Vacaciones y chismes: una combinación explosiva - Revista Para Ti
 

Vacaciones y chismes: una combinación explosiva

Vacaciones, amigos y… ¡chismes! Las vacaciones, sinónimo de relax y diversión, parecen ser el escenario perfecto para que aflore nuestro lado más curioso. ¿Por qué en estos períodos de descanso nos sentimos tan tentados a hablar de la vida de los demás? De esto nos habla el psicologo Alexis Alderete.

¿Por qué a algunas personas les gusta tanto chusmear? ¿Qué necesidades psicológicas satisfacen al hacerlo? ¿En vacaciones se potencia ese rasgo de la personalidad?¿Se vuelve una adicción ser chismoso? ¿Existen diferencias entre hombres y mujeres en cuanto al chisme?¿Y entre diferentes grupos de edad? ¿Qué consecuencias puede tener el chisme en las relaciones personales?¿Podemos lidiar con las personas chismosas, hay estrategia efectiva para ponerles límites?

El chisme se puede definir como el acto de compartir información sobre otra persona en ausencia de ésta. Este comportamiento puede cumplir la necesidad en las personas de sentirse parte de un grupo.

"Las vacaciones son un terreno fértil para el chisme. El mayor tiempo libre, la relajación y la convivencia en grupo pueden generar una atmósfera más propensa a la confidencia, pero también a la indiscreción. La sensación de estar desconectados de la rutina cotidiana y la búsqueda de nuevas experiencias pueden llevarnos a compartir anécdotas y rumores que, en otras circunstancias, mantendríamos en privado", comenta el Lic Alexis Alderete.

Además, varios estudios científicos demuestran que la mayor exposición al sol afecta a la liberación de serotonina, hormona relacionada con el bienestar emocional, donde mejora el estado de ánimo e impulsa a que las personas tengan un comportamiento más desinhibido.

"Existen diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la temática del chisme, las mujeres están más enfocadas en contar experiencias sobre sus relaciones y los demás, son temas más conectados con lo emocional", dice.

"En cuanto a los hombres se enfocan más en los logros obtenidos por ellos o sus pares, resaltan mucho la obtención de cierto status o beneficios que ellos consideran valiosos. Estas diferencias aparecen por modelos culturales y de crianza debido a que históricamente las mujeres están más enfocadas en las relaciones sociales, y el chisme cubre una importante necesidad de tener conexiones profundas con sus pares, entonces el chisme aparece como un medio para generar una vinculación social emotiva", comparte.

"Los hombres desde muy jóvenes culturalmente tienen un rol más competitivo, por ende, apuntará a resaltar aquellos logros obtenidos por los demás" explica el especialista.

¿Cómo podemos lidiar con las personas chismosas en nuestro entorno? ¿Hay alguna estrategia efectiva para ponerles límites?

Lidiar con personas chismosas en nuestra cotidianidad puede ser un desafío, especialmente cuando los chismes terminan generando conflictos o situaciones incómodas a las cuales nos tenemos que enfrentar. Para esto es importante utilizar habilidades que permitan regular las emociones que se van generando, establecer límites saludables y mantener las relaciones.

Algunas de las estrategias pueden ser:

  • Aceptar la realidad, pero sin aprobar la conducta chismosa: Cuando desde un primer momento aceptamos la realidad tal cuál nos es dada y no la evitamos, las personas van a poder realizar una intervención asertiva sin pretender y esperar que las cosas cambien por sí solas. El primer paso es reconocer que la persona que emite el chisme tiene sus propias motivaciones para realizar dicho acto, incluso a pesar de que estemos en completo desacuerdo con su comportamiento. En segundo lugar, debemos decir frases como “Comprendo que te gusta compartir la información de la cuál te has enterado, pero prefiero no entrar en ese tipo de conversaciones”.
  • Establecer límites claros: Poner en palabras claras qué la conducta que realiza nos incomoda. Ejemplo: “Cuando comienzas a hablar de los errores de Juan…” Segundo, expresar nuestras emociones, para que entienda cómo nos sentimos, Ejemplo: Me siento incómodo y no me gustaría que hagan lo mismo conmigo”. Y, por último, expresarle qué comportamiento te gustaría que tenga a partir de ahora, reforzando el mismo con una recompensa positiva si lo modifica.
  • Cambiar el tema de la conversación: Cambiar la temática de la conversación sobre algo neutral o que ambos tengan que resolver.

Alexis Alderete (MP 85367) es Licenciado en Psicología. Egresado de la Universidad del Salvador. Especialista en Trastornos de Ansiedad y Entrenamiento en Habilidades. (Fundación Foro). Posgrado en Sexología Clínica (Sociedad Argentina de Sexualidad Humana).
@holapsicologo

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