Los colores afectan cómo no sentimos. Nos afectan psicológicamente. Tienen efectos en nuestro estado de animo y en nuestro cuerpo. Por eso resulta clave elegir aquellas tonalidades que más se acercan a cómo queremos sentirnos en cada espacio.
Pero hay que tener en cuenta que no solo se trata de las paredes: el color aplicado en textiles, muebles, cuadros, objetos deco, etc. también puede influir en nuestra percepción.
El círculo cromático está dividido en 2: por un lado están los colores cálidos y por el otro los colores fríos.
Y la manera en que los colores influyen en nuestro estado de ánimo se debe a ciertas asociaciones a estímulos que venimos haciendo a lo largo de los años.
Por ejemplo: al rojo solemos asociarlo al peligro, es el color de la sangre, del cartel “Pare” o del cartel “Prohibido”. También lo asociamos al color de la carne, de las frutas maduras, y por lo tanto suele abrirnos el apetito. De forma contraria, el azul inhibe el apetito ya que existen pocos alimentos de esta tonalidad. Por otro parte, el cielo, el agua del mar, los arboles y las plantas, es decir colores azules y verdes, nos recuerdan espacios tranquilos y suelen ser colores que nos relajan y nos traen calma.
En resumen, los colores cálidos tienen un efecto estimulante y dan la impresión de que avanzan, que se adelantan de la superficie que los contiene. Esto provoca sensación de cercanía. Son colores vitales, alegres y activos. Son colores enérgicos, que estimulan los sentidos. Transmiten sensación alta temperatura, alegría, entusiasmo.
Los colores fríos son aquellos que transmiten una sensación de baja temperatura. Dan sensación de calma, brindan tranquilidad. Remiten al descanso, la frescura, la paz. Se asocian con la introspección, la seriedad, el profesionalismo.
Colores recomendados para cada espacio
Entendiendo lo que genera cada color podemos determinar cómo nos queremos sentir en cada espacio. Hay generalidades, por supuesto, pero la elección depende de cada uno y de sus propias vivencias.
- Living
El living es un espacio que permite varias alternativas: podemos querer sentir calma y relax, y entonces elegir colores fríos. Pero si por el contrario queremos potenciar la sociabilidad, tenemos que optar por colores cálidos.
No es necesario elegir rojos muy saturados, podemos incorporar tonos tierra o toques de amarillos, por ejemplo.
Por otro lado, no es necesario pintar un pared completa, podemos colocar un cuadro con alguna imagen en color rojo, una flores en un jarrón, unos almohadones.... Elementos fáciles de cambiar pueden servir para acompañar diferentes momentos y diferentes sensaciones en el mismo espacio.
- Cocina
Los cálidos como rojos, amarillos o naranjas son ideales para abrir el apetito.
Si tu intención es pintar una pared o quizás colocar un revestimiento de color cálido, te recomiendo que optes por hacerlo en un solo muro, ya que si pintas las 4 paredes de un mismo color, es probable que el espacio se sienta sobrecargado hasta incluso puede generar sensación de estrechez.
- Baño
Para crear un clima acogedor y relajado, se suelen recomendar colores que aporten claridad y amplitud. Colores neutros como beiges, grises, azules o verdes pasteles son una buena alternativa.
- Espacios de trabajo
En los espacios de trabajo lo aconsejable es potenciar la tranquilidad para poder concentrarse mejor. Por eso, los tonos fríos como verdes y azules son los más recomendados. También los neutros como grises o marrones claros.
Por otro lado, los colores cálidos como el amarillo o el naranja aumentan la concentración y potencian la creatividad, pero lo ideal es incorporarlos en tonos claros.
- Dormitorios
El dormitorio es un espacio destinado al descanso. Los colores que transmiten serenidad y tranquilidad son los fríos: azul, verde y violeta.
Los neutros también son una buena alternativa. Estos colores además de transmitir tranquilidad son colores elegantes y sofisticados.
Bonus track: cómo aplicar la regla 60-30-10
A la hora de aplicar color en cualquier espacio, lo aconsejable es seguir la regla 60-30-10 que propone utilizar un 60 % del color dominante, un 30 % del color secundario y un 10 % del color acento.
También es clave elegir el color en función de la luz natural que recibe el espacio. En ambientes oscuros, los colores claros son la mejor opción. El blanco es el color que refracta el 100% de la luz. Ademas conviene colocar superficies brillantes, como vidrios, acero, cerámicas brillantes que ayuden a potenciar la luz.
Fuente: Constanza Delgado (@arq.constanzadel).
Fotos: Pinterest.
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