De un día para el otro inundaron internet, son populares (de eso no cabe duda), pero lo cierto es que no hay evidencia científica que demuestre que las mascarillas tienen beneficios. Lucir la piel brillosa, saludable parece ser el deseo de todos, y ante esta necesidad cualquier producto novedoso se vuelve tendencia. Después de todo, ¿quién puede resistirse a la tentación?
¿Qué son las mascarillas coreanas?
Más específicamente son las “sheet masks” y en el pais asiático son de uso diario. Elaboradas a base de una capa delgada de fibra o hidrogel, impregnadas en suero o alguna esencia beneficiosa para la piel, lo que permite que penetren de manera uniforme sin evaporarse. Claro que su fácil aplicación también ha generado que hoy estén prácticamente en cada rincón del planeta y con una amplia variedad para cubrir las necesidades de los distintos tipos de piel.
¿Funcionan o no las mascarillas faciales?
De acuerdo a algunos expertos su principal beneficio es que por el material con el que están realizadas es de los pocos tratamientos que permiten que se ajuste perfectamente a la cara. Para algunos les da luminosidad, para otros hidratación. Sin embargo, lo cierto es que si no son de buena calidad, lo más posible es que no lleguen a las capas más profundas de la piel. Y es clave aplicarla después del suero porque éste hace que se absorba más rápido el contenido de la mascarilla. Por último. Se recomienda luego de sacarla, masajear la cara con masajes ascendentes. Una vez realizado esto se puede continuar con la rutina diaria.
El lado oscuro de las mascarillas coreanas
De acuerdo a un extenso informe realizado por la periodista Tracy E. Robey las condiciones en las que se realizan las “sheet masks” son deplorables. Los trabajadores están en condiciones precarias y trabajan en espacios que no son higiénicos. Algo sumamente peligroso para un producto que está en contacto directo con la piel. Incluso mostró que para ganar dinero extras muchos se dedican a doblar mascarillas ¡con las manos!. Así que a pensar dos veces antes de comprarse o aplicarse una.
Nada confirma su eficacia
A pesar de sus variedades, a pesar de realizar todos los pasos que contamos anteriormente, lo cierto es que a nivel científico no hay estudios que comprueben el funcionamiento de las mascarillas. Muchos dermatólogos aseguran que su efecto es momentáneo pero que en realidad, no genera ningún beneficio a largo plazo. Por eso, muchos no siquiera las recomiendan, y prefieren priorizar otro tipo de productos.