Las principales marcas de cosmética se esfuerzan por parecerse lo más posible a lo que buscan en ellas sus consumidores. Un trabajo incesante, dado que las formas de usar y de comprar los productos han cambiado (y lo siguen haciendo) mucho, sobre todo en los últimos años.
En este sentido, uno de los virajes más significativos tiene que ver con ir más allá de los beneficios que tal o cual producto puede aportar: e indagar de dónde proviene, con qué materia prima se realiza, de dónde se obtienen dichos materiales y cómo impactan en el medio ambiente, solo por mencionar algunos aspectos que ya no pasan desapercibidos.
Pero, yendo aún más allá, hay marcas que, además de intentar no dañar el medio ambiente, ya están trabajando para regenerarlo en el propio proceso productivo. Es así que surge el concepto de "cosmética regenerativa".
Y elaboran productos que no solo cuidan la piel y el cabello, sino que también contribuyen activamente a la regeneración de los ecosistemas.
"La cosmética regenerativa va más allá de la sostenibilidad tradicional, ya que integra prácticas que restauran la naturaleza en cada etapa de la producción", explica Paola Nimo, Gerenta de Sustentabilidad de Natura Argentina.
Fórmulas veganas, cero plásticos, 100% de naturalidad y una nueva mirada de consumo regenerativo, son algunos de los atributos que persigue este nuevo paradigma y que muchas empresas logran alcanzar, para ofrecer a sus consumidores.
Es así que la firma acaba de lanzar Biōme, su nueva línea de productos sólidos "que redefine el cuidado personal", fabricados "con fórmulas de alta eficacia" e incluye cinco productos en barra: shampoo de uso diario, shampoo hidratante, acondicionador, jabón cremoso y jabón exfoliante; además del accesorio o jabonera de bio-resina para almacenarlos.
Estos productos "se presentan en un soporte de bioresina compostable, que captura metano y lo convierte en un recurso sostenible; transformando un gas potencialmente dañino para el medio ambiente en un material compostable y biodegradable", aclara Nimo.
Uno de sus ingredientes es el aceite de palma, que procede de un sistema agroforestal "pionero", califica Nimo, y explica que se obtiene gracias al "primer Sistema Agroforestal del mundo para el cultivo de aceite de palma implantado en Pará con la participación de Natura, en asociación con la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) y la Cooperativa Agrícola Mixta Tomé-Açu (Camta)".
Este sistema permitió "regenerar suelos previamente erosionados por monocultivos, contribuyendo a una regeneración social y ambiental. Además de restaurar el entorno, este modelo genera más oportunidades de ingresos para las familias agricultoras locales, diversificando sus fuentes de ingresos. Inspirándose en cómo la naturaleza genera biomas, hemos aprendido a replicar este proceso durante los últimos 16 años. Hoy, cuentan con 200 hectáreas y esperan alcanzar las 40.000 hectáreas para 2035".
Otro beneficio es que al ser productos sólidos, "no solo reducen el consumo de agua en su fabricación, disminuyendo el uso hasta en un 80% en comparación con productos líquidos, sino que también eliminan la necesidad de plásticos, promoviendo un ciclo de consumo responsable".
Finalmente Paola Nimo resalta lo que representa la cosmética regenerativa, dando un paso más allá de la sustentabilidad. Porque marca el camino hacia la regeneración, no solo reduciendo el impacto, sino devolviendo a la sociobiodiversidad "más de lo que tomamos".
Esta nueva línea, remarca, simboliza "cómo la cosmética puede contribuir a un futuro más equilibrado y armonioso con el medioambiente y las personas que lo habitan, desde sus ingredientes y cómo se producen, hasta su finalización”.
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