La puerta azul, con su tonalidad vibrante, simboliza la esperanza y la transformación. Esta elección no es solo estética: también remite a la idea de nuevos comienzos. Con esto en mente, el equipo de arquitectura a cargo del proyecto presentó la propuesta de remodelación de esta casa con estructura de ladrillos expuestos.
El objetivo principal fue modernizar el espacio preservando sus características originales. Así, la intervención fue mínima, respetando la identidad de la construcción.
Se optó por una pintura blanca que iluminó el ambiente y destacó la textura de los ladrillos, conferiendo un toque contemporáneo.
Durante la remodelación se dio un descubrimiento interesante: un pilar de concreto, escondido bajo capas de acabado anterior. Este pilar, al ser revelado, fue cuidadosamente integrado al nuevo diseño, abrazado por un mueble suspendido diseñado.
Esta combinación no solo preservó la historia de la casa, sino que también añadió un elemento arquitectónico intrigante al espacio.
Se restauró también el piso natural de pizarra y madera, valorando la belleza de los materiales originales y trayendo un toque rústico y acogedor al ambiente.
Una de las principales estrategias del proyecto fue la creación de aberturas amplias que promovieron la integración entre los ambientes y mejoraron la iluminación y ventilación natural.
Ventanas y puertas de vidrio permitieron la entrada abundante de luz, trayendo una sensación de amplitud y conexión con el exterior. Esta integración no solo mejoró la calidad del espacio, sino que también estimuló la interacción entre los usuarios.
El aspecto sensorial fue fundamental con la textura rústica de los ladrillos armonizando con la luminosidad del nuevo acabado.
Cada elemento del ambiente fue pensado para crear una atmósfera acogedora y invitante.
Para complementar la remodelación, se expandió la cubierta metálica transformándose en un espacio en el jardín.
Su mayor atractivo es un árbol primavera de más de 20 años, cuyos troncos torcidos y copa generosa proporcionan sombra y confort. Este árbol, con su belleza natural, se convierte en una verdadera escultura viva, enmarcando el ambiente y creando un lugar perfecto para reuniones familiares y celebraciones.
El estudio de arquitectura a cargo siempre trabaja con la conciencia de que las paredes tienen historias y saben de muchas vivencias. Por eso, valoraron cada elemento que compone esta residencia, respetando su pasado y trayendo nuevas memorias.
La remodelación transformó la casa en un hogar que une historia y modernidad, proporcionando un espacio inspirador y confortable, donde todos se sentirán bienvenidos.
Ficha técnica
Ubicación: Bauru, Brasil
Arquitectos: Rafael Pinoti Arquitetura
Área: 220 m2
Fotos: Daniel Santo
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