Las alfombras tienen estilo y personalidad. Transmiten calidez a los ambientes y son un recurso muy utilizado para delimitar espacios visualmente.
Sin embargo, en muchos casos, suelen dejarse de lado porque requieren de excesivos y cuidados molestos.
Es por eso que la alternativa de las alfombras vinílicas en reemplazo de las alfombras tradicionales no para de crecer.
Están hechas de PVC, un material que facilita su limpieza, mantenimiento, duración y resistencia. Son aptas para cocinas, baños, habitaciones, incluso exteriores.
Antideslizantes e impermeables, aportan estilo y personalidad a los ambientes. Y con una amplia versatilidad de medidas, formas y diseños, logran reproducir visualmente azulejos y texturas naturales aportando calidez a los diferentes ambientes.
Además de ser una opción low cost, no se rayan, evitan el polvo, los ácaros y los pelos de las mascotas. Esto las convierte en una alternativa mucho más higiénica.
En baños, resulta una opción más higiénica que las alfombras tradicionales. Son antibacterianas, hipoalergénicas, antideslizantes y aislantes térmicas, ideales para incorporarlas en este ambiente de la casa. Para limpiarlas, solo basta con un paño húmedo y jabón neutro.
Los exteriores también se pueden vestir de colores, estilo y elegancia con esta alternativa. Ideales para galerías y para salir de la piscina. Otra opción es colocarla en las mesas y sillas del jardín, siempre teniendo en cuenta que debe cubrir el espacio total.
Texto: Pilar Passamonte.