El Museo de la Inmigración, creado en 1974, funciona dentro de lo que fue el Hotel de los Inmigrantes que, entre 1911 y 1953, fue el primer lugar que conocían los extranjeros que llegaban a nuestro país para “hacerse la América”.
Recordemos que entre fines del siglo XIX y principio del siglo XX, Argentina –que era uno de los países más ricos del mundo- recibió a más de cuatro millones de inmigrantes provenientes de Europa, Asia y África.
Hotel de los Inmigrantes
El Hotel les brindaba alojamiento y las cuatro comidas a los recién llegados hasta que pudieran ser recogidos por un familiar o hasta que consiguieran trabajo.
Fue un lugar hospitalario, amigable, limpio. Para aquellos inmigrantes que vuelven de grandes e incluso para sus hijos o nietos este lugar no es museo más porque algo pasa por la sangre al ver castañuelas, valijas antiguas, cartas y los rostros sin sonrisa de los expatriados.
Este complejo de pabellones fue construido en 1906 para que se alojaran los miles de inmigrantes que arribaban a la Argentina durante sus primeros días en el país.
Se lo planificó según distintas áreas: desembarco, colocación, administración, atención médica, servicios, alojamiento y traslado de las personas.
El Museo
Es interesante cómo se presenta la experiencia de la migración en sus diferentes etapas: el viaje, la llegada, la inserción y el legado.
Hay documentación histórica, fotografías, films, testimonios contemporáneos y reliquias. También catres desprovistos de colchones, tal como estaban en aquel tiempo de masivos arribos para evitar enfermedades.
Aún si no hubiera nada en este museo, hay que decir que sus salas guardan la tristeza de nuestros antepasados; el dolor, la melancolía, la incertidumbre y también la esperanza de quienes pasaron por allí.
Al finalizar la recorrida, se puede consultar qué día y en qué buque llegaron los familiares del visitante, esos migrantes que, luego, le dieron a la Argentina su sudor, sus descendencia y la hicieron grande.
Queda en Av. Antártida Argentina al 1300. La entrada es gratuita y se recomienda llevar pañuelos descartables.
Texto y fotos: Mariela Blanco, periodista.
Instagram: @marielablancoperiodista
Twitter: @marielablanco26
Correo: [email protected]
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