Con febrero instalado y los útiles y mochilas copando las góndolas, es momento de pensar qué vas a hacer con los gastos relacionados con la educación de tus hijos durante todo el año.
La escuela no es marzo nada más. Hay determinados pagos que ya sabemos que ocurren año a año, y si siempre te complican el presupuesto, hoy te cuento la manera de hacerlo ordenadamente en 2024.
Sabemos que en un año tan particular como éste es difícil prever qué puede pasar con los precios, pero hay algo que es seguro: cuanto más nos organicemos, menos vamos a pagar.
Por eso te comparto estas 3 estrategias que uso todos los años y me dan buenos resultados, para que puedas aplicarlas con tu familia y ahorrar vos también.
1-Comprar una vez para todo el año
Esto tiene varias ventajas. Por ejemplo, que comprás en cantidad y podés obtener descuentos o mejores precios.
Segundo, evitás correr a la librería cada vez que pierden un lápiz o se termina el corrector, y pagar el precio mayor que normalmente tienen los negocios de barrio comparados con los más grandes y surtidos.
Además, los productos de librería no se ponen feos ni vencen, así que lo que no usan pasa para el año siguiente sin problemas.
Recomiendo stock de: lápices de escribir, biromes y cartuchos, gomas de borrar, pegamento, cuadernos y hojas de carpeta. A esto podés sumarle otros artículos que sabés que comprás con frecuencia según la edad de tus hijos.
Importante: no lo dejes a la vista porque si no, en un mes desaparece todo (lo sé por experiencia). Guardá tu stock y sacá a medida que necesiten, tal como si fueras de nuevo a la librería, pero con artículos a precio de febrero durante todo el año. La satisfacción de ganarle a la inflación.
2- Ayudarse con un Fondo Común de Inversión
El objetivo es que este año los gastos relacionados con la educación de tus chicos no salgan sólo del sueldo del mes. Esto te va a permitir organizarte mucho mejor y no cargarle todo a las tarjetas de crédito cuando no llegás.
Para esto te recomiendo que te ayudes con un Fondo Común de Inversión, que te va a permitir reservar el dinero que quieras/puedas todos los meses, a la vez que te paga una ganancia que varía según el tipo de FCI que elijas.
¿Sirven las billeteras virtuales?
Sí, por supuesto. Pero tené en cuenta que pagan una sola tasa, que suele variar (últimamente bajando) En cambio los Fondos de los bancos son muchos, todos diferentes y con distintos resultados. Es algo para tener en cuenta a la hora de elegir dónde guardar tu dinero.
Lo ideal es que aportes a este Fondo todos los meses, una suma fija o lo que puedas cada vez. No esperes a que te sobre, tiene que estar incluido en tu presupuesto como los otros gastos. Sólo así te asegurás de que vas a poder cumplirlo.
3- Optimizar los pagos a lo largo del año
Con el dinero que guardás en el Fondo Común de Inversión más los rendimientos que se van generando, vas a poder organizarte de otra forma con los gastos que surgen después de mitad de año.
Probablemente hasta ahora hacías malabares para pagar matrículas, uniformes, campamentos, viajes de estudio, fiestas de egresados y otros. No todos tienen opciones de financiación, por lo que terminan abultando aún más el resumen de la tarjeta de crédito.
Para que esto no te vuelva a suceder, a partir de este año vas a usar el dinero reservado en tu FCI para pagar estos gastos grandes, y que no salgan de uno o dos sueldos nada más.
Es importante que planifiques bien cómo hacer los pagos. Por ejemplo en septiembre y octubre las matrículas, si tus hijos van a colegio privado y te dan la opción de pagar en esos meses. Si no lo vas a adaptar a los plazos que necesites.
En noviembre vas a comprar los uniformes, previendo los talles que van a necesitar unos meses después. Y en diciembre los útiles, que es cuando generalmente muchas escuelas dan las listas de materiales para el año siguiente. Con este cambio vas a lograr balancear mejor esas salidas de dinero en diferentes meses y con dinero que ya venías ahorrando.
Para tener en cuenta
En tiempos de inestabilidad y precios por las nubes, planificar es más importante que nunca. Muchas veces gastamos por costumbre, sin detenernos a pensar si podemos hacerlo de otra otra forma, más eficiente y amable con nuestros ingresos. No es necesario cargarle todo al sueldo, se pueden prever gastos que ya sabemos que van a ocurrir y buscar la mejor forma de pagarlo.
Fuente: Celeste Sánchez, Comunicadora especializada en finanzas familiares y creadora de @dineroenorden
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