La incontinencia o pérdida involuntaria de la orina es un síntoma, no una enfermedad. No es normal ni natural y la buena noticia es que esta problemática que afecta a 400 millones de personas en el mundo, puede tratarse. Cuidar y fortalecer el suelo pélvico es fundamental para prevenir y contrarrestar la incontinencia.
El problema de incontinencia urinaria generalmente está ligado a la debilitación del suelo pélvico, lo que también puede ocasionar dolor al mantener relaciones sexuales, anorgasmias, prolapsos vaginales y de vejiga y muchas otras patalogias.
El embarazo, la obesidad y la práctica de deportes de alto impacto, entre otros factores, pueden afectar esos músculos. "El suelo pélvico es el conjunto de músculos y ligamentos antigravitatorios que se encuentran en la base de la pelvis", indica la Lic. Romina Domenech, licenciada en kinesiología y fisiatría, MN 10244/MP 5029.
Tres formas de incontinencia
Existen tres formas de incontinencia: de esfuerzo (escapes de orina al toser, reír, estornudar, o al realizar algún esfuerzo físico); de urgencia (vinculada a un deseo muy intenso, e incontrolable de orinar con dificultades para llegar a tiempo al baño), y la mixta (una combinación de las anteriores).
La Lic. Domenech explica que "la importancia de determinar el tipo de incontinencia urinaria que el paciente presenta, ayudará a la buena elección de su tratamiento y de los consiguientes resultados".
Una vez establecido el diagnóstico, una de las opciones que permiten fortalecer la tonicidad de la zona son los ejercicios de Kegel .
"Se trata de movimientos simples, que consisten en activar la musculatura del suelo pélvico como si tuviésemos la intención de contener la orina. De todas maneras, es importante consultar previamente con un especialista", comenta la kinesióloga Valentina Urbina (MN 15455), especialista clínica de BTL Aesthetics.
Al mismo tiempo, también se puede buscar la solución a través de la tecnología. "Lo más efectivo para estos casos es la tecnología llamada Emsella, que permite tratar y fortalecer el suelo pélvico de forma no invasiva y en pocas sesiones.
Mientras el paciente permanece vestido durante todo el procedimiento, esta tecnología, a través de un campo electromagnético de alta intensidad, activa las neuronas motoras en el suelo pélvico contrayendo los músculos de la zona en profundidad lo que equivale a hacer 11.200 ejercicios Kegel en una sola sesión. Este tratamiento aprobado por la FDA regenera los tejidos musculares y neurales, tratando y previniendo los escapes de orina.
Incontinencia urinaria en la menopausia: disfunción del suelo pelviano
"La menopausia se define como el paso de la vida fértil a la vida no fértil, y se produce cuando la mujer ha pasado un año sin menstruar", afirma el doctor Juan Manuel Serini, Médico especialista en Ginecología y Obstetricia, Jefe de Servicio de Ginecología del Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora (MN 122456 / MP 228926).
Y agrega: "Antiguamente, este período tenía una visión negativa debido a que la expectativa de vida era mucho más corta".
"Pensemos que el promedio de vida para una persona nacida en 1900 era de solo 39 años. En cambio, hoy en día ese promedio en la mujer es de 82 años, y muchas alcanzan los 90 o más con una excelente calidad de vida. Esto es gracias a los cambios en la alimentación, la concientización sobre la importancia de la actividad física y los avances de la ciencia", sostiene el médico.
A lo largo de los años durante la menopausia pueden surgir varios problemas de salud. Sin embargo, hay uno del que se habla poco y que es fundamental conocer: la disfunción del suelo pelviano.
"El suelo pelviano, también conocido como piso pélvico, es un conjunto de músculos, ligamentos y tejidos que se encuentran en la base de la pelvis. Su función principal es sostener y mantener en su lugar los órganos pélvicos, como la vejiga, el útero y el recto", indica Serini.
"Además, el suelo pelviano juega un papel crucial en el control de la continencia urinaria y fecal, así como en la función sexual. Un suelo pelviano fuerte y saludable es esencial para el bienestar general y la calidad de vida de las personas", agrega.
Según el médico consultado, durante la menopausia, disminuye la producción de estrógenos, lo que conlleva al debilitamiento del suelo pelviano. Este debilitamiento también se ve afectado por el paso de los años y la disminución de la producción de colágeno y elastina en esta etapa de la vida. La baja concentración de estrógenos también ocasiona prurito genital, sequedad vaginal y molestias en las relaciones sexuales.
"La disminución del sostén de los órganos pélvicos por el suelo pelviano conlleva a problemas de salud como la incontinencia urinaria, la cual se ve agravada por la disminución del riego sanguíneo a nivel de la uretra. Es importante conocer estos síntomas para poder consultar oportunamente al médico especialista, evitando así la progresión de estos problemas y mejorando la calidad de vida", explica.
Cómo se trata la disfunción del suelo pelviano en la menopausia
El tratamiento de la disfunción del suelo pelviano tiene diferentes pilares. "En muchos casos, pueden usarse terapias de reemplazo hormonal. Además, es fundamental trabajar en equipo con kinesiólogos especialistas en suelo pelviano, quienes entrenarán a la paciente con ejercicios para el fortalecimiento del mismo", indica el Dr Serini.
Y añade: "En la actualidad, contamos con tratamientos modernos que ayudan a favorecer la vascularización de la pelvis y la síntesis de colágeno, mejorando así los síntomas de incontinencia urinaria y sequedad vaginal. Entre estos tratamientos se encuentran el láser vaginal, las ondas electromagnéticas de alta frecuencia como la radiofrecuencia y la energía electromagnética focalizada de alta intensidad. Esta última provoca miles de contracciones profundas e intensas de los músculos del suelo pelviano, lo que ayuda a las pacientes con incontinencia urinaria a recuperar la confianza y a restaurar el control neuromuscular".
Las alteraciones del suelo pelviano, si no son atendidas, provocan una importante pérdida en la calidad de vida. Por eso es crucial que consultes a tu ginecólogo y hables de este tema.
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