Sharenting: los riesgos de exponer a los chicos
 

Sharenting: los riesgos de exponer a los chicos en las redes sociales

Detrás de un acto cotidiano y aparentemente inocente como compartir fotos de los niños en redes, se esconden grandes peligros. Veamos cuáles son y qué debemos hacer los padres. Consejos de especialistas.
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Nada hacía pensar hace algunos años que el solo hecho de compartir fotos de nuestros hijos en las redes sociales, podía convertirse en una costumbre riesgosa. Sin embargo, lo es. Y tanto, que se ha creado el término "sharenting" para designar una práctica que se debería evitar, por los peligros que encierra para los chicos y sus familias.

"El sharenting es la práctica, cada vez más frecuente, de compartir imágenes, videos u otros contenidos sobre la vida de nuestros hijos en las redes sociales. El término combina dos palabras del inglés, 'share' (compartir) y 'parenting' (crianza)", dice el licenciado Guido Liguori (MN 46976), psicoanalista de niños y adolescentes y profesor titular de Desafíos Contemporáneos de la Psicología de Fundación Barceló.

El especialista habla de una incierta huella digital creada a partir de las fotos publicadas. "Toda la información que compartimos en las redes crea una huella digital y no sabemos con certeza qué uso se le va a dar en el presente o futuro, esto de por sí inquietante", explica.

Y agrega: "Además, la exposición de la vida privada de los niños puede resultar avergonzante y conlleva el riesgo de desencadenar episodios de acoso o cyberbulling. Entre los perjuicios mas graves se encuentran el robo de identidad, secuestro o el grooming (el acoso sexual de un adulto por medio de internet)".

Una campaña consciente

En relación a la temática, Movistar presentó una campaña que promueve el uso responsable de las redes sociales. El contenido se realizó con la asesoría de Faro Digital (@farodigitalok), una ONG dedicada al análisis, estudio y promoción de una ciudadanía responsable en los territorios digitales, y forma parte de una serie de campañas que abordan diversas problemáticas. Mirá la campaña y conocé más acerca del tema en el sitio web de Movistar.

Almendra Ogdon, Gerente de Comunicación y Marca de Movistar Argentina, comparte una serie de buenas prácticas para que los adultos tomen conciencia acerca de los riesgos y puedan compartir contenido responsablemente:

  • Usar una cuenta privada con candado. "Si no es posible por alguna circunstancia, armar una más chiquita, más familiar o hacer un grupo de 'mejores amigos'", sugiere la referente.
  • Sacar la geolocalización a la hora de subir una foto.
  • Poner stickers -o emojis- en la cara de los niños.
  • Hablar del tema con nuestros hijos. Es importante generar en ellos la conciencia de la importancia de lo privado versus lo público.

El sharenting y la falta de conciencia de los riesgos

Según la Lic. María Laura Lezaeta, psicóloga infantil, autora del libro Emocionadamente, las familias publican fotos de sus hijos en redes sociales como una manera de compartir con su comunidad el crecimiento y los cambios que transitan a medida que van cumpliendo años.

"Asimismo, otro de los motivos por los cuales algunas personas deciden subir imágenes de sus hijos es para compartir sus propias experiencias en cuanto a la crianza, como un modo de brindar información y herramientas a otras familias que estén pasando por una situación familiar", añade Lezaeta.

Pero, la experta advierte que existe un desconocimiento de los riesgos a los que se exponen, en muchos casos por falta de información. "En general no hay tanta concientización sobre la magnitud y el impacto que puede llegar a tener en la vida de los niños 'tomar como hábito' compartir la mayor parte de las actividades y rutinas de ellos y ellas en las redes sociales, y exponerlos a comentarios y/o opiniones de otras personas", explica la vocera.

Sharenting y deseos de pertenencia social

Para el doctor Walter Ghedin, psiquiatra, detrás del sharenting se esconde otro propósito que aúna a la generación de quienes somos padres de chicos o adolescentes en el siglo XXI.

"En estas épocas de exposición en las redes sociales la privacidad deja mucho que desear, se pierde entre tantas fotos, relatos, comentarios, que ponen en primer plano y frente a los ojos de los demás, situaciones que merecen reservarse al ámbito privado. Y como una extensión de mostrar la vida adulta, también la infancia se visibiliza como un acto inocente, sin saber los riesgos que esto conlleva", explica.

Sharenting: los chicos pueden ser víctimas de grooming u otros delitos por tener fotos o datos personales subidos a las redes sociales.

Y añade: "Si bien la intención primera es la de participar momentos felices, detrás de esa acción existen deseos de pertenencia al grupo social, de hacer visibles esas instancias de felicidad como un modo de estar a la altura de lo que hacen los demás".

"En este punto los adultos se comportan como los adolescentes cuando adaptan sus deseos y conductas para lograr la integración al grupo de pares. Este fenómeno del sharenting se potencia por el chat de padres donde, además de información escolar, son moneda corriente los comentarios personales y los eventos familiares", puntualiza.

Sharenting como fenómeno social: actuar por impulso y narcisismo paterno

Ghedín afirma que el lema que subyace es "si no estás en las redes, no existís". "Esa frase, que mucha gente toma como lema, genera conductas repetitivas, con grados de compulsión, por publicar cada uno de los eventos. Tanto que, cuando no hay publicaciones, los demás se preocupan", afirma el especialista.

Coincide el licenciado Liguori, quien además afirma que se trata de un fenómeno social. "En primer lugar, lo hacemos porque todos lo hacen y porque, como sostiene el filósofo Byung Chul Han, la cultura actual nos incentiva a compartir permanentemente todo lo que nos sucede. Entonces ¿por qué algo que nos implica tan profundamente como parentar, escaparía a esta lógica?", se pregunta.

Y va más allá: "En segundo lugar lo hacemos por narcisismo, para reforzar la idea de que somos buenos padres que crían hijos bellos, sanos y felices. El video de un bebé sonriente y rozagante es una selfie de una buena crianza; pero como toda selfie, implica un ángulo favorable, un trabajo de edición. En este sentido sentirnos 'buenos' nos protege de las inexorables fallas de la tarea de criar".

Sharenting: imágenes sensibles, consentimiento y complejidad del tema

Marisa Russomando, licenciada en Psicología (UBA), especialista en Maternidad, Crianza y Familia, afirma en tanto que el tema se habla en el consultorio, tanto con padres como con niños, con la intención de que se tome conciencia del sentido de la privacidad vulnerado.

"Una de las cuestiones que yo trabajo en el consultorio tiene que ver con proyectar qué le puede pasar a ese niño o niña siendo más grande, sabiendo que se compartieron algunas fotos que pueden ser graciosas o significativas para esa mamá o ese papá que lo comparte, pero que no hubo ninguna intención del resguardo de la identidad y de la privacidad", comenzó explicando.

"Sobre todo cuando hay algunas escenas que se comparten que por ahí ese nene o esa nena están o al borde de lo gracioso, de lo ridículo o de lo privado, en situaciones que siendo chiquitos nos causan gracia. Por ejemplo, un nene desnudo o que se está bajando la ropa interior, o está en pijama o bañándose. Son situaciones que en la intimidad dan ternura o divierten, pero que al momento de compartirlas, no sabemos cómo será la mirada del otro acerca de la imagen", agregó.

Siempre se debe respetar la negativa de los niños a compartir su imagen

La especialista se pregunta qué puede pasar más adelante, cuando ese niño tenga sentido del pudor. "Porque ya no hay control de la imagen una vez que se subió a la internet, por más que se la borre, sabemos que no tenemos control sobre la circulación de esas fotos".

Russomando indica que, cuando se trata de niños más grandes, es importante tener el consentimiento para la publicación. "Esa nena o ese nene pueden decidir si quieren o no que sus padres suban determinadas fotos a las redes sociales", afirma.

"Aunque de todos modos, siempre el tema del consentimiento es complejo porque por más que lo den, son menores, son chicos", admite. Y añade: "Somos los adultos los que tenemos que evaluar qué publicamos, con el objetivo de ser cautos y muy cuidadosos con la identidad y la privacidad de esos chicos".

En este punto coincide el Lic. Liguori, agregando que "siempre se debe respetar la negativa de los niños a compartir su imagen".

Y explica las razones: "Porque de este modo les demostramos que los límites que ponen y su deseo de privacidad son importantes. Si no lo hacemos les transmitimos que sus opiniones no importan y que no tienen derecho sobre su propia imagen, esto puede afectar negativamente su autoestima".

