La actriz y Fabián Mazzei arrancaron la cuarentena esperando el resultado de una biopsia y temiendo lo peor. El diagnóstico resultó bueno pero días depués murió la suegra de Araceli, razón por la cual la pareja vive el duelo en medio del encierro por la pandemia de coronavirus. Sin embargo, ella le pone mucha garra día a día buscándole el lado positivo a la situación y acompañando al amor de su vida.
Ella no para. Es vértigo, acelere, creatividad pura. Y en esa locura frenética de estar siempre haciendo cosas, Araceli González le encuentra el costado positivo a la cuarentena, incluso con las adversidades que tuvo que atravesar. Primero esperar el resultado de la biopsia de un tumor que le extirparon a Fabián Mazzei, su marido, a principios de marzo. El diagnóstico fue "beningno", pero días después recibieron un golpe durísimo: murió la mamá de Fabián. Así que ambos atraviesan la cuarentena en medio del duelo y sin más compañía que ellos mismos ya que Flor (Torrente) está en su departamento y Toto (Kizner) convive con su novia. Araceli contó todo (absolutamente todo) en una entrevista sin desperdicio:
¿Cómo están llevando la cuarentena con Fabián (Mazzei)?
Tuvimos el resultado de la biopsia de Fabián recién a los 10 días de estar atravesando la cuarentena obligatoria. Así que fue un proceso bastante fuerte para nosotros. Por suerte fue un tumor beningo. Pero eso te coloca empezando la cuarentena en un estado de alerta con miedos no sólo por la pandemia sino también por el resultado que estábamos esperando.
"Fabi es mi red para mi locura"
Hay algo que como pareja a nosotros nos une un montón y nos hace atravesar distintas adversidades y eso tiene que ver mucho con el amor mutuo que nos tenemos y con la compañía que nos tenemos. Fabi es mi red para toda esta locura mía de que no paró, de que hago mil cosas a la vez aunque esté en cuarentena… Esta pandemia psicológicamente revoluciona las relaciones porque es un convivir día a día.
Yo sé manejarme muy bien en la adversidad. Y esto quizás tenga que ver con parte con la historia de mi vida. Yo muto, cambio cosas, buceo en mi interior, y en esta cuarentena me estoy dedicando a encontrarme en zonas que quizás antes no me sentaba a escuchar, que tienen que ver con mi espíritu, con mi alma, con lo que quiero, con mis ideas, con lo que sueño. Porque todavía con 52 años sueño, a mí me encanta, me activa soñar.
¿En qué ocupás el tiempo?
Como todo el mundo, limpio, eso nos tiene bastante movimiento. También abordamos a las personas mayores que tenemos en nuestra familia, estamos atentos a todo a nuestro alrededor, a las necesidades.
Trato de ocupar mi tiempo ordenando, limpiando mi casa, abordando el duelo de mi marido porque en plena cuarentena perdió su mamá y todo lo que eso significa. Obviamente esas cosas también repercuten porque hace muy poco, un año y dos meses que falleció mi mamá, entonces es volver un poco a lo mismo.
Pero de todo esto que te cuento, que quizás puede parecer terrible, hay algo que nos incentiva para seguir adelante. No sé si es la amorosidad de esas personas que se nos fueron, que son nuestras mamás, que nos dieron a nosotros dos una educación llena de amor, que nos enseñaron a ser personas con buenos valores. Entonces recordarlas nos da mucha fuerza para seguir adelante.
¿Cuál es el secreto para enfrentar estas adversidades en un momento complicado emocionalmente como la cuarentena?
Los dos primeros meses nadie podía creer como yo tomaba esta cuarentena con mucha energía. Pero no puedo negar que ahora en estos últimos 15 días que extendieron la cuarentena estoy como más sensible. Soy sensible por naturaleza, pero estoy haciendo daimoku todas las noches y meditando con Fabián antes de acostarnos para tratar de bajar los decibeles del día.
Tratamos de ver las noticias lo justo y necesario porque angustia mucho todo, pero no estamos fuera de la información que necesitamos tener como ciudadanos en esta pandemia. Lo que nos sucede es que nos da vértigo todo lo que pasa porque no sabemos cuándo va a terminar. Estamos atravesando esta cuarentena con mucha dignidad, con mucha fortaleza.
Y otra cosas más que estoy haciendo en esta cuarentena es tratar de cuidarme, de comer super saludable. Por ejemplo yo como sin gluten porque soy intolerante al gluten, me hace muy mal y trato de no consumir lactosa porque también me hace mal.
Estamos viviendo un subibaja emocional con esta pandemia,¿cómo lo estás viviendo?
Esta etapa de mi vida es realmente muy importante. Me gustó quedarme en mi casa, hacía mucho que no me quedaba así. Si bien soy muy casera, no salir me provocó un encuentro conmigo muy interesante. Pude escucharme y resolver cosas no resueltas, pude decretar qué quiero para mí de ahora en más para ser cada vez más respetuosa conmigo misma. Siempre respeto mis estados y lo que me pasa. La gente supo cuando sufrí, pasó conmigo todas mis separaciones, mis alegrías, mis fracasos y mis éxitos.
