Las orquídeas son una de las flores más lindas y elegantes. Blancas, magentas, lilas, azules... En sus distintas y bellísimas combinaciones enamoran a primavera vista con sus colores y con sus flores similares a las alas abiertas de una mariposa.
Pero a pesar de su increíble potencial decorativo, tienen mala prensa: muchas personas renuncian a la belleza de una orquídea porque creen que son caras y muy difíciles de mantener. Si bien es cierto que necesitan de algunos cuidados como toda planta, su cultivo suele ser simple.
Cómo se cuidan las orquídeas
- La orquídea es una planta que necesita mucha luz, pero se puede quemar si recibe los rayos del sol de manera directa. Por tanto, lo mejor es colocarla cerca de una ventana o con cortinas que filtren la luz para tener iluminación indirecta.
- Esta planta requiere un ambiente parecido al tropical para crecer y florecer.
- Al ser una planta tropical, deberá estar en un lugar con temperaturas no muy bajas. Ponela en un lugar cálido, entre los 15 y los 30 grados.
- Fijate en sus raíces y varas, la orquídea precisa un trasplante cada dos o tres años, cuando notes que las raíces sobresalen. También precisa poda en sus varas.
- Usá una maceta transparente ya que sus raíces necesitan luz. El color de esta zona te dará pistas sobre su estado de salud.
- Antes de regarlas, observá que el sustrato esté seco y se recomienda una vez cada 7 o 10 días, aunque esta frecuencia puede variar según la estación y el clima. También se recomienda pulverizar agua en las hojas para mantener un ambiente húmedo.
- El exceso de riego es especialmente perjudicial para las orquídeas. Verás que necesita agua cuando sus raíces adquieren un tono gris plateado o blanquecino.
- Además, la orquídea necesita nutrientes como el hierro, el nitrógeno, el fósforo y el potasio, entre otros, para crecer.
Cómo reproducir la orquídea Phalaenopsis mediante una de sus hojas
Vas a necesitar:
- 1 orquídea.
- Tijera de jardinería desinfectada.
- Bandeja de plástico con tapa.
- Musgo.
- Agua oxigenada.
Procedimiento:
- Agregá un poco de agua oxigenada al musgo y colocalo en un recipiente de plástico.
- Cortá una hoja sana de tu orquídea. Asegurate que sea de la parte baja de la planta.
- Tomá la hoja que cortaste y colocala sobre el musgo.
Si bien esta forma de reproducir una orquídea es súper sencilla, hay que admitir que es de las más lentas, ya que puede tardar de tres a cuatro meses para que la hoja genere raíces y puedas transplantarla a una maceta con el sustrato correspondiente.
Para acelerar un poco el proceso, podés abrir la tapa del recipiente de plástico cada tercer día y colocarlo en un lugar iluminado, sin sol directo.
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