Los arándanos son pequeñas y sabrosas bombas de nutrientes. Pero hay que admitir que son difíciles de encontrar a un precio razonable. Por eso, qué mejor que cultivarlos en casa y tenerlos siempre a mano para preparar diferentes recetas: desde budines y tartas hasta exquisitos smoothies.
Lo mejor de todo es que no son muy difíciles de cuidar y se pueden cultivar en macetas. Acá te contamos cómo hacerlo. ¡Vas a ver que no te vas a arrepentir!.
El arándano (Vaccinium corymbosum)
Vaccinium corymbosum (su nombre científico) pertenece a la familia botánica Ericáceas. Se trata de arbustos que pueden llegar a medir desde medio metro hasta seis según la variedad.
Hay una variedad de color de bajas, desde rojas y negras hasta moradas. Además, algunas se pueden cultivar en macetas sin problemas (lo ideal es chequear esto antes de realizar la compra).
Cómo plantar arándanos en casa a través de esquejes
Cultivar arándanos por esquejes es una de las mejores maneras. Lo ideal es hacerlo al inicio del invierno y sí o sí en suelos ácidos para que prosperen sin problemas.
Por lo general, se los siembra en los límites de las huertas para que sirvan de barrera a los vientos y a su vez, no perjudiquen a las demás plantas con sus necesidades de acidez en el sustrato.
Si se siembra en maceta, ésta tiene que tener entre 40 a 50 cm de profundidad y disponer de un metro de distancia aprox entre las plantas.
Cómo cuidar los arándanos
- Luz y ubicación: lo ideal es ubicar los arándanos en un lugar a pleno sol pero se adapta a la semisombra.
- Temperatura: resiste muy bien las heladas e incluso si los inviernos son de menos de 7 °C, la fructificación en primavera será asombrosa ya que necesitan algo llamado 'horas de enfriamiento', de lo contrario, no producirán brotes ni frutos. Por eso si vivís en una zona muy cálida, te conviene plantar arándanos que requieran pocas horas de frío.
- Riego: frecuentes pero moderados ya que no tolera los encharcamientos. Se recomienda hacerlo con agua sin cal.
- Sustrato: los arándanos aman la tierra ácida. Antes de plantar, conviene hacer una prueba del suelo para conocer el pH, ya que suelen necesitar un nivel de pH de alrededor de 4 a 5. También se recomienda que tenga un buen drenaje.
- Poda: se recomienda en invierno retirar las ramas viejas para favorecer su renovación y que la producción de fruta sea más abundante.
- Plagas y enfermedades: si bien es resistente, puede verse afectada por cochinillas, nematodos y pulgones. Y las enfermedades más comunes son botritis o podredumbre cuando las lluvias son demasiado abundantes y el sustrato se encharca.
- Cosecha: se realiza cuando el fruto alcanza su característico color. Por lo general, a partir de los 2 años de vida es cuando comienza a florecer y fructificar, y esto va en incremento conforme pasa el tiempo.
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