El Teatro Colón de Buenos Aires es mucho más que un edificio. Es el corazón palpitante de la cultura argentina, una leyenda viva que supo ser testigo de más de un siglo de historia y arte.
Considerado uno de los teatros de ópera más prestigiosos del mundo (está posicionado al mismo nivel que los teatros europeos más icónicos), su acústica impecable y su arquitectura deslumbrante lo convierten en una parada obligatoria para locales y turistas por igual.
En esta nueva edición de Historias de Cemento te invitamos a descubrir los secretos mejor guardados de este coliseo: desde su impresionante construcción y los detalles arquitectónicos que lo hacen único hasta las anécdotas de los genios que pisaron su escenario.
Un viaje al pasado: los inicios del Teatro Colón
La historia del Teatro Colón comienza en 1857, cuando abrió sus puertas por primera vez en un edificio ubicado en la Plaza de Mayo (hoy Banco Nación). Este primer teatro funcionó hasta 1888, momento en el cual se decidió construir una nueva sede que estuviera a la altura de las grandes casas de ópera europeas.
La construcción del actual edificio del Teatro Colón fue una verdadera odisea que se extendió por dos décadas. La inauguración oficial tuvo lugar el 25 de mayo de 1908 con la función "Aída", la ópera de Giuseppe Verdi.
El proyecto inicial estuvo a cargo del arquitecto italiano Francesco Tamburini, quien falleció antes de ver su obra maestra terminada. Su discípulo, Vittorio Meano, continuó con la dirección pero también murió trágicamente antes de la culminación. Finalmente, el arquitecto belga Jules Dormal completó la obra, aportando su toque personal al diseño.
#DatoCementero:
Uno de los elementos insignia del Teatro Colón es su cúpula. Por filtraciones de humedad que arruinaron la obra original, se mantuvo sin pintura decorativa entre los años 1930 y 1960. En ese entonces y por iniciativa de Manuel Mujica Láinez, se encargó la decoración de la cúpula del teatro a Raúl Soldi. El artista trabajó en la obra entre diciembre de 1965 y marzo de 1966, y no pidió remuneración alguna para realizarla.
El Teatro Colón: una joya ecléctica
El Teatro Colón es un ejemplo magistral del estilo ecléctico, combinando elementos del Renacimiento italiano, el Barroco francés y el Clasicismo alemán. La fachada principal, que da a la calle Libertad, impresiona con su majestuosidad y detalles ornamentales.
El interior es igualmente impresionante. La sala principal, con forma de herradura, tiene capacidad para 2.487 espectadores y cuenta con una acústica que fue calificada entre las mejores del mundo.
El Salón Dorado, inspirado en el Palacio de Versalles, es uno de los más destacados y deslumbra con sus dorados y espejos.
Eventos icónicos y personajes ilustres
A lo largo de su historia, el Teatro Colón supo ser escenario de innumerables eventos memorables y recibió a las más grandes figuras del arte. Desde la soprano María Callas hasta el tenor Luciano Pavarotti, pasando por directores como Herbert von Karajan y bailarines como Rudolf Nureyev, todos dejaron su huella en este escenario.
Además de la ópera, el teatro albergó conciertos sinfónicos, ballets y presentaciones de artistas populares, consolidándose como un espacio versátil y abierto a diversas expresiones artísticas.
El Teatro Colón hoy
Con el paso del tiempo, el Teatro Colón fue objeto de varias restauraciones para preservar su esplendor original. La más reciente, concluida en 2010, coincidió con el Bicentenario de la Revolución de Mayo y devolvió al teatro su brillo característico.
Hoy en día, el Teatro Colón continúa siendo un faro cultural en Buenos Aires, ofreciendo una programación variada que incluye óperas, ballets, conciertos y más. Visitarlo es sumergirse en la historia viva de la ciudad y del arte mundial.
Fotos: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y Teatro Colón.
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