Sharenting: cuando la intimidad expuesta puede ser usada por ciberdelincuentes

Según Ghedin, el tema del consentimiento del niño -cuando es bebé o chiquito- no es discutible. "Por supuesto que un bebe o un niño no puede dar el permiso o el acuerdo para la publicación de sus fotos, es el adulto quien decide. Además, un pequeño que ve a sus padres hacerlo, no se cuestiona si está bien o está mal", explica.

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El tema sharenting merece cuidado y charla en familia.

"Pero ese pequeño será adulto y podrá cuestionar con razón el uso de su intimidad expuesta a los demás. El bullying encuentra un terreno propicio para ejercer violencia al encontrar fotos o videos de compañeros en las redes, además de señalar que son 'nenes de mamá' porque los padres siguen subiendo fotos como si fueran bebés", agrega.

Y explica qué delitos se pueden esconder detrás del sharenting. "Otro de los riesgos que tiene implicancia legal es el uso del material infantil para el ciberacoso, el grooming, la pedofilia, la suplantación de identidad, etc. El acto inocente se convierte en una situación de peligro para niños y jóvenes", afirma el psiquiatra.

Sharenting e imágenes: cuáles son las más riesgosas

Según la licenciada Lezaeta, existen contenidos más sensibles y pasibles de ser usados para secuestros o amenazas. "Hay contenidos que potencian dichos peligros", dijo y brindó ejemplos:

  • Fotos en las cuales los chicos tengan nada o poca ropa.
  • Imágenes que están con el uniforme del colegio.
  • Imágenes que indiquen el lugar donde pasan mucho tiempo o donde viven.
  • Datos privados del niño o niña.

Y añadió: "Por eso, en el caso de que el adulto decida subir imágenes de sus hijos, es importante que sea muy cauteloso en cuanto al contenido que comparte".

En ese sentido, NO se aconseja:

  • Dar la localización del niño o niña (casa, uniformes, actividades donde pasan la mayor parte de su tiempo)
  • Compartir fotos en las se vean o aparezcan desnudos o con poca ropa, incluyendo a los recién nacidos para respetar la privacidad del menor.

Tener presente y considerar el efecto del contenido que sea compartido que pueda tener a nivel personal y social del niño o de la niña ahora y en el futuro.

Recomendaciones frente al sharenting

Interrogado acerca de qué advertencia le daría a los padres que consultan sobre el tema, el licenciado Liguori dijo: "Aconsejaría que sean conscientes y reflexivos sobre lo que comparten y dónde (no es lo mismo compartir una imagen con los abuelos, que publicarla en Instagram o hacer un reel en Tiktok)".

Y añadió: "Es recomendable que tomen en cuenta las potenciales consecuencias a largo plazo; y que sus hijos van a poder decidir sobre su imagen cuando sean grandes, por lo que mientras que son pequeños y no pueden manifestarse con claridad es prudente suponer que prefieren no exhibirse".

Lezaeta en tanto, advierte acerca de la intimidad y la seguridad de los chicos. "Cuando se comparte contenidos relacionados a imágenes o datos personales de ese niño o niña, no estamos preservando su íntimidad y su seguridad tanto fisica como emocional. Por eso, es importante tener siempre presente que nosotros, sus adultos referentes, somos los encargados de garantizar y preservar tanto su privacidad como su seguridad", explica.

Consejos para padres

El Dr Ghedin, por su parte, brinda los siguientes consejos:

  • Los adultos deben tomar conciencia de que este acto de compartir fotos de sus pequeños en las redes tiene sus riesgos.
  • Las conductas educan. Para un pequeño que vea a sus padres con el celular lo incorpora como una acción común, ídem cuando se suben fotos o se hacen comentarios. Y así como ve a los adultos, querrá, lo antes posibles, tener su dispositivo para hacer lo propio.
  • Limitar el alcance de las fotos que se publican a un círculo muy privado, con la condición de que quede en ese círculo.
  • Ayudar a promover acciones de cuidado. Es importante compartir con los demás los riesgos del sharenting.
  • Tener muy en cuenta que el consentimiento del pequeño es fundamental, por lo tanto, no es una acción unilateral, implica a un otro.

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