El Teatro Colón es uno de los teatros líricos más afamados del mundo, un verdadero orgullo argentino. La sede actual fue inaugurada el 25 de Mayo de 1908, tras dejar la casa que se encontraba frente a Plaza de Mayo y que funcionó entre 1857 y 1888 en lo que en la actualidad es el Banco Nación.
Tiene una acústica reconocida mundialmente como una de las más perfectas. A todo el prestigio cosechado por esta sala centenaria hay que sumar el trabajo silencioso de decenas de artesanos, capaces de confeccionar vestuarios y decorados en un abrir y cerrar de telón.
La arquitectura y la ornamentación son tan inigualables como los cuerpos artísticos. En el Hall, se aprecia decoración en mármol de Verona, Carrara y Portugal y, en el Salón Dorado hay hermosos vitrales hechos en Francia.
Al ingresar a la Sala Principal, lo primero que se destaca es la cúpula donde se puede apreciar un óleo de 16 telas de Raúl Soldi denominada “Alegoría a la música, al canto y al baile”. Es una representación de la vida teatral en sus diferentes aspectos: instrumentos musicales, músicos y actores en un entreacto jugando al ajedrez e intercambiando máscaras.
La idea de pintar la cúpula la tuvo Manuel “Manucho” Mujica Láinez y el gran Soldi donó esta valiosísima obra.
La lámpara romboide tiene un corredor interno desde donde se pueden realizar efectos especiales.
Esta sala con forma de herradura cumple con las normas más severas del teatro clásico italiano y francés. Además de la platea, hay palcos hasta el tercer piso y luego Cazuela, Tertulia, Galería y Paraíso. Caben 2478 personas sentadas y 500 de pie.
Las butacas son de hierro forjado y madera y tapizadas en pana. Frente al escenario se ubica el palco reservado para el Presidente de la Nación.
Hubo tres responsables para diseñar el edificio porque, como en otros tantos casos, la tragedia no estuvo fuera de escena. Concretamente, dos de los arquitectos europeos que tuvieron el proyecto a su cargo murieron sin poder ver su obra terminada.
Uno de ellos, dicen que fue asesinado a manos de su ex mayordomo cuando lo encuentra manteniendo un affaire con su mujer El drama épico impedía una y otra vez la definitiva apertura de telón.
Fue entonces Julio Dormal quien introdujo algunas modificaciones estructurales y dejó definitivamente impreso su sello en el estilo francés de la decoración y las referencias al Barroco borbónico.
El Teatro Colón pudo finalmente inaugurarse con la presencia del presidente de la República, doctor Figueroa Alcorta. La velada fue un éxito, pero vale decir que el Colón no estaba concluido al momento de su inauguración.
En el exterior, las fachadas ostentan el orden Dórico, salvo la fachada principal hacia Plaza Lavalle de orden Jónico y Corintio.
Definitivamente, nuestro primer coliseo constituye un centro de referencia para la ópera, la danza y la música en todo el mundo.
Fotos: Gentileza Prensa Teatro Colón y Mariela Blanco (@marielablancoperiodista).
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