Creo que este momento para todos no es igual, pero es genial poder transitarla desde lo creativo como estoy haciendo yo. Aprovechar este tiempo de stop que nos hizo la vida, que es un tiempo de limpieza, de creatividad, para bucear en nosotros mismos, para poder mirar dentro. Estábamos todos muy desconectados, con los celulares, corriendo… Estábamos todos en llamas, colapsados sin tener pandemia, desbordados y, lamentablemente la naturaleza es sabia.
Siento que ahora con la cuarentena me paré en otro lugar, me gustó bucear en mí, me hice cargo de mis estados y hay que tener mucha valentía para eso. Creo que esa valentía me las dieron mis mujeres, mi matriarcado precioso de mujeres hermosas que se han construido a través de un montón de situaciones fuertes, de desamores…
También tengo mis procesos de angustia, hemos empezado la cuarentena muy fuerte con un montón de golpes. Trato de buscar un costado más sanador de todo esto. Pero sí tengo momentos que lloró, que me sensibilizó mucho, que extraño a los que no están. Este es un proceso creativo muy enriquecedor para mi interior, para mi espíritu. Tiene que ver también con muchos años de terapia y de cosas que fui haciendo en mí para poder estar acá bastante bien, dentro de lo que se puede estar. Si te agarra mal para esta cuarentena es muy difícil de sobrellevar.
¿Extrañás a tus hijos en esta cuarentena?
Toto está pasando la cuarentena con su novia. Así que están los dos fuera de casa y los extraño un montón. Pero también entiendo que el aislamiento es la única vacuna que tenemos para poder sobrellevar esta pandemia. Tenemos que ser todos muy conscientes y cuidarnos muchísimo.
Soy una mamá “pato”, “gallina”, una mamá italiana, judía… Soy todas las mamás que quieras, tengo todos los condimentos y siento el nido vacío con esos no tenerlos acá. Porque son de venir todo el tiempo. Mi hijo vive conmigo todavía aunque ahora esté con la novia. Los necesito. Me gusta escucharlos, tener el sonido de fondo de ellos y sus amigos. Extraño mucho los amigos de mis hijos porque siempre han venido acá. Y Fabi también los extraña porque él ha sido como un profesor de gimnasia: les ha generado juegos, campamentos, asados.
¿Le tenés miedo al coronavirus?
Trato de no tenerle miedo. Pido mucho para no tenerle miedo. Me parece terrible lo que está pasando. Es como es como ver una película clase Z. Todo fue un shock. Esto nos dio una gran piña en el medio de la cara, todavía no terminamos de reaccionar.
Obviamente que tenemos altibajos pero yo lo estoy tomando con mucha actitud y poniéndole mucha energía. Trato de que mi día sea lo más positivo posible.
¿Qué es lo primero que pensás hacer cuando liberen la cuarentena?
Supongo que abrazar a todos los que amo y que no veo hace dos meses y medio. Y pido que cuando salga de esta cuarentena haya podido construir una mujer mucho mejor. Me propuse trabajar mucho y lo tomé como un retiro espiritual. Lo estoy tomando como un momento de construcción personal.
¿Cómo te lookeás en cuarentena? ¿Sos de los pijamas o te arreglás?
Soy de andar en pijama. Aunque me peino, me maquillo y me perfumo. Igual la cuarentena tuvo distintos procesos. La primera fase fue la comprar comida por las dudas, y de limpiar la casa: limpiaba las 24 horas. En la segunda, paré un poco con la limpieza porque ya sentí que estaba todo bastante ordenado y fue manteniendo, y vino la etapa de la comida y mis animales.
Y empecé en la fase de la creatividad, entrar en los cursos, ver lo de la nueva plataforma y esta nueva identidad de marca. Transitar con un nuevo equipo de gente, con chicos jóvenes creativos… Y ahora estoy en la tercer fase de cuarentena que es la de equilibrar el orden de mi casa, mi alimentación, mi parte creativa. Disfruto de esta cuarentena mi hora de meditación con mi marido y la del daimoku.
¿Imaginás cómo será el mundo, qué cosas habrán cambiado cuando termine la cuarentena?
No lo imagino. Me da muchísima incertidumbre, vértigo. Pero como la naturaleza es sabia y todos vamos haciendo este proceso, creo que este fluir lnos va a ir acunando para que podamos salir y poder instalarnos en este mundo parados desde otro lugar.
Cuando hiciste orden en tu casa, ¿te deshiciste de muchas cosas?
Soy de conservar prendas, algunas las amo y otras se las regalo a mi hija. Sí donó muchísimo, hago limpiezas en mi vestidor. De hecho la semana que viene hay una propuesta en esta casa de ordenar el vestidor de punta a punta. Me divierte mucho hacerlo. Me cargan y me llaman “mamá kondo” porque saco todo y limpio a fondo para después empezar a meter lo que queda en mi vestidor. Siempre me gustó la estética y la pulcritud.
Me gusta mutar, cambiar mi estilo. Mi cabello lo cambié toda la vida, por ejemplo. No me quedo en una misma ruta siempre es. Proceso mi estado emocional en mi corte de pelo. Mi psicóloga me dijo que cuando me cortó el pelo corto es porque tengo que salir a guerrear, tengo una misión que cumplir.