La edad, ciertos esmaltes, el agua, los productos de limpieza: todos estos elementos pueden volver las uñas quebradizas. Y que con una manicura recién terminada se nos rasgue alguna por haber chocado la mano con alguna superficie: a no desesperar, que existen trucos para salvar la uña quebrada en cuestión de minutos, con materiales que solemos tener en casa:
¿Cómo arreglar una uña rota?
Bolsita de té o papel de barrilete
Es uno de los remedios caseros más utilizados: cortá un pedazo pequeño de la bolsita de té o del papel de seda que tenga el tamaño del área que se rompió. Luego, aplicá una gota de pegamento (que sea apto para uñas) sobre la uña rota, colocá el pedazo y acomodalo bien. Dejá secar, limá la uña para emprolijarla y luego podés cubrirla con esmalte sin problema alguno.
Sólo pegamento
Es un poco obvio, pero en el momento en que se rompe, pocas veces pensamos en usar pegamento de uñas: pero, si lo tenés a mano dentro de tus productos de cuidado, aprovechalo de esta manera. No será necesario que las cortes todas, sobre todo si sólo se rompió una parte: simplemente, limá el área dañada y coloca un pequeño punto del adhesivo. Para finalizar, aplicá dos capas de esmalte transparente y ¡listo! Como si nada hubiera pasado.
Blend de aceites
Para evitar tener que repararlas, integrar a tu rutina de cuidados el llamado "aceite de cutícula" puede marcar la diferencia. Es un producto formulado con diferentes aceites hidratantes, que fortalecen la cutícula y, por lo tanto, las uñas. Suelen contener un mix de óleos, generalmente de jojoba, de semilla de uva, de almendras y más activos químicos para mejorar su absorción, cuyo propósito es el de hidratar las cutículas, nutrir las uñas y promover el crecimiento saludable.