Si queremos saber cómo es una crema cosmética tenemos información, por todos lados. Recomendaciones también. Pero, en el momento de ir a comprar, nos surgen todo tipo de dudas y, muchas veces, nos terminamos confundiendo y compramos sin saber demasiado.
¿Qué es lo verdaderamente importante a la hora de comprar una crema, sérum u otro cosmético, más allá del marketing o de una presentación atractiva?
1- La época del año
En cada estación la piel tiene una necesidad diferente: durante el verano el aumento de la temperatura y de la humedad nos hace transpirar más, y, por ende, tendemos a una piel más brillosa, así que será propicio optar por las texturas más ligeras. En esta época es fácil notar la piel con falta de limpieza también y a veces deshidratada (por el sol, el salitre y el cloro). Así que es el momento de ir por sérums, fluidos o cremas ligeras pero con fórmulas hidratantes, y cuidar bien la limpieza, mañana y noche.
2- Estado y tipo de piel
Todas conocemos bien nuestra piel pero puede tener, en ocasiones, síntomas que denotan ciertas necesidades. Quien está mejor capacitado para decis qué le está pasando es tu médico dermatólgo, que la evaluará y te indicará qué activos te conviene usar y cuáles deberías dejar. delado.
3- De nada a todo
Nada mejor que embarcarse en el cuidado de la piel con honestidad. Hay que empezar "desde abajo", si tu caso es de las que nunca se animaron a hacerse nada, asumiendo qué estás dispiuesta a hacer verdaderamente. Así vas a evitar comprar cosméticos avanzados que después no vas a saber cómo usar, te va a dar pereza y, finalmente, te vas a dar cuenta de que gastaste dinero sin sentido. Andá de a poco y con paso firme, para ir incorporando productos y pasos.
4- Conocés sus fórmulas
Seguramente leíste muchas veces que el retinol es un ingrediente estrella en el rostro, pero quizá no sepas qué hace exactamente o si es adecuado para tu piel. Ni hablar de AHA, ácidos (hialurónico, glicólico, mandélico, láctico, etc.) y demás. Es esencial conocer qué nos aportan esos principios activos y cómo utilizar los productos que los contienen.
Siempre es necesario leer etiquetas, consultar por ingredientes y asesorarse.
5- ¿Es claro qué puede hacer el producto por mi piel?
Cuando compramos un cosmético es frecuente que depositemos una esperanza sobredimensionada en él: que nos borre las arrugas, nos dé buena cara al instante o nos levante los rasgos. La realidad es que la cosmética llega hasta cierto punto -y que nos puede ayudar y mucho a mejorar nuestra piel- dentro de límites razonables.
6- El precio y la calidad
Hay un dicho en skincare que proviene de los mismos profesionales de la salud: un cosmético puede ser eficaz sin ser caro. La cuestión es encontrar lo que le hace bien a tu piel, lo que funciona para vos. Claro que hay marcas que usan ingredientes con resultados demostrados. Un buen retinol puede ser más o menos caro, es cierto, pero hay un amplio repertorio de marcas con diferentes concentraciones y fórmulas de acuerdo a diferentes necesidades, por eso algunas marcas son más caras que otras.
7- Constancia, la madre de todas las batallas
Una buena rutina de skincare se mantiene de por vida, y determinada crema o activo, al menos mientras dure el problema que debemos solucionar. Lo que ocurre cuando dejamos de utilizarlo, deja de hacer su efecto, así que, sí, la constancia es esencial.
8- Una rutina base como referencia
La base para una rutina de día es una leche limpiadora, un tónico (sin alcohol), sérum con activos, contorno de ojos y crema de día con protección solar. Reforzamos el protector solar aparte, que viene en muchas texturas que se adaptan a las necesidades actuales. De noche, partimos de un desmaquillante si es que usamos make up. Luego, la leche limpiadora, el tónico, sérum, contorno de ojos y crema de noche. Una vez por semana, peeling y mascarilla.
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