"Para mí es como mi hijo" es una frase recurrente entre aquellos que tienen mascotas. Aunque parezca exagerado, son cada vez más los que consideran a los cuatro patas un miembro más de la familia. El fenómeno se afianza cada vez más y detrás de esta "nueva maternidad", los dueños de mascota llaman a sus canes y felinos "perrhijos y gathijos" respectivamente. En medio de un decrecimiento poblacional y la crisis económica en auge, las nuevas dinámicas familiares multiespecie sorprenden y son caso de estudio entre los especialistas.
Si bien la domesticación de animales data desde el año 9000 a.C, hoy por hoy, tanto perros como gatos perros lograron subir un escalón y, para muchas personas que eligen postergar traer hijos al mundo, perros y gatos se convierten en el principal foco de cuidado.
La pandemia fue un quiebre la forma en la que nos vinculamos con nuestras mascotas. En la Ciudad de Buenos Aires, se estima que hay 16 perros y 12 gatos cada 100 personas. Este número representa un crecimiento de casi el 3% en perros desde el 2018, pero los nuevos favoritos son, sin duda, los gatos. Tanto, que el aumento de tenencia de felinos creció casi un 24% en apenas cinco años.
Aldana Iglesias (MN 75920) es psicóloga recibida en la Universidad de Buenos Aires. Además, rescata gatos del abandono junto a la asociación sin fines de lucro Gatiseñal. Como experta en el tema, cree que este nuevo fenómeno de tenencia de “seres no humanos” (como comenzó a llamarlos el código penal) se relaciona con un sentido de responsabilidad más “liviano” en comparación a traer un bebé al mundo.
“Hay un miedo a arrepentirse”, explica. “Hoy, hay tantas opciones de ser madre, como opciones para no serlo”. Pareciera que la larga lista de responsabilidad que trae la crianza de un hijo, desaparece cuando surge la opción de una mascota. El amor, el cuidado, y la compañia, es el mismo.
Entre el éxito y el propósito
Hoy, a las mujeres ya no les pesa el mandato de ser madres como en las generaciones pasadas. El éxito profesional, el goce y la autorrealización conviven mano a mano con el deseo de maternar, y ya no se sacan espacios entre ellos. “Nosotras mismas nos planteamos mayores logros a futuro y quizás somos más ambiciosas que hace un tiempo”, explica la terapeuta.
"Muchas veces me dicen que soy exagerada" confiesa Flavia Durana, quien, desde su formación en medicina veterinaria, rescata y da en adopción gatos de la calle. Sí, admite una fascinación por los felinos, que aún mantienen prácticamente intactos sus rasgos heredados de los grandes depredadores africanos. "Es que los que nos gustan los gatos nos fascinan, viste", suma.
Sin embargo, estas nuevas familias también traen contrapartes que no se suelen tomar en cuenta. En conversación con ambas psicólogas, coinciden con el peligro detrás de humanizar a las mascotas. "Más allá de los daños a tu salud mental, es dañino para su bienestar", afirman. Mucha gente termina imponiéndoles hábitos humanos a sus mascotas: "Hay gente que le pone uñas postizas, los tiñe o incluso los tatúa, y esto puede ser muy dañino para los animales". Es necesario entender que no son personas, que tienen sus propias necesidades.
Los beneficios psicológicos de tener "perrhijos y gathijos"
Si bien no todos pueden compartir el estilo de vida de "perrhijos y gathijos", son innegables los múltiples beneficios que tener animales en casa trae a nuestras vidas. Su compañía y amor, cambia y reconfigura la psiquis de maneras nunca antes vista.
1. Ayudan a desarrollar el sentido de responsabilidad:
Tener mascotas permite generar hábitos de cuidado, atención y preocupación por el bienestar del otro. Alimentarlos, bañarlos, mantener sus vacunas al día... su tenencia, conlleva aprender a cuidar de otro ser.
2. Reducen la depresión y el estrés
Diferentes estudios psicológicos demostraron que se producen cambios en las ondas cerebrales del cerebro al pasar tiempo con una mascota, provocando una disminución del estrés, la ansiedad y la depresión. Se experimenta un aumento de oxitocina, se estimula la producción de serotonina y la dopamina, al mismo tiempo que disminuye el cortisol.
Contar con una mascota en el hogar ayuda a que la persona se sienta más segura de sí misma y más protegida. También puede ayudar a evitar la sensación de soledad, ya que su compañía estimula el contacto físico y la comunicación, porque sabemos que están ahí.
3. Mejoran la autoestima
Su amor incondicional no permite que vean los defectos humanos, y por eso, estudios avalan que quienes cuentan con mascotas tienen una mayor autoestima. Brindan una sensación de utilidad al cuidar a otro ser vivo y recibir amor recíproco por su parte.
4. Fortalecen el sistema inmune
Los animales no comprenden el concepto de lavarse las manos antes de comer. Así, están constantemente en contacto con virus y bacterias, haciéndonos estarlo también a nosotros. De esta manera, nos ayudan a proteger y potenciar nuestras defensas.
5. Alivian el dolor físico
Al provocar altos niveles de serotonina, compartir tiempo de calidad con nuestras mascotas cuando estamos sufriendo algún dolor, puede ayudarnos a aliviarlo. Su amor, es la mejor medicina.
Sin dudas las composiciones familiares están abiertas a la creatividad. Si bien este fenómeno puede ser más o menos comprensible para quienes solo ven a las mascotas como animales, para otros el amor puede venir en variadas formas, colores, y ahora, especies.
Suscribite al newsletter de Para Ti
Si te interesa recibir el newsletter de Para Ti cada semana en tu mail con las últimas tendencias y todo lo que te interesa, completá los siguientes datos: