Juliana Awada está instalada con su familia (Mauricio Macri y sus hijas Antonia y Valentina) en Los Abrojos, la quinta de Los Polvorines, en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas. Se trata de una casa construida en los años 80 a la cual Juliana le dio su impronta y estilo.

Los Abrojos es la quinta donde está viviendo en este momento Juliana Awada junto a Mauricio Macri, Antonia y Valentina. Está ubicada en Los Polvorines, en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas. Es un predio gigantesco en un entorno de campo, ubicado a metros de Campo de Mayo y de la ruta 8.
El terreno cuenta con tres casonas, una cancha de tenis, otra de paddle, dos de fútbol y pileta. La casa en donde vive Juliana con Macri fue la última en construirse, de una planta y con ladrillos a la vista: muy ochentosa. Juliana se encargó de decorarla casi en su totalidad. La casa está ubicada a un extremo del predio, a metros de la principal, que era habitada por Franco Macri y la tercera por Sandra Macri, la hermana de Mauricio que murió de cáncer.
Un comedor muy luminoso

El comedor tiene amplios ventanales que dan al jardín, piso entablonado. Una larga mesa para 10 comensales está ubicada frente a las ventanas. La rodean sillas de estilo contemporáneo: Juliana alternó sillas con tapizado liso color beige con otras con estampa rayada. El detalle: ella siempre coloca sobre las mesas arreglos florales de plantas cortadas del jardín.

Juliana eligió decorar en la gama del blanco y el negro

El living de la casa cuenta con varios sillones y sofás vestidos con fundas de color blanco y acompañados de almohadones en blanco, negro y algunos en beige. La decoración en blanco y negro es parte del ADN de Juliana.

Un sofá en L es el preferido para jugar en familia. Está sobre una alfombra que respeta la gama del negro y el blanco y rodea a una mesa ratona de madera de haya. En un rincón del living, separado por unas columnas y contra unas ventanas que dan al parque, Juliana ubicó una mesa alargada que funciona como escritorio.

Sobre el escritorio que Juliana ubicó contra los ventanales, colocó una lámpara negra, distintos recipientes con flores y un florero de vidrio con -otras vez- hojas cortadas del jardín. Dos sillas Wishbone natural, última tendencia deco, acompañan al escritorio.
El aire libre, un oasis para Juliana

Cuando el clima lo permite, Juliana y su familia disfruta mucho del aire libre. El living que ella armó en la galería con almohadones que siguen la misma línea de decoración que el interior de la casa, lo suelen mover al sol los fines de semana.


El jardín, sus plantas y la huerta, son los tesoros más preciados de Juliana. En el parque tiene una especie de túnel "vegetal", uno de los paseos preferidos de Juliana.


En un rincón del parque, un techo con cañas hace las veces de quincho rústico. Allí colocó una mesa con dos bancos largos de madera y suele armar almuerzos y meriendas.

Una enredaderas colaboran dándole más sombra a este rincón que es uno de los preferidos de Juliana porque está lindante a los cajones donde tiene la huerta.


En otro sector del predio, debajo de un gran árbol se ubicó otra mesas con sillas. Y entre las ramas, la casita del árbol de Antonia.


El mismo árbol que tiene la casita de Antonia, del otro lado tiene colgada una hamaca. Esta última tendencia en deco enamora a Juliana (hanging decor).


La huerta de Juliana, ordenada en cajones, está a pasos del techo de cañas. A un costado, una mesa con cuatro sillas de hierro de jardín.



Una cocina con el sello Juliana

La cocina tiene la impronta de Juliana. La mesada de mármol de Carrara continúa y trepa por la pared. Las alacenas son de color gris con detalles plateados y acompañan al piso de mosaico antiguo blanco y negro.


Ventanales del piso al techo le dan luz y aire a la cocina. Una isla hace las veces de mesa auxiliar. Sobre una de las paredes Juliana colgó varios delantales de cocina, todos en blanco y negro.




La heladera, la cocina y el spar acompañan la estética del ambiente en color plateado. Una de las paredes está pintada con pintura pizarrón. Allí se puede leer la "shopping list" (dulce de leche, huevos, pan y azúcar).

Juliana tiene muchas bandejas, recipientes y canastitas de fibras naturales.

Espiamos el cuarto

Juliana comparte poco y nada de su cuarto. Solamente encontramos esta imagen de Antonia, chiquita, sobre supuestamente la cama matrimonial. Otro detalle que habla de la impronta de Juliana: un cubrecama estampado en blanco y negro.