Yoana Don, la novia del periodista rosarino Juan Pedro Aleart, tiene otro motivo para sonreír tras acompañar a su pareja a hacer pública su denuncia por abusos intrafamiliares.
La también periodista, abogada y escribana fue elegida Miss Universo Santa Fe y competirá en la final del concurso nacional el próximo 25 de mayo.
La joven de 33 años publicó en su cuenta de Instagram una imagen donde se la ve coronada como reina de belleza de su provincia y en ese posteo, abrió su corazón.
"Aunque me esté costando disfrutar del todo este pedacito hermoso de mi vida, soy más consciente que nunca que las plataformas nacionales e internacionales son un espacio gigante para generar un impacto social positivo", comenzó escribiendo la periodista.
"Lo vivo en carne propia sabiendo que desde tu lugar podes ayudar a muchísimas personas a tener una vida mejor. Nadie me lo tiene que contar, solo mi gran y valiente compañero me lo mostró cuando se animó a hablar frente a una cámara convirtiéndose en un faro de luz para todas aquellas personas que pasaron lo mismo", agregó.
Luego, la novia de Aleart habló de sus metas. "Hoy mi objetivo en el universo es mucho más grande que mis deseos personales, hoy esta Yoana está preparada cómo nunca lo estuvo en la vida para lograr un impacto social positivo", expresó.
Y añadió: "Porque el dolor nos interpela constantemente a ser la mejor versión de nosotros mismo, y solo los valientes que se animan a atravesarlos son capaz de ayudarse a sí mismos y ayudar a los demás a brillar. Iremos con todo cómo en la vida misma, porque nunca dejar de luchar es una opción".
"Gracias a los que apoyan y acompañan, todo el amor hace luz la oscuridad ♥️. Orgullosa de ser @missuniverso.santafe. @missuniversoar voy por ti!", concluyó la bella rosarina.
Yoana Don, la novia de Juan Pedro Aleart, revela cómo fue acompañarlo
Yoana Don es periodista, abogada y escribana. Pero jamás pensó que Juan Pedro Aleart, el hombre al cual ama -a quien llama "Juampe"- y con quien está en pareja desde hace más de diez años, un día iba a comenzar a recordar los abusos intrafamiliares que sufrió desde su niñez.
Ese fue el comienzo de un durísimo peregrinar que incluyó horas de terapia, angustia, depresión, largas jornadas en juzgados y un final inesperado y desalentador al saber que la causa estaba prescripta.
Sin embargo, y muy a pesar del amargo final -el padre de Juan Pedro se suicidó sin reconocerse como abusador-, Yoana jamás le soltó la mano a su amor. Vivió y revivió con él cada paso en el durísimo camino pero también, pudo respirar por el alivio sentido tras poder verbalizar tanta tristeza.
Y hace pocos días, cuando el periodista rosarino estuvo en América TV dando a conocer su historia, ella lo esperó detrás de cámaras, dándole aliento y valor. Hoy, a pesar de que aún no conviven, planean formar una familia y comenzar a disfrutar, por fin, de la vida.
- Fue muy fuerte lo que vivieron en estos días con Juan Pedro y vos estabas ahí acompañándolo. ¿Qué sentiste al verlo hablar en vivo y revelar el calvario que vivió?
-Es muy fuerte lo que venimos viviendo hace años, desde que explotó esta bomba en la familia. Así lo sentimos, como una explosión que nos dejó aturdidos y se llevó toda la luz que había en nuestras vidas. Sentarse ahí ese día fue fruto de muchos años de terapia y de un camino que empezamos a recorrer cuando decidimos enfrentar todo esto.
Cuando llegamos al canal no podíamos respirar y digo podíamos, porque yo somatizo todo lo que le pasa a él. Cuando está angustiado no hace falta que me lo diga, yo lo empiezo a sentir también.
Ese día nos faltaba el aire, había miedo, mucho miedo, pero fuimos al frente porque hablar era la única posibilidad de sanar. Se sentó ahí y despedazó todo lo que le hizo tanto daño con mucha entereza. Me sentí feliz de verlo poder enfrentar tantos fantasmas que teníamos antes de hacerlo público. Me sentí orgullosa de tener un hombre valiente al lado que se anime a hablar de su vulnerabilidad a todo Rosario y al país.
"Cuando Juan Pedro me contó todo lo que había vivido, me enfermé por la angustia que sentí"
- Juan Pedro contó que ya estaba de novio con vos cuando en 2020 supo lo del VIH de su papá y que a partir de ahí fue recordando todo lo que vivió con su tío. ¿Qué recuerdos tenés de ese momento, cuando te contó todo?
-Esa fue la primera bomba, porque hubo varias. Cuando me lo contó me costó muchísimo entender, no tenía en mi vida una referencia de una situación así, nunca se había planteado en mi realidad. Al principio me costó aceptarlo, hasta traté inconscientemente de negarlo y minimizarlo, también quise huir. Me planteé muchos escenarios, como: ¿qué le voy a decir yo a mis hijos de su abuelo? o ¿cómo traigo hijos al mundo para contarles todo este dolor?
En ese momento me enfermé por la angustia que tenía. Pero para colmo, esa era solo una parte de la historia, ahí se empezaba a desatar un calvario que Juampe y sus hermanos vivieron hace años y estaba todo tapado. Al mismo tiempo que la mamá les cuenta a ellos que su papá tenía Sida, Sofía su hermana hace consciente los abusos que había sufrido con su papá y esa fue otra explosión en nuestras vidas.
"Me costó mucho tiempo digerir todo lo que mi pareja había pasado en su vida"
- ¿Te sorprendió cuando te contó todo lo que padeció? ¿Veías algunos síntomas en el? ¿Estados de ánimo cambiantes, por ejemplo?
-Cuando lo conocí sabía que no tenía relación con el papá o que era muy mala. Que era violento, pero no pensé que todo esto estaba detrás. Al tiempo y con todo lo que se iba desatando en la familia, también hizo consciente el abuso del tío hacia Juampe y su hermano. Era una bomba tras otra, recuerdo ese momento y me sentía abrumada y hasta no entendía bien todo lo que me contaba. Me costó mucho tiempo digerirlo y muchas horas de terapia para bajar a tierra todo lo que mi pareja había pasado en su vida.
Ahí empecé a entender un montón de situaciones. Una vez fuimos a comer a la casa del tío, él estaba haciendo una paella (era directivo del Centre Catalá) y le pidió a Juampe que mantenga el fuego en el disco que él se iba a buscar más carbón. La cebolla se estaba rehogando y se empezó a quemar. Le dije: "Amor se quema, sácala del fuego". Juampe me dijo "no, me dijo que la mantenga así!". "Pero se está quemando", le digo yo. Y él no reaccionaba, solo hacía lo que su tío le decía. Comimos una paella negra, y ahora entiendo todo.
Perdía sus instintos y su sentido común frente al abusador. Vi como su tío entraba al baño mientras Juampe se bañaba. A mi me llamaba la atención pero pensé que en su familia se manejaban así. Uno nunca sabe. El tenía muchas inseguridades, le costaba mucho defenderse, tenía miedos exagerados por situaciones simples, cambios de ánimo constantes y cuando todo salió a la luz pudimos ver con claridad a qué se debía.
"El hombre que yo amaba empezó a ser un niño de 12 años que revivía los abusos"
- ¿Cómo fue acompañarlo en el peregrinar de abogados, terapias y juicio?
-Muy duro. A partir del momento que él hizo consciente lo inconsciente, a partir de que desbloqueó el trauma, empezamos a vivir los momentos más difíciles. Mi pareja, el hombre que yo amaba y del cual me había enamorado, empezó a ser un niño de 12 años que revivía los abusos a medida que los hacía conscientes y los trabajaba en terapia.
De repente no lo podía tocar, se asustaba, o le tenía que pedir permiso antes. Empezó a dormir todo vestido, no podía estar sin ropa, no le podía tocar la pierna o la oreja porque eso le recordaba situaciones de los abusos, no podía bañarse con la puerta del baño abierta. Empezó a cerrarse cada vez más, a protegerse del dolor, cortó vínculos con personas porque estaba muy sensible y solo le contó su dolor a unos pocos.
Cuando estuvo más fuerte decidió denunciar y ahí empezó otro proceso muy doloroso. Luchar con el trauma, enfrentar a abogados poderosos que tenía el abusador y encima que la justicia te de la espalda y te diga que está prescripto. Los golpes parecían no terminar y yo no sabía cómo sostenerlo después de cada audiencia. Siempre me preguntaba si alguna vez nos iba a salir una bien en todo esto.
"Estoy segura de que Juan Pedro será un gran padre, porque hizo todo para dejar este pasado atrás"
- El también contó que ahora, que ya se siente más aliviado y puede ir dejando el pasado atrás, tiene ganas de "traer un hijo al mundo". ¿Lo han hablado? ¿Qué pensás?
-Es un sueño que tenemos, los dos queremos ser papás. Siempre quisimos. Me emociona cuando habla de eso. Hicimos y hacemos mucha terapia, ahí vemos las cosas que se hicieron mal y las que se podrían hacer bien, incluso en mi familia que es sana pero bruta siempre digo, porque son poco demostrativos del afecto. Lo vemos como una posibilidad gigante de ser felices y dar todo lo que a nosotros nos faltó. Sobre todo a él.
Somos conscientes que todos tenemos nuestras cosas y que nos vamos a equivocar seguramente, pero trabajamos todos los días para tener las mejores herramientas para tener hijos y hacerlos los más felices del mundo. Aunque esté solo, aunque sus hermanos le hayan soltado la mano en esto de hablar y hacerlo público. Estoy más segura que nunca que será un gran padre, porque hizo todo para dejar este pasado atrás.
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