Sabemos que el envejecimiento prematuro de la piel puede estar causado por factores genéticos o hereditarios, pero en la mayoría de los casos, suele estar provocado por hábitos poco saludables, que no solo afectan a la salud, sino que también aceleran el deterioro cutáneo.
Por eso, la doctora Cristina Sciales indica qué hábitos deberíamos revisar y cómo podemos implementar cambios para mejorar el aspecto de la piel y también nuestra salud.
1. No protegernos del sol
Es el primer y peor mal hábito para la piel. El principal factor es la falta de protección solar o el hecho de no renovarlo cada dos horas. Pero lo que debemos tener en cuenta es que no solo sucede en verano. Los 365 días del año la radiación UVB incide en la epidermis y es responsable de que nos quememos. Pero los UVA suponen el 95% de la radiación que diariamente recibe la piel y son capaces de atravesar nubes y todo tipo de cristales.
2. Mala alimentación
Está probado científicamente que no es lo mismo comer "cualquier cosa", por lo que nutrirnos adecuadamente es lo que debemos tener como meta. Y tratar de incorporar aquellos alimentos que son beneficiosos para la piel. Para lograr un mejor equilibrio entre la salud y la nutrición, es importante sumar a nuestra alimentación: vegetales, frutas, semillas, frutos secos, harinas integrales, aceites de oliva, etc.
3- Fumar y beber
Sabemos lo que el tabaco y el alcohol pueden generar en nuestro cuerpo y en la piel. Si a esto le sumamos una exposición solar excesiva y una mala alimentación, le estaremos dando a nuestro organismo el peor combo posible.
Todos estos malos hábitos repercuten negativamente en la circulación y microcirculación del oxígeno y nutrientes del organismo: lo debilitan, hacen que la piel pierda su brillo y aceleran la degradación del colágeno y la elastina.
4- Falta de higiene
Tanto durante la mañana como a la noche debemos realizar la rutina de higiene facial. Sobre todo, si usamos maquillaje: no retirarlo bien puede ser perjudicial para la salud y belleza de la piel.
Si la limpieza no es la correcta, la piel no respira correctamente, lo cual favorece la obstrucción de los poros. Como consecuencia, los productos que apliquemos no se absorberán correctamente, deteriorando su acción benéfica.
Tampoco es bueno exagerar en la limpieza: el uso excesivo de productos deja a la piel desprovista de su capa protectora y altera en exceso su PH.
5. Falta de o mala hidratación
La hidratación es esencial para la buena salud de la piel (recordemos que el 70 por ciento del cuerpo es agua). Es fundamental un diagnóstico acertado de la piel de cada paciente para un uso correcto de activos y cosméticos que nos ayuden a cuidar piel.
También debemos resaltar que las pieles maduras presentan un daño acumulado y que, a partir de los 35 años, empieza a perder la capacidad de formar colágeno y ácido hialurónico, con lo cual está más deshidratada. Como su ciclo de regeneración celular es mucho más lento, necesita una rutina de mayores cuidados.
6. Falta de ejercicio
El sedentarismo aumenta nuestros niveles de estrés y ello se traduce en una menor luminosidad, una piel más apagada y menos tersa. El deporte aumenta la circulación sanguínea, y por tanto, la oxigenación de la piel y el transporte de nutrientes.
8. Falta de descanso
Sabemos que dormir mal aumenta los signos de envejecimiento de la piel y se producen alteraciones de la barrera cutánea o ultravioleta (UV) para luchar contra los factores de estrés ambiental.
Dormir, cómo mínimo, 8 horas al día será muy beneficioso para que el cuerpo pueda combatir dichos factores.
Agradecemos a la Dra. Cristina Sciales, médica cirujana (MN 66.744) / @csciales
Suscribite al newsletter de Para Ti
Si te interesa recibir el newsletter de Para Ti cada semana en tu mail con las últimas tendencias y todo lo que te interesa, completá los siguientes datos:
