Hacerte vos misma un drenaje facial puede devolver la sensación deseada de bienestar, así como recuperar la vitalidad de tu piel.
Vos misma podés aprender esta técnica, ideal para deshinchar el rostro, liberar toxinas y tonificar tu piel.
Solo requiere de unos minutos de tu tiempo y que prestes atención a cada movimiento que debés realizar. Promete muy buenos resultados, sobre todo si repetís la rutina entre dos y tres veces a la semana.
El drenaje facial y sus beneficios
El drenaje facial es una técnica que tiene como objetivo estimular y optimizar las funciones del sistema linfático, una red de vasos que mueven los fluidos de los tejidos del sistema circulatorio y ayudan a la inmunidad del cuerpo, explican desde Natura.
Esta técnica también ayuda a eliminar toxinas, activar la circulación sanguínea y promover la relajación de los músculos faciales, reduciendo la hinchazón.
Por esta razón, es un gran aliado de la rutina del cuidado de la piel, especialmente cuando se asocia con cosméticos antienvejecimiento, antioxidantes y humectantes", enfatiza la especialista.
Cabe destacar que el drenaje facial se diferencia de los masajes que actúan sobre los signos de la edad (estos se practican de manera ascendente). En cuanto al drenaje, se recomienda realizar hacia abajo para limpiar los canales linfáticos.
La técnica no tiene contraindicaciones y se puede hacer en cualquier momento del día, de 2 a 3 veces por semana.
Drenaje facial: los prepativos
Los resultados se optimizan teniendo en cuenta aspectos, como realizar el masaje en un ambiente relajado.
SI podés, sumá algún difusor con aromas de tu preferencia y un sonido que te resulte agradable.
Bajá la luz artificial, sentate cómodamente, cerrá los ojos y respirá profundamente tres veces seguidas.
Esto te ayudará a conectarte con el momento presente y desconectarte de todo lo que te rodea.
Paso 1: prepará la piel
Después de la limpieza, aplicá una crema hidratante en rostro y cuello. Una buena opción es el booster hidratante de Natura Faces, que facilitará el deslizamiento de los dedos durante el masaje, mejorando sus efectos.
Paso 2: despertá los ganglios
1. Para comenzar, colocá las dos manos planas sobre las mejillas y aplicá una ligera presión en el área.
2. Usando los tres dedos medios de la mano derecha, presioná la base izquierda del cuello, cerca de la clavícula. Luego subí un poco hacia el centro y luego más alto, justo debajo de la mandíbula. Cada presión debe durar tres segundos. Repetí los movimientos tres veces seguidas.
3. Ahora, reproducí esta misma secuencia en el lado derecho del cuello, usando los tres dedos medios de la mano izquierda.
Paso 3: direccióná tus movimientos
1. Con las yemas de los dedos de ambas manos, promové un deslizamiento lento y suave, comenzando en la barbilla y terminando en las clavículas, recorriendo todo el cuello, de arriba a abajo. Hacé este ejercicio tres veces seguidas.
2. Una vez hecho esto, colocá las puntas de los tres dedos medios de ambas manos en la frente, promoviendo el encuentro entre ellas. Luego, deslizalos hacia el frente de las orejas, por el costado de la cara. Esta secuencia también debe realizarse tres veces seguidas.
3. Ahora, con los dedos medio e índice, hacé movimientos circulares y lentos, desde el centro de la frente hasta la barbilla, masajeando todo el lado de la cara. Terminá deslizando los dedos en un movimiento continuo hacia abajo hasta la base del cuello. Repetí tres veces.
Fotos: Pinterest
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