Afortunadamente, cada año, el uso de pirotecnia es cada vez menor, ya que la población está más concientizada al respecto de que afecta a un gran grupo de personas y también a los animales. Sin embargo, algunos aún continúan utilizando fuegos artificiales en la época de las fiestas sin saber que eso también los daña a ellos mismos, ya que genera daños colaterales, como, por ejemplo, es una de las causas más frecuentes de ceguera, a pesar de que podría ser evitable.
"Los problemas con los fuegos artificiales se asocian con el uso masivo por “no profesionales”, lo cual ha traído accidentes que, entre otros, pueden ocasionar daños oculares indirectos, superficiales por quemaduras secundarias de partículas que caen en la conjuntiva, en la piel palpebral y en las pestañas. Son frecuentes y de poca severidad. Muchas veces, mediante un intenso lavado con agua, son lesiones reversibles en 48 a 72 horas y sin secuelas. En algunos casos, se pueden agravar si la zona afectada fue la córnea, ya que pueden quedar secuelas visuales", explicó el médico oftalmólogo Germán Bianchi (MN 98.952).
Cuáles son los daños que genera la pirotecnia
Bianchi determinó que los daños por impacto directo son los más graves, sean por un cuerpo extraño/proyectil o por la onda expansiva de la explosión. "Son situaciones en donde se puede afectar la retina. En algunos casos, se produce una inflamación que, con un tratamiento con gotas se resuelve, aunque en ocasiones puede llegar a desprenderse. Y, en esta situación, la visión podría perderse completamente, a pesar de que se realicen complejas microcirugías", aseguró.
"Otro escenario son las quemaduras profundas de la superficie ocular, que también son severas y afectan la visión. A veces, la lesión suele ser tan severa que, para su resolución, se requiera un trasplante de córnea. Pueden ocurrir quemaduras de la piel palpebral y aquí se precisan múltiples injertos de piel y varias cirugías reconstructivas complementarias, que, a veces, no terminan de ser eficaces. Siempre son lesiones muy dolorosas", detalló el oftalmólogo.
"En una publicación de la revista "JAMA Opthalmology", de junio 2020, se revisó la cantidad de personas que sufrieron accidentes oculares asociados con fuegos artificiales a lo largo de 19 años (desde el 31 de diciembre de 1999 a finales del 2017), en 100 hospitales de los Estados Unidos. Se encontraron 34.548 casos en donde las lesiones iban desde afecciones superficiales a estallidos del globo ocular y ceguera. Entre los datos, destacan que el 66 % era menor de 18 años", determinó el experto.
Por último, el especialista en cirugía ocular expresó que, en esta época de fiestas, es importante tener en cuenta que, al destapar una botella de espumante, se recomienda tener cuidado de no apuntar a la propia cara ni a la de terceros. "Sostener el corcho con la mano para que no salga expulsado con fuerza ni pueda golpear a alguien de rebote", sentenció Bianchi.
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