Para sorpresa de muchos, aquellos que comenzaron a conocerse pocos días antes de que se decretara la cuarentena y todavía no llegaron a intimar aseguran que este amor, que se cocina a fuego lento, puede resultar mucho más romántico y exento de presiones que el de una pareja habitual.
En estos tiempos de pandemia y distanciamiento social, nuestros padres y abuelos recordarán aquellas épocas en las que el amor se cocinaba a fuego lento, con mucho de ilusión, de fantasías, esperando días o meses el instante para volver a reunirse con el ser amado.
"El conocer al otro a la distancia recupera algo de la conquista amorosa de generaciones anteriores y salvo la virtualidad -que, claramente, marca la diferencia- mucho reaparece del pasado: larga espera, separaciones forzadas, represión del deseo, masturbación, insomnio; en fin, todo indica que el miedo, la culpa, cumplir con las reglas sociales, postergan la consumación del amor", asegura el doctor Walter Ghedin, psiquiatra.
Paso a paso
Si bien un 43 % de las parejas que han quedado separadas rompen la cuarentena para reencontrarse, existe otro grupo de personas que aún no se conocen en la intimidad, pero vienen cortejándose en forma virtual y se consuelan con salidas (caminatas, tomar un café takeaway, conversar en una plaza) sin animarse a dar el paso del cuerpo a cuerpo.
"Hace unos días vengo escuchando, en mis consultas, los beneficios de esta forma de conocerse, barbijo mediante, con distancia social, y la tranquilidad de no sentirse presionados a tener contactos eróticos, aunque se deseen con muchas ganas. Previo a la cuarentena se daba rienda al deseo sexual desde el primer encuentro, pero algunas personas lo hacían un poco presionadas porque era lo "que correspondía" y otros temían que todo terminaría rápido luego de haberse consumado el acto sexual. Como si el objetivo hubiera sido conquistar al otro para tener sexo y nada más. Y esta situación les generaba mucha angustia", asegura el doctor Walter Ghedin.
Si en el pasado, como parte del cortejo romántico, se pedía alguna “prueba de amor” que oficializara el noviazgo: presentaciones formales a la familia/amigos/ compromiso, seguridad económica, etc., hoy en día, el enganche afectivo no precisa de la prueba sexual para certificar la conexión.
La cuarentena: un remedio contra la ansiedad
La compatibilidad amorosa y sexual son apreciadas como la base necesaria para garantizar la continuidad del vínculo. Sin embargo, esta plataforma de construcción de la pareja no es tan segura como se espera y algunas parejas no se dan el tiempo necesario para que el vínculo se afirme.
"La ansiedad, los estándares ideales del amor romántico, el pasaje obligado por una prueba sexual que debe ser satisfactoria en términos de rendimiento, de examen más que de placer compartido, terminan acabando con una unión que se asomaba como esperanzadora", explica el especialista y concluye: "El cortejo pandémico convierte el patrón de conquista en un modelo de contacto gradual, con más tiempo para saber qué nos pasa, para ir más allá de los condicionantes del atractivo físico y descubrir rasgos de la personalidad del otro, sentimientos, formas de ver la vida, es decir: todo aquello que antes comenzaba después de pasar la prueba sexual, ahora aparece antes, como antaño".
No sabemos si este cortejo gradual, no precipitado por la obligación de cumplir, será un modo a seguir en la pos pandemia; lo que sí se está valorando es que precipitarse en una relación no es “quemar etapas” para seguir adelante, solo es postergar lo que tenía que haber sucedido en su momento.
Asesoró: Doctor Walter Ghedin, psiquiatra
