La periodista es mamá de Juan que esta semana cumple 3 años. En el Día de la Madre nos cuenta cómo es vive la maternidad, cómo tomó la decisión de tenerlo y en qué le cambió la vida esta nueva realidad.
-¿Cómo estás viviendo la maternidad con Juan hoy, en medio de esta pandemia?
-Ahora prácticamente siento que la vida fue siempre así, me acostumbré tanto al nuevo ritmo que ya ni hago comparaciones. Pero al principio fue duro, más por lo emocional que por los cambios en sí mismos. Me preocupaba el impacto que el encierro podía tener en un niño tan ávido y movedizo, pero todo estaba en mi mente. Si Juan está conmigo y yo le devuelvo una sonrisa y estoy en calma, él está perfecto. El tema es justamente ese, mantener el eje para que los niños y niñas no reciban angustias y ansiedades adultas, que no entienden y no necesitan.
-Sé que le estás preparando el cumple para el próximo 20 de octubre, ¿qué nos podés adelantar de su cumpleaños? ¿Cómo lo vas a festejar en este contexto especial?
-Es la primera vez que Juan tiene consciencia de que es su cumple, ¡y le toca este perno! Por suerte tenemos una terracita y la vamos a decorar para la ocasión. La voy a explotar de Minions y vamos a comprar unas cositas ricas para darnos una buena panzada los tres (junto a Carlos, mi pareja desde hace tres años). El resto será amor y zoom.
-Tu decisión de ser mamá fue especial. Elegiste hacerlo con un amigo, el empresario gastronómico Agustín Badaracco. ¿Cómo surgieron las ganas de ser mamá? ¿Y cómo fue tomar esa decisión?
-Tenía el plan de la maternidad en mente y de alguna manera sentía que ya era hora. El resto fue bastante espontáneo, más relacionado a al fluir que a otra cosa. Soy así, transito los carriles de la vida con toda mi autenticidad y francamente me pregunto, ¿porqué a los hijos hay que tenerlos con las parejas? ¿Cómo sería un mundo en el que las parejas y la concepción de los hijos no estuviesen íntimamente ligados?
-¿Juan ve a su papá? Tengo entendido que vive en México. ¿Cómo manejan la relación?
-Su padre biológico estuvo en Argentina en febrero, ¡justo antes del cierre de todo! Hablan por videollamada periódicamente y juegan, Juan le muestra sus juguetes o lo provoca saliéndose de cuadro a modo de “las escondidas virtual”. A veces se conectan para la hora de la cena y se hacen compañía comiendo algo.
-¿En qué te cambió la vida la maternidad?
-¡Ciento ochenta grados! Hay una Agustina que ya fue, que ya ni busco ser porque no me interesa, al margen de que ese reencuentro sería imposible. Más allá de lo esencial sobre las prioridades, los horarios, el descanso, etc, es como si hubiese cambiado el prisma por el que veo la vida. Tengo una sensibilidad diferente, elijo y me relaciono diferente…
-¿Cómo viviste el parto?
-El parto fue muy doloroso, no tuvo nada de romántico. Intenté traer a Juan al mundo de forma natural durante ocho horas, pujando como una pantera, y no pasaba nada. Me sentía frustrada y con el correr de las horas el cuerpo se me iba agotando de la fuerza que estaba haciendo. Cuando no dí más, le pedí al equipo médico que hiciéramos una cesárea, así que al día siguiente estaba destrozada, rota del cansancio físico y dolorida por la incisión. ¡Sólo un amor tan inmenso puede hacer que valga la pena semejante paseo!
-¿Cómo encaras la crianza de Juan? ¿Apego? ¿Colecho? ¿Sos una mamá permisiva o de poner límites?
-Hoy tenemos un vínculo más interactivo, propio de las posibilidades con un niño de tres años: Juan hace chistes, propone juegos, tiene ciertas nociones acerca de qué quiere y qué no, y todo es mucho más llevadero que antes. Vamos descubriendo juntos cómo se va alargando la soga de su independencia día a día y eso hace que todos los días sean muy distintos entre sí. Hacemos yoga porque él me lo pide, hacemos picnics e ir a hacer las compras le parece un planazo ¡por suerte! No soy estricta con los horarios porque no está en mí. Sí soy exageradamente física. Necesito abrazarlo y besarlo todo el tiempo, olfatearle ese olorcito a bebé que tiene que me derrite ¡antes de que lo pierda!
-¿Qué cosas te costaron más en la crianza? ¿El tema de la teta, el dormir, el chupete?
-Al principio me costaba prácticamente todo. ¡Es tan revolucionaria la llegada del primer bebé para una mujer sin experiencia! Me ayudó mucho haber tenido un trabajo previo de aceptación en la vida y, por supuesto, que haya sido una maternidad deseada. Carlos también fue fundamental, él tiene dos hijos mayores y es un padre híper presente. Su conocimiento en la materia fue un aporte invaluable, era como un as de luz en los momentos en que yo no entendía nada.
-¿Qué le dirías a alguien que tiene deseos de ser madre? ¿Le aconsejarías que hiciera lo mismo que vos?
-Sí y no. Yo tuve un proyecto de madre soltera que duró muy poco porque Carlos apareció enseguida en nuestras vidas, y si bien no puedo saber cómo hubiera sido todo si mi idea hubiese continuado, hay un hilo conductor en cualquier tipo de maternidad: ¡siempre es medio bardo!
-¿Tendrías más hijos?
-Juan completa tanto este rol en mi vida que hoy por hoy no tengo una necesidad de ampliarlo, pero no lo descarto.
-¿Qué ganaste y qué perdiste con la maternidad?
-Todo lo que gané trasciende lo que perdí. Él es mi gran triunfo en la vida y lo demás es minúsculo.
-¿Cómo te imaginás dentro de diez años la relación de Juan con vos?
-Nos imagino yendo de campamento, andando juntos en rollers, practicando yoga o mirando pelis en la cama. Pero lo más probable es que todo tenga una forma nueva que le iremos dando según quién sea él el día de mañana. Siempre voy a acompañarlo en lo que a él le divierta y voy a darle los espacios que él necesite.
Fotos: @gabrielaojedafotografa. Agradecimiento: la torta es de @annier_catering.