El día que Jorge Lanata habló de sus miedos, sus amores y la religión: "Tengo dos hijas; cómo no voy a creer en Dios" - Revista Para Ti
 

El día que Jorge Lanata habló de sus miedos, sus amores y la religión: "Tengo dos hijas; cómo no voy a creer en Dios"

Uno de los privilegios de mi profesión es haber podido entrevistar a grandes personajes y una de mis entrevistas más memorables fue a Jorge Lanata. Fue en 2012 cuando él medía en la tele con Periodismo para todos (Canal 13) y lo más maravilloso es que mostró al otro Lanata, al hombre sensible, al de entrecasa. Los invito a un viaje en el tiempo, a reencontrarse con ese Lanata de hace doce años atrás.
News
News

Una puerta de hierro forjado y vidrio separan al Jorge Lanata público del privado. Al abrirse esa puerta, su mundo interior queda al descubierto. Petro, la empleada doméstica, nos invita a pasar al comedor.

“Ya viene”, dice sin necesidad de aclarar quien. Nos ofrece algo para tomar y, antes de dirigirse a la cocina, advierte “el se sienta aca”, señalando la cabecera de una larga y elegante mesa de estilo, “ustedes ubiquense donde quieran”. De fondo se lo escucha a Lanata –el “padre” de Pagina 12 y Critica, el periodista politico que se atrevió a compartir el escenario del Maipo con vedettes, el mismo que forjo su carrera llevando la bandera de la provocación y que por molestar a los gobiernos de turno fue tres veces levantado del aire televisivo-.

Su voz se cuela por los amplios ambientes del aristocrático piso de 400 metros cuadrados que alquila desde hace 8 años en el Palacio Estrugamou, en Esmeralda y Arroyo. Una vitrina con relojes de arena antiguos, un caballo de madera negro de alguna calesita que ya dejo de existir y una biblioteca de pared a pared, decoran la amplia sala. Ahora ya no se lo escucha hablar.

El ruido de pies descalzos sobre el parquet anuncia que él se acerca. Nos recibe “en patas” y no me sorprende: está en su lugar, su territorio. Así, descalzo, con una camisa floreada y un jean con sus infaltables tiradores en nada se parece al Lanata que todos los domingos –en Periodismo para todos, por Canal 13– se calza el traje y la corbata para, con aire serio y toques humoristicos.

Lanata de entrecasa

La diabetes le provoco una insuficiencia renal que lo condenó a diálisis. “Ahora estoy mucho mejor. Hace cuatro o cinco meses que no me dializo. El riñón sigue dañado, pero no avanzó el deterioro. Estoy alargando el momento del trasplante. Puedo estar asi uno o dos años”, dice.

-¿Alguna vez intentaste dejar de fumar?

-No. Creo que en algun momento voy a dejar.

-¿Estas a dieta?

-Baje veinte kilos. Implementé una cosa que funcionó. Contraté un tipo que me cocina y que se puso de acuerdo con el nutricionista. Entonces no son esas viandas horribles y deprimentes de bandejita, sino que es comida rica porque el tipo es cocinero.

-¿Te pesás?

-Ahora no. Pero semanalmente me saco sangre para controlarme y me pesan. Ahora había bajado dos kilos más, y voy a seguir.

- ¿Lanata se caga en todo?

-Dicho de esa forma suena demasiado frívolo. Yo no me cago en todo, pero sí en la formalidad, en las definiciones. Muchos dicen que me parezco a Tato Bores y lo agradezco, pero el era humorista, yo soy periodista aunque toda la vida use el sentido del humor para comunicar.

-¿Hacés terapia?

-No, hice durante ocho años, con un tipo que se llamaba Paul Topf, un viejito que se murió y que yo queria mucho.

-¿Le tenés miedo a la muerte?

-No sé. Creo que no. A lo mejor nunca estuve tan cerca de esa situación.

-¿Creés en Dios?

-Sí. No voy a la iglesia. Pero creo que hay como un orden. La vida es muy increíble como para ser solo evolución natural. Cuando me preguntan esto, contesto “tengo dos hijas, como no voy a creer en Dios”. O sea, que a vos te salga de la panza una persona es increíble; hay miles de millones de estrellas, ¡cómo lo explicás! Y cuando estoy mal, rezo. Creo que la idea de Dios nos mejora como persona. Es sano.

-¿Tenés cábalas?

-Algunas. Cuando hicimos el número cero de Pagina 12 me quedó una botella de Coca Cola guardada en el cajón del escritorio; como el diario funcionó, nunca la tiré. Todavía la tengo acá en casa.

-¿Sos un papá guardabosque o más bien relajado?

-Yo no entiendo mucho a esos tipos que les dicen a las hijas “sos mi novia”. ¡Son mis hijas! Que hagan su vida.

-¿Le conociste novios a Bárbara?

-Uno solo. Pero está bien que no me traiga a sus novios. Yo soy el padre, no soy su amigo. Conmigo no tiene que hablar de tipos. Antes de presentarme al novio, ella había soñado que yo le tomaba al chico un examen de geografía (se rie). Así que imaginate, pobre. No me meto en esas cosas.

-¿Qué ves cuando te mirás en el espejo?

-No me gusta mirarme en el espejo. Por eso en la tele no uso monitores. Veo a Jorge… Siento que no soy Lanata. Soy Jorge. A lo mejor para los demás soy Lanata, lo que ustedes se imaginan como Lanata. No soy de ningún lugar. Nací en Mar del Plata, me crié en Sarandí, vivo acá. Pero no soy de ningún lado, aunque si tuviera que elegir te diría que soy más del sur que de acá. Me preocupa la gente. Yo pondría en fila a todos los tipos que me ven y hablaría con todos. Ese nivel de inseguridad tengo. Querria contarles, explicarles, que me conozcan, que me quieran. La calle es muy amable conmigo, es muy cálida. Hay gente que me dice “yo rezo por vos”. Es muy conmovedor. También puedo decir que me siguen enojando las mismas cosas de hace veinte años. Estoy más viejo, más tolerante. Me sigue sorprendiendo todo lo que me pasa. Y eso está bueno. Yo quería ser redactor de Siete Días y vivir en el centro. Nada más. Y lo logré a los 18. Entonces, todo lo demás fue gratis.

Suscribite al newsletter de Para Ti

Si te interesa recibir el newsletter de Para Ti cada semana en tu mail con las últimas tendencias y todo lo que te interesa, completá los siguientes datos:

Más información en parati.com.ar

 

Más Para Ti

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig