Curiosidades y datos random de la vida de José de San Martín y su mujer, María de los Remedios de Escalada - Revista Para Ti
 

Curiosidades y datos random de la vida de José de San Martín y su mujer, María de los Remedios de Escalada

Detalles inéditos y poco conocidos de la vida de José de San Martín y su mujer, María de los Remedios. Te vas a sorprender.
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La historia contó una parte de José de San Martín pero se guardó algunos aspectos. Desde La Casa de San Martín en la Ciudad de Mendoza, donde hacen visitas guiadas, cuentan aspectos desconocidos del prócer que fue llamado Libertador.

Con 12 años, presentó un petitorio para incorporarse como cadete al Regimiento de Infantería de Murcia. A los 13, tiene el bautismo de fuego combatiendo contra los árabes en Orán. A los 16 años lo ascienden a Segundo Teniente.

María de los Remedios de Escalada fue una mujer muy especial para él. Fue difícil el comienzo de la relación: ella estaba comprometida con otro hombre, con Gervasio Dorna. Remedios nació en el seno de una familia porteña de gran prestigio social y solvencia económica el 20 de noviembre de 1797.

Era hija de Tomasa de la Quintana -quien no veía con buenos ojos a San Martín- y de Antonio José de Escalada y, según el genealogista Narciso Binayán Carmona, era descendiente del colonizador español Domingo Martínez de Irala (1509-1556). Se crió en un hogar que, luego de la Revolución de Mayo, fue el centro de reuniones de los patriotas.

Casamiento y luna de miel en San Isidro

Ella conoció a José de San Martín el 9 de marzo de 1812. Tenían edades muy distintas cuando se conocieron: él tenía 34 años y ella 14. El encuentro entre ellos se dio en una de las reuniones sociales más populares de esa época: en la casa de los Escalada. La casa estaba ubicada frente a la actual Plaza de Mayo (hoy ocupa ese lugar el edificio de la AFIP).

Cuando San Martín le pidió casamiento, Remedios rompió ese compromiso y Dorna se alistó en el Ejército del Norte. José y Remedios se casaron después de un corto noviazgo, el 12 de septiembre de 1812, en una ceremonia privada en la Iglesia de la Merced, con Carlos María de Alvear y su esposa, Carmen Quintanilla, como testigos.

Después de pasar un tiempo juntos en San Isidro por un período breve, Remedios regresó a la casa de su familia debido a las responsabilidades de San Martín con respecto al Regimiento de Granaderos a Caballo. Estuvieron separados durante largas temporadas y sólo pudieron volver a reunirse después del 10 de agosto de 1814, cuando San Martín fue designado gobernador de la Intendencia de Cuyo.

A fines de 1814, Remedios se trasladó a Mendoza para reunirse con su marido, por ese entonces gobernador cuyano, y allí se incorporó a la sociedad local y colaboró en las tareas de organización del Ejército de los Andes para liberar a Chile y Perú. Fue Remedios quien promovió la entrega de las joyas personales, gesto que imitaron las damas mendocinas el 10 de octubre de 1815 para contribuir al equipamiento de las fuerzas.

La vida en Mendoza y un ritual para la fertilidad

En esa época, el gobernador podía elegir vivir en el Cabildo de la ciudad o en una casa de alguna familia aristocrática. Él elige la casa de la familia Alvarez, lo que en ese entonces era el centro neurálgico de la ciudad (hoy, es la zona llamada ciudad fundacional). En esta casa, viven tres años junto con los Alvarez.

Era una mansión, ocupaba toda más de una manzana. Allí mismo, en los cimientos, los arqueólogos descubrieron restos de un ritual de fertilidad que se hacía en la época en la que vivieron San Martín y Remedios en esa casona. Hay una hipótesis que dice que este ritual lo habría hecho Remedios ya que tardó cuatro años en quedar embarazada, algo no habitual en la época (los matrimonios buscaban a su primer hijo de inmediato).

Los restos hallados por los arqueólogos indican que sería un ritual por la disposición de los elementos. Se cree que sería un ritual de fertilidad que se acostumbraba a practicar en el sur de Inglaterra, por eso se supone que podría haberlo traído José de San Martín de Europa.

Se sabe que San Martín era de mentalidad abierta para lo que se consideraba en la época. Creía en rituales y se hacía leer las manos porque le gustaba escuchar las interpretaciones.

El ritual de fertilidad aparentemente incluía elementos tales como un vaso de cristal roto (un objeto muy preciado para la época), 25 cuerpos de gallinas y una moneda europea. Por eso, se sospecha que Remedios y San Martín habrían recurrido a esta práctica para buscar el embarazo. De hecho, Mercedes Tomasa San Martín y Escalada nació el 24 de agosto de 1816 en esa misma casona. Y la mujer de Alvarez, dueña de la mansión donde vivían, ofició de madrina de la bebé.

El helado favorito de San Martín

En sus ratos libres, a San Martín le gustaba pasear por La Alameda junto a su hija. Era un paseo de tres cuadras y como le resultaba demasiado corto, pidió que se lo extendiera a 10 cuadras. Caminando por allí, al General le gustaba tomar helado de canela, que era el único sabor que existía en esa época. El helado se hacía con hielo traído desde la montaña.

San Martín
La imagen de José de San Martín como gaucho

Por otra parte, San Martín solía vestirse de gaucho: llevaba poncho, botas y sombrero. Hay varias pinturas de la época que lo retratan así, y no vestido de general como lo muestran los manuales de historia.

Piercing o traición

Otro dato curioso es que para identificar a los soldados que respondían a él les pedía que se pusieran una especie de aro, tipo piercing, en una oreja. Si alguno decidía traicionarlo, se lo sacaba pero le quedaba el orificio. Así él reconocía a los traidores.

A partir de esto, los granaderos comenzaron a usar aros. Así se distinguían de otras unidades.
Y la falta del aro, y el consiguiente agujero vacío de la oreja, delataba al desertor. Porque eran aros no removibles, fijos, los cuales, para sacarlos, debían ser cortados. También se dice, que si el aro era valioso, servía para pagar una tumba decente a su portador, si caía en combate.

En la imagen que compartimos, vemos al que llegara luego a Teniente General, el salteño Eustaquio Frías. Fue Granadero a Caballo, habiendo sido uno de los últimos ochenta que estuvieron en Ayacucho el 9 de diciembre de 1824. También estuvo presente en la elegante osadía de Riobamba.
En el cuadro que mostramos, claramente se puede apreciar el aro que porta en su oreja izquierda.
Teniente General, el salteño Eustaquio Frías. Fue Granadero a Caballo. Se puede apreciar el aro que porta en su oreja izquierda.

Esta costumbre San Martín la habría traído de los soldados europeos, como los Granaderos de la Guardia Imperial de Napoleón, también sabían usarlos.

Cuando San Martín partió hacia Chile, Remedios estaba enferma de tuberculosis, lo que la obligó a regresar a Buenos Aires el 16 de marzo de 1819 para instalarse nuevamente en la casa de sus padres. Era tal su estado de salud que se dispuso llevar un ataúd por si moría en el viaje.

Cuando estuvo ya muy enferma, Remedios fue llevada a una quinta de la calle Caseros y Monasterio, donde murió el 3 de agosto de 1823 (con veinticinco años), lejos de San Martín, cuya presencia solicitó hasta su último instante.

Su viudo sólo pudo acudir meses más tarde y dispuso la construcción de un mausoleo en mármol en el "Cementerio del Norte" (Recoleta) para que descansaran sus restos. Su lápida dice: "Aquí descansa Remedios Escalada, esposa y amiga del general San Martín".

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