Después de brindar su primer recital, en el marco de cierre de su gira mundial en Buenos Aires, Luis Miguel salió a cenar en una conocida parrilla de la ciudad.
Apenas terminó el show, el astro mexicano salió en su camioneta blindada hacia el hotel en el que se está hospedando para cambiarse.
Luego, partió rumbo al local de Puerto Madero, al que ingresó minutos después de la mano de su novia, la diseñadora española Paloma Cuevas.
Según se informó, el cantante tuvo que esperar casi una hora a que la banda y el resto de los invitados pudieran salir del caos de tránsito que había en los alrededores de Campo Argentino de Polo, donde horas antes hizo vibrar a miles de fans.
Según pudo saberse, el Sol de México pidió que prepararan mesas para integrantes de la banda, técnicos, entre otros miembros de su staff, que rondaban las cincuenta personas.
El grupo estuvo alrededor de tres horas dentro del restorán. Cerca de las 4 de la mañana, Luismi regresó a descansar al hotel, para prepararse para la última función, que será la noche de este miércoles.
Fotos: RS Fotos
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