arte, leía bastante poesía, comenzaba a interesarme por temas de opinión pública y la política. En la universidad comencé a especializarme en políticas públicas y comunicación. Comencé a andar en las comunidades indígenas y a trabajar en lo social, productivo y ambiental, a partir de ahí no paré y no pararé. Entre las cosas más importantes para mí ha sido los procesos de democracia, de reformas del Estado para la inclusión. En Bolivia me involucré con temas como la Ley de Participación Popular, la Ley de Descentralización Administrativa y la Creación de la Federación de Asociaciones Municipales de Bolivia, la Asamblea Constituyente y las Autonomía. Todo muy desafiante, apasionante y algunas veces frustrante, pero esa es la construcción a largo plazo", comenta.
En un entorno donde ser mujer a menudo representa un desafío adicional, Liliana ha demostrado que la determinación y la visión pueden superar cualquier barrera. Desde su papel como coordinadora Institucional en el Ministerio de Derechos Humanos y el Ministerio de Gobierno de la Provincia de Salta, Argentina, hasta su actual posición en Redes Chaco – una plataforma que desde hace 15 años busca mejorar la visibilidad del bioma y promover la formulación de políticas de desarrollo sostenible en todas sus dimensiones – Liliana continúa marcando la pauta para un futuro más equitativo.
Su participación en espacios de poder la llevaron a una reflexión profunda sobre su propia vinculación en el trabajo. Habiendo experimentado la necesidad de "masculinizarse" para acceder a ciertos espacios, en los últimos años realizó un proceso de introspección y decidió "feminizarse" nuevamente, reconociendo la fuerza y la igualdad inherentes en la feminidad.
"Siempre he trabajo con hombres, porque he estado en espacios de poder y estos son mayoritariamente masculinos. Si bien no he sufrido digamos una violencia directa en lo laboral, me he dado cuenta de que con los años que mis formas eran masculinas, si no, no podía acceder a ciertos espacios. A partir de esa revelación hice una revisión sobre mí misma y las problemáticas de dichos espacios, por lo que comencé un camino sin retorno y un doble compromiso con la equidad. Comprendí que el poder abordado desde mi feminidad me volvía mucho más asertiva y estratégica, orientada a igualar más que a competir", dice.
Y continúa: "Todo el tiempo me estoy construyendo y deconstruyendo, porque vengo de una sociedad altamente machista con patrones generacionales super marcados, entonces voy aprendiendo y desaprendiendo, y eso se lo debo en gran parte a mis hijas, muchísimo, quienes me están formando. También a mis colegas y las personas maravillosas que tengo en mi mundo".
Inmersa en la sociedad civil, Liliana se siente cómoda canalizando su creatividad en Redes Chaco, donde lidera la gestión institucional. Desafía a las fronteras, abrazando la sostenibilidad e inclusión en todos los niveles, desde el más pequeño hasta el más grande. Su papel en Redes Chaco vincula gobiernos, cooperación internacional y sectores productivos. La creación y mantenimiento de redes es su filosofía de vida, rechazando la idea de trabajo individual y abogando por el poder colectivo.
"Me siento muy cómoda en la sociedad civil, porque puedo hacer muchas más cosas directas que en otros sectores, de manera más creativa, sin tanto corset. La Sociedad Civil es una buena trinchera para dar la lucha contra la desigualdad. Y en Redes Chaco son muchas las personas y organizaciones caminando el territorio, soy una más. Mi afán hoy es acercar partes, tender puentes de manera simple y a pasitos. Vincular a Norma artesana de Formosa con Ursula von der Leyen Presidenta de la Comisión de Unión Europea, esa es mi labor", afirma.
"En lo personal al ser el sostén de hogar, todo me ha costado el doble, nadie me ha regalado nada. Hoy puedo decir que soy mi propio resultado, producto de lo que yo creé, soy generadora de las cosas que quiero hacer y afortunada de poder hacerlo", expresa.
El mayor reto que identifica Liliana es la falta de oportunidades para las mujeres en espacios de toma de decisiones. Trabaja incansablemente para crear espacios inclusivos y destaca la importancia de trabajar con mujeres y diversidades, reconociendo el potencial y el valor que aportan: "Pese a que hay tanto valor y tanto potencial, cuando hablamos de un caso de éxito de una mujer, generalmente son casos testigo, y sé que hay miles atrás que no van a poder llegar. Es una ecuación simple, oportunidades y perseverancia ninguna sola garantiza nada. Entonces trato de trabajar con la mayor cantidad de mujeres y diversidades posibles, creo espacios para darles mayor oportunidad de participación, y no porque los hombres sean malos, sino simplemente son espacios. Trabajar con mujeres es un privilegio, atrás quedo la competencia entre nosotras, que somos problemáticas y que nos llevamos mal, totalmente mito. Somos competentes y trabajamos en equipo".
Como defensora del desarrollo sostenible e inclusivo, Liliana destaca el fuerte lazo que promovió con la Unión Europea, valorando su enfoque de trabajo a través del Equipo Europa Argentina y la visión de integración y vínculos a largo plazo. Esto ha fortalecido a Redes Chaco, permitiendo un salto importante en la visibilidad del Gran Chaco Americano en la Unión Europea. "Creo que cultivar este vínculo es lo más importante que he hecho en estos años, y se ve reflejado en la iniciativa Impacto Verde. Este proyecto conjunto desafía a toda la región del Norte Grande Argentino a pensarse, en consolidar objetivos y valores, en pensarse hacia adentro. No todos pensamos lo mismo, pero podemos construir en la diversidad", dice.
Su colega Yaiza Reid Ratta, Coordinadora Técnica de Impacto Verde la define como una persona fuerte, con una gran capacidad de adaptación y resiliencia: "Está continuamente tejiendo vínculos, con lo que facilita sinergias y genera oportunidades para fortalecer el trabajo en el territorio.
Y es que Liliana ve su misión como la construcción de puentes y la reducción de distancias. Desea una región más equitativa y justa".
Liliana señala: "Si me preguntan qué es mi trabajo, yo digo que tejedora. Tejo vínculos, genero redes diversas y ayudo a la construcción de objetivos comunes. Pienso que ahora más que nunca, en un contexto como el de hoy en Argentina, seguramente va a ser mucho más importante tejer redes. El desafío grande va a ser tratar de tender puentes en las enormes distancias que se están creando en la sociedad. Mi misión es que las distancias sean cada vez más chicas y menos duras de cruzar; y posicionar al Gran Chaco Americano en el mundo, para que vean lo maravilloso que es este bioma diverso: desde su naturaleza, sus habitantes y producción".
En un mundo donde la resiliencia y la visión a largo plazo son cruciales, Liliana Paniagua emerge como una fuerza impulsora, eliminando fronteras, desafiando las expectativas de género, generando oportunidades y abrazando el desafío de preservar el invaluable Gran Chaco Americano. Su legado es un testimonio del poder transformador que puede tener una visión audaz en manos de una mujer comprometida y autogestora de su destino.